Capítulo Nueve; Un Día Más...

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Narra Mariela


Nuevamente otro horrible día de clases...

Me levanté tranquilamente de mi cama y dirigiéndome hacia el baño me miro en el espejo de dos metros que tengo en la puerta de la misma.

Un cuerpo simplemente horrible. Se supone que soy una chica y nací con el cuerpo de un chico. Me siento atrapada y completamente envuelta en mi prisión de carne y huesos, ¿por qué no simplemente nací como debía y listo? Aún no comprendía el destino...

Mi tía, que de hecho es religiosa y poco comprensiva, me había dicho una vez que soy como soy por una razón. Que debía aceptar el hecho de que nací como un hombre y ningún método, operación o medicamento me haría cambiar de lo que soy realmente. Si fuese así... Preferiría morir.

Luego de ducharme me dispuse a vestirme y bajé las escaleras aún peinando mi cabello ya seco. Me acerqué a la silueta de mi padre y este me sonrió apenas mientras continuaba leyendo el periódico. --. Buenos días, cariño.

--. Buenos días... --,puse la cafetera a calentar el agua y sequé de la bolsa del pan la más grande que encontré.

--. ¿No estabas de dieta, bebé?. --,me preguntó mi padre y yo desvié la mirada.

--. No funciona... Así que lo dejé.

--. Igualmente te ves muy bien. Estás muy delgada, cariño. --,dijo sonriendo, esta vez con más ánimos.

--. G-gracias padre. --,me serví del líquido oscuro y lo endulce mientras veía la hora. Aún faltaba treinta minutos aproximadamente.

--. De nada, mi niña. --,se levantó de donde estaba sentado. --. Me voy a trabajar y hoy tendré que cubrir el turno de mi superior y no llegaré a casa. --,explicó viendo él también la hora. --. Te extrañaré y te dejé dinero en mi mesa de luz por si quieres comprar algo de comer. Te amo, cariño. --,besó mi frente y se fue del lugar antes de que yo pueda contestar.

Es un padre en verdad cariñoso y no podría pedir nada más pero... Extraño a mi madre. Desde que murió mi padre se ha vuelto más apegado a mí complaciéndome en todo lo que yo quiero sin objeciones. Diría que está bien... Pero nada me haría más feliz que ver nuevamente la sonrisa sarcástica de mi madre.

En diez minutos me maquillé y apreté aún más el corsé hasta donde pude. Me acomodé la falda y después de ponerme las botas que había comprado me dispuse a irme sin antes terminar de tomar mi café y agarrando mi celular, llaves y cosas del colegio. Abrí la puerta de la salida de casa y allí estaba él.

El estúpido perro mutante me veía sonriéndome. --. Llamaré a la policía. --,dije seria sacando mi celular de mi cartera a lo que su sonrisa se convirtió en una mueca de desesperación.

--. ¡No! ¡No! ¡No! ¡Solo he venido a llevarte hasta tu colegio! No quise molestarte.

--. Mejor llamaré a la perrera. --,dije con una mueca de total disgusto. --. Sabes perfectamente que si no querías molestarme no debiste traer tu estúpida sonrisa, ¿no?.

Él asintió, nuevamente, sonriendo.

Puta mierda.

--. Mariela. Princesa. Déjame acompañarte. Por favor. --,puso sus manos como si estuviese rezando y no pude negarlo...

Se ve como un idiota adorable...

--. ¡Ugh! ¡Está bien! Pero no molestes. --,yo comencé a caminar en dirección donde estaba el colegio haciendo caso omiso a las tonterías que decía.

Te Amo. Te Odio. °2.T EH&EF° -Yaoi-Hard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora