VI

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Capitulo con alto contenido sexual

Pongo los últimos toques a mí plato, cuando unas manos curiosas se cuelan por debajo de mi camisa

-eres rápido- sonrío por el cumplido sintiéndome orgulloso. Una electricidad recorre todo mi cuerpo, cuando siento como ella aspira mi cuello- huele delicioso, y no solo la comida

-ven, vamos a comer- trato de alejarla de mi espalda, pero es inútil ya que se aferra más a ella- Bella, así no podré servir bien- besa mi nuca separándose de mi, pero antes de irse me da una nalgada

-solo porque tengo hambre me alejo- suspiro más tranquilo, sirviendo la comida

Camino con lentitud, llevando en mis manos la comida. La veo sentada jugando con lo cubiertos. Al verme llegar, se levanta ayudándome con los platos

-espero que esté tan bueno como el cocinero- siento mi cara arder por las palabras de esta mujer. Una carcajada resuena en toda la habitación por parte de ella- no te preocupes, tú serás mi postre- abro los ojos sorprendido mientras un risa nerviosa se escapa de mi

Comemos en silencio, degustando cada pedazo de comida. Cierra los ojos por inercia mientras mastica dándome un toque de sastifaccion al saber que le gusta

-de verdad está muy bueno- me dice mientras termina la copa de vino- tienes talento

-gracias, amo cocinar y que a alguien le guste mi comida, es un gran logro para mí- me mira, analizandome- ¿Pasa algo?

-me pregunto, si te gusta la cocina ¿Por qué eres periodista?- sonrío por esa pregunta

-nadie me lo había preguntado jamás. Simplemente porque amo las letras. Simple. Yo pienso que la letras son como la cocina, debes saber mezclarlas y escogerlas bien para tener un buen resultado- me mira expectante- aparte del periodismo que es algo que amo, escribo poesía e historias

-¿alguna vez podré leer esos poemas?

-solo si tú eres mi musa- rápidamente se sonroja- creo que está ves gano yo, te he hecho sonrojar- se levanta de su asiento para sentarse en mis piernas. Besa mi cuello, colando su mano fría por todo mi abdomen. Jadeo. Levanta su cabeza y me mira sonriente

-y creo que yo te he hecho sonrojar a ti- sonrío en respuesta cogiéndola del trasero para levantarme, y llevarla conmigo algún cuarto. Entre besos y risas, llegamos a su habitación. Cierro la puerta con el pie, dejando a bella encima de la cama

A medida que me acerco a ella, me quito la camisa y los zapatos en el camino. Quedamos frente a frente, la beso con deseo, mientras mis manos quitan aquella ropa que tanto estorba. Queda desnuda ante mis ojos, con una gran sonrisa y sus ojos brillantes de deseo

-esta noche, el mando lo tengo yo- susurro en su oído, mientras mis manos se cuelan por su vagina, jugando con su clítoris, escuchando algunos jadeos que trata de reprimir mordiendo fuertemente su labio inferior. Bruscamente la recuesto en la cama, sacando una sonrisa de parte de ella.

-umm- susurra, mientras beso ya pechos. Juego con su pezón, mordiendolo, jalandolo, besandolo y todo en ese patrón e intercalado. Se retuerce debajo mío al sentir como un dedo, hurga en su interior. Bajo por todo su abdomen, dejando un camino de besos húmedos, y me topo con aquel tesoro, brillante por sus propios fluidos

Soplo brevemente, logrando que ella se arque. Sonrío. Lamo, succionó, muerdo su vagina, haciéndola temblar debajo mío. Agarra mi cabello acercándome más a ella. Suelta un grito al sentir la intromisión de tres dedos en su interior, rápidamente la miro y sonrío

-Eros, ya...ya casi- me subo besándola para que se pruebe. Agarra mi mano, la cual tenía en su interior y lame deseosa los dedos que la hicieron tiritar- te quiero dentro de mi, ya- sonrío, besándola, la embisto con fuerza ahogando un gemido en su boca

MujeriegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora