Capítulo 11

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"El enamoramiento consiste simplemente en descorchar la imaginación y embotellar el sentido común."

Helen Rowland.

"Solo hace falta atravesar con una cálida sonrisa, esa mirada que suele estar congelada, para conocer los miedos del alma."

Mariela Acosta.

***

Él.

Sí estuvieras perdido y no tuvieras posibilidad de escapar, pero el chico mas desagradable aparece ¿Desearías escapar?

Esto es absurdo, pero estoy aterrada, no quiero quedarme en este lugar pero no me queda de otra.

-Sube.- dijo con voz firme, pero yo me quedé estática.-Me iré, al parecer quieres seguir aquí.- dijo y luego cerró la puerta del auto y lo arrancó.

-Serás estúpida o ¿qué?- escucho a mí subconsciente. Cosa que hace que reaccione.

Ahora estoy mas aterrada aun, mi cuerpo no reaccionó a sus palabras. Acabo de firmar un trato con la predicción. Me quedaré varada aquí toda la noche.

Me vuelvo a sentar a esperar que un auto cruce, pero no hay nada.

Hoy tendré que dormir en la calle. Decido recostar mi rostro entre mis brazos y cierro los ojos. Total por aquí no hay nadie.

***

Escucho ruidos y luego murmullos pero estoy tan agotada que no abro los ojos. Vuelvo a quedar dormida.

***

Siento un resplandor en mi cara y decido abrir los ojos perezosamente y estrujarme el rostro. Decido ir al baño así que retiro la sábanas.

Esperen, esperen, esperen¿sábanas?¿baño?¿dónde diablos estoy?

Miro mi cuerpo y tengo una cálida de hombre y unos bóxer, entró en pánico y salto de la cama. Empiezo a caminar de una lado a otro.-creo que esto es una costumbre de cuando estoy nerviosa.

-Joder, no recuerdo nada. Además no tomé. Si mal no recuero estaba en una calle sola.- empiezo a morder mis uñas y de repente me llega algo aterrador a la mente.-¿Y si...no, no,no.- me reviso dentro de los bóxer y empiezo a buscar rastro en la cama.

La puerta se abrió y yo me paralicé.

-No te violé si eso es lo que crees.- dijo. Sentí su mirada en mi espalda.

Me giré sigilosamente y lo encaré.

Él, volverle a ver aterraba. El chico de la deuda. No recuero su nombre.

-Mi...ropa ¿dónde está?-pregunté algo incomoda. Él me miraba sin expresión alguna en su rostro.

-Para cuando salgas de la ducha estará en tu cama-dijo fríamente.-Luego quiero que te vayas.- dijo y luego se giró y tomó la perilla de la puerta.

-Espera.-dije algo asustada.-¿cómo es que tengo esta...ropa?-pregunté asustada ante la respuesta que me iba a dar.

-Si tu pregunta es ¿Si te toqué? Aunque lo hubiera querido no lo hice.- se giró para ver mi expresión, luego río de lado algo indiferente.-no creo que nadie quiera tocarte.- se giró y se fué, azotando la puerta como de costumbre.

En parte eso me dolió pero me alivia un poco saber que no me tocó sin mi consentimiento.

Decido dejar de darle vuelta al asunto para ir al baño.

No me había fijado en lo grande y bonita que es la habitación con el pasado suceso. Hay una gran cama con sábanas negras, dos mesas y lámparas negras a los lados, una puerta blanca que al parecer es el armario, un televisor gigante -como de 70 pulgadas y no es por exagerar- y bueno, literalmente todo estaba de negro, excepto los Marcos de algunos cuadros y carteles de bandas.

Entró en una puerta negra que está al lado del la puerta del armario. Decido entra y deleitarme con lo hermoso y grande que es. Hay un gran espejo y un lavamanos con un terminado de granito en la parte de arriba y los lados y grandes gavetas de mármol. Un inodoro blanco con un diseño muy bonito, y al fondo una ducha de cristal a la derecha y a la izquierda hay una puerta. Decido entrar y mi asombro por el hermoso jacuzzi azul que hay.

Decido quitarme la camisa y los bóxer y ducharme.

Luego de tomar la ducha mas larga y asombrosa de mi vida decido salir.

Mi ropa esta encima de la cama, seca. Me visto y decido salir.

Estoy en un pasillo no muy grande pero muy bonito, con losetas de granito y paredes sólidas pintadas de gris. Sigo caminando y llego a unas escaleras en forma de caracol muy amplias.

Bajo y me asombro al ver la sala de estar. Paredes grises a excepción de una que es negra. Unos muebles negros mate en forma de L, una mesa de cristal y un gran estante de mármol con otra plasma de 70 pulgada. Del otro lado de la estancia hay una chimenea y unos muebles mas sencillos color café.

-Si aun no te has cansado toma una foto. Te durará mas.- escuché su voz detrás de mi con tono irónico.- ahora largo.

Aush...

Es doloroso. No me guata ser una carga para nadie, así que solo bajo la cabeza y empiezo a caminar hacía la salida.

-Y quiero que me pagues.- lo escuché decir irritado.

Asiento aun dándole la espalda. Tomo la perilla de la puerta y la giro.

Siento como su mano se posa encima de la mía y un escalofrío cruza por mi espina dorsal.-seguramente por el desprecio mutuo-Quito la mano por intuición y me giró. Mala idea, estaba muy cerca.

-¿Cuándo?- preguntó en tono mas frío.

-Yo...- giré la cabeza hacía un lado tímida.-solo tengo que conseguir un trabajo.-dije con miedo ante su cercanía y penetrante mirada.

Escuché como se reía, él giró mi rostro con brusquedad.

-Mírame a los ojos cuando hables conmigo.- dijo enojado.-quiero que me pagues ahora.

Otro escalofrío...

Este tipo es intimidante, aparte de las otras características que lo describen.

-Prometo que te pagaré.- dije algo incómoda. Él soltó mi rostro con brusquedad haciendo que giré la cara.

-No espero que lo hagas. Eres una muerta de hambre.- escupió en mi cara.- ahora lárgate.- se giró y comenzó a caminar.

No se siente bien que te humillen, pero yo no puedo hacer nada.

Si puedo. Me prometí que mentiría descaradamente hasta pagarle a este desgraciado.

Me llené de todo el valor del mundo y hablé.

- Y ¿Qué si no te pago? O ¿si no me voy?- dije enojada ante tal humillación.

Vi como se tensó y se giraba hacía mi. Se acercó y me acorraló en la pared con ambas manos a los lados de mi cabeza.

-Si no me pagas no me importará, eres una muerta de hambre.- dijo este con enojo en su mirada.- y si te quedas no me voy a contener mas.- dijo y luego sentí como sus labios se juntaron con los mio.

***

Nota de autora: Este capítulo va para todas esas personas que me leen y votan por mis capítulos.

Gracias a tos@s por darle la oportunidad a mi historia, prometo que no se van a desilusionar.

Los quiero.

El desgraciado en multimedia.

Las esperanzas hechas cenizas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora