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Cuando era pequeño, pensaba que El exterior era un oso enorme poblado por una cantidad infinita de osos en miniatura.
Osos que querían echarme sobre sus hombros, llevarme lejos y realizar actividades sexuales conmigo hasta que estuvieran listos para matarme golpeando mi cuerpo roto con palancas y mangos de picos. Pagarían a los de la funeraria para que reconstruyeran mi figura. Mi madre no me reconocería.

Que dramático.
Era una personita dramática.

Volví de Escocía y pase la mayoría de las noches solo en mi habitación viendo documentales sobre animales salvajes africanos y leyendo libros sobre lugares que no existen. A veces soñaba que mi abuela era un zombi que quería atraparme y quería arrancarme trozos de carne húmeda del pecho. Cuando llego el verano, mi madre me obligó a salir a El exterior. Fui a casa de Minhyuk, que era la única persona con la que me relacionaba en el colegio gracias a que compartíamos el gusto por las pasas, dar patadas a las piedras y no ir a clase. Jugábamos a la Playstation y construíamos presas en el arroyo del parque con piedras y latas de CocaCola. Un día Minhyuk se reto a si mismo a comerse una guindilla entera y después vomito en los zapatos. Algunas de sus aficiones eran: Good Charlotte, los yoyós y pasarse cosas por la polla antes de dárselas a la gente.

Me enseñó a ponerme gel en el pelo como Ross, el de friends, y me demostró que, si te convences, la pasta de dientes resulta un tentempié sabroso a medianoche.

Cuando tenía diez años, un día de mucho calor, durante las vacaciones, volvía andando de casa de minhyuk. Todo estaba desierto. Las farolas empezaban a encenderse. Las siluetas de los árboles recortaban pulpos negros contra el cielo. Solté el patinete y me agaché para intentar entablar conversación con un gato de aspecto cansado.
Había leído que eran capaces de hacerlo. Pero este gato no. Se lamía y no decía nada.

El gato se marchó.
Un coche se detuvo a mi lado y mi cuerpo se paralizó. Se abrió la puerta. Una persona bajo, dio un paso adelante y me dijo que me acercara.

Eché a correr.

La persona me siguió rápidamente y. Sus pasos resonaban, fuertes como cuando alguien aplaude en una sala vacía. Arrastraba el patinete, y cada vez estaba más mareado. Mi corazón gritaba, aterrado, las piernas me ardían y al final me desplomé en la puerta de la casa, sin violar y sin asesinar.

- Sí alguien te persigue, ¿Es más rápido correr o huir con el patinete? -le pregunte a minhyuk al día siguiente.
- Machacarle la cabeza con el patinete -respondió.

En casa, en el garage, cogí el patinete por el manillar e intenté sacudir con la parte de los pies a un oso invisible.
Dio toda la vuelta y me golpeó la nuca. Cuando desperté, tenía un bulto que me parecía una cabeza de más que latía detrás de la mía.
Me hizo pensar en la cabeza de Voldemort detrás de la del profesor Quirrel.
Entré, me preparé una taza de Nesquik de fresa y lloré.
Cogí un cuchillo de untar del cajón de los cubiertos y lo enterré en el fondo de mi mochila.
Mi primera arma.








Me encanta hyungwon baby, chau.

Lolito [ Hyungkyun - 2Won]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora