II

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Mierda, estar cerca de ella me pone nervioso. Lentamente me siento enfrente y sonrío

-con que la jefa- su sonrisa es mas grande y arrogante

-sabia quien eras, no podía darme el lujo de que me descubrieras. Tratarías de sacarme información ¿O me equivoco?- solo puedo mirarla y asentir. Es obvio. Es lo que intentaría- tiene treinta minutos para lo que quiera preguntar, así que adelante- torpemente saco la libreta. Nervioso miro las preguntas y luego la miro a ella

-¿señorita?- asiente así que continuo- a tan joven edad, convirtiéndose en la empresaria más exitosa y famosa ¿No le hace falta su adolescencia?

-no. Sinceramente nunca extrañe aquellos momentos que "quedan" grabados en tu mente- es precisa, y sincera.

-¿A qué podría atribuirle su éxito?- ella me mira divertida

-tan parecido a cincuenta sombras de Grey- un carcajada resuena en toda la habitación- muy bien, si esa es su pregunta la contestaré. Mi éxito es ser inteligente. Se debe aprovechar cada situación, conocer tu enemigo, su juego y tus opciones. Analiza y piensa ¿Que tienes a tu favor?- se levanta y se dirige lentamente hacia mi. Se ubica detrás mío, mientras sus largas uñas arañan mi cuello y su aliento golpea en mi oído- esta es una oportunidad que se puede aprovechar- se aleja de nuevo, mirando hacia el gran ventanal. Trato de normalizar mi respiración y la pequeña excitación que se forma en mi- ¿Eso es todo?

-que significa el término "mujeriega"- su cara se endurece, al igual que ella. Me mira y se acera de nuevo a mi

-un estilo de vida- susurra contra mis labios. Se aleja de nuevo y no creo que puede resistir mucho tiempo a este juego macabro. En donde mi pantalón sufre las consecuencia- te lo explicaré brevemente. Los hombres son tontos, y no es un sorpresa este comentario por parte mía. Unas bonitas piernas, gran trasero o un bonito físico, y ya están adentro. Si los hombres pueden jugar con nosotras, porque nosotras no con ellos

-pero ¿porque mujeriega?

-es mucho mejor que perra, zorra, cualquier. Tiene más decencia ¿no lo crees?- me sonríe mientras se sienta de nuevo en su escritorio

-tal vez...otro pregunta ¿Has pensado en el matrimonio?

-no me interesan las ligaduras burdas y torpes, que lo único que hacen es arruinarte la diversión

Seguimos hablando sobre muchas cosas completando mi entrevista. Unos golpes en la puerta me alerta al igual que a ella

-pase- lo dice sin quitar la mirada de mi

-señora, tiene una reunión esperándola

-estoy en siete minutos- Raisa me mira para marcharse con una amplia sonrisa

-tienes cinco minutos exactamente para una última pregunta- la miro expectante y dudoso

-¿te volveré a ver?- sonríe mientras se levanta y corre mi asiento para sentarse en mis piernas. Sus manos juegan con los botones de mi camisa, mientras sus labios juegan con mi cuello. El reloj de la pared, junto a mi respiración acelerada es lo único que se escucha en la sala

-ahora yo pregunto. Que gano yo a cambio- muerde mi cuello, sacandome un gemido ronco. Sus caderas se mueven al compás del reloj

-¿Que quieres?- me sonríe mientras acerca su boca a la mía

-un noche, para que seas mío- besa mis mejillas, nariz y barbilla. Llega hasta los labios y respira frente a ellos- sin compromiso

-si- solamente, un leve roce antes de que un ruido la aleje de mi

MujeriegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora