Capítulo 4

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Mirada oculta.

Su mirada escondía todos sus miedo pero nadie se quedaba lo suficientemente mirando, para darse cuenta lo cuan rota estaba ella.

Me quedé paralizada por unos minuto.

¿dónde diablos iba a conseguir ese dinero?- me pregunté a mi misma. Y para el colmo tendré que venir a la escuela caminando, ya que el arrogante me hechó la bicicleta a la basura.

 Al fin decido salir del aula en la que estaba y volver a casa. Salgo de la escuela y me dirijo donde siempre ponía mi bicicleta para ver si no mentía.

No, no lo hacía...

La bicicleta no estaba, decidí caminar. En parte me dolía, era la bicicleta que mi hermana y yo habíamos encontrado y habíamos reparado. 

-Lo siento, Sammy de nuevo te he fallado- susurro para mi misma mientras voy caminando a casa., unas lágrimas comienzan a salir de mis ojos y continúo mi camino con la cabeza agachada.

***

Llego a casa sigilosamente para que nadie me escuche. Entro y ahí está mi madre sentada en un mueble mientras que su esposo está sentado a su lado susurrándole morbosidades seguramente.

Camino para subir a mi habitación, cuando ya estoy a punto de subir las escaleras ella me llama.

-¿Si?- pregunto en un susurro mientras me doy la vuelta para enfrentar lo que viene.

-¿No vas a saludar a tu padre?- pregunta ella con desprecio en su voz.

-Hola, James.- digo un poco seca.

-¿Hola, James?- ríe sarcástico-no puedes negar que eres una zorra malagradecida. Deberías tener más respeto hacia mí y decirme padre.

Me lleno de un poco de valor, respiro hondo.

-Si mal no recuerdo; yo no tengo padre. No soy ninguna malagradecida, pero este no es tu lugar.- después de esto, me depara algo desagradable.

De pronto siento como se levanta y me hala del cabello haciendo que tuerza la cabeza hacía atrás, un gemido de dolor sale de mi boca. 

Mi madre solo se queda expectante. James con la otra mano me da una cachetada tan fuerte que me mareo al instante, mientras me dice todos los insultos que pueden salir de su boca. Recibo mas golpes hasta tal punto que caigo al piso inconsciente. 

Éste es el momento donde te das cuenta que aunque sientas dolor físico, las palabras pueden llegar a ser como una daga al corazón. Mas dolorosas...

Mi mamá se levanta del mueble lentamente y se acerca a mí. 

-Eres una basura...- dijo mi madre y luego salieron por la puerta dejándome tirada en el piso.

Dejo de intentar de levantarme y cierro mis ojos.

***

Al despertar me arrastro hasta mi habitación y tiro mi mochila a la cama. Entro al baño para mirarme en el espejo. Tengo golpes en todo el rostro, tengo cortes en los labios y cerca de mis ojos, moretones en mi cuerpo.

Me quito la ropa y entro a la ducha. Me sumerjo en la bañera y cierro los ojos.

Dolor. Cuando tu alma está herida y tu corazón destrozado. Cuando las lágrimas aún no se han agotada o tus ojos ya están cansados, solo llora. Libera ese dolor que tienes dentro de tu pecho. Ese dolor que te está consumiendo, ese dolor que te está destruyendo.

Quince minutos después salgo de la bañera y me dirijo a mi habitación para ponerme un abrigo negro, y unos pantalones un poco ajustados con unos converse. Me pongo un poco de base en el rostro para esconder los moretones, y un poco de labial para ocultar mi palidez. 

Busco mi mochila negra y entro mi teléfono, mis audífonos y mis llaves. También entro mis lápices y cuaderno de dibujo.

Salgo de la habitación y miro hacía los lados para ver si no hay nadie en el lugar. Bajo las escaleras, parece que no han vuelto. Salgo de casa y cierro la puerta.

Saco de mi mochila mi teléfono y lo enciendo, luego mis audífonos.

(Desconocido)

-Tienes una deuda conmigo

Me paralizo al ver el mensaje.

¿cómo diablos tiene mi teléfono?- me me cuestiono.

Hago caso omiso al mensaje y pongo música en aleatorio.

Bored-Billie eilish



























Las esperanzas hechas cenizas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora