XXV

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Una chica esa noche, cuidando el sueño de el

La noche llega feroz, arrasando todo lo que encuentra a su paso. La noche llega y la luna inocente parece esconderse. No quiere ver las lágrimas que está noche escurren en el rostro de aquel chico que ha dormido toda lo que conlleva 

Se sienta en la punta de la cama, acariciando sus piernas desnudas. Sinceramente siente pesar, un chico como el no merece ningún daño

"Claro, y tú solo quieres jugar con el. De verdad, completamente sincera y preocupada por el"

Se aleja con fuerza de el. Camina hasta la puerta supuesto a marcharse, pero ve como su cuerpo se mueve y vuelve a sollozar más fuerte, levantándose de golpe

-bella ¿Te irás tan rápido?- quiere negarse, decirle que si que todo termino. Pero luego mira sus ojos, y recuerda en estos pocos meses que a convivido con el

-no, iba por un vaso con agua- camina fuera de la habitación, recargando su cuerpo en la pared más cercana soltando una gran suspiro.

Sabe que si espera a final será mucho más difícil despedirse o alejarse de el y lo terminará lastimando, y no quiere que eso pase.

Va a la cocina por agua, tranquilizando sus pensamientos y respiración. Con paso lento se dirige al cuarto encontrándose con el chico dormido sentado. Un sonrisa se planta en su rostro, a medida que se acerca a el, recostandolo nuevamente en la cama.

Se acuesta a su lado, perdiéndose en su aroma y añorando que la fecha de despedida nunca llegue

Eros

El olor a café se cuela por mis fosas nasales, despertándome al instante. Perezosamente me siento en mi cama y, como si el aroma fuera mi camino me dirijo a la cocina con solo algo en mente "comer y tomar café"

-buenos días girasoles- sonrío por ese mote que añadió. Me sonríe poniendo una taza de té enfrente mío con el desayuno- para que te prepares. Hoy es la boda de Frida y no podemos faltar- desanimado veo la taza de té.

-no quiero te, quiero café- sonríe dulcemente, sirviendome una taza de aquel delicioso aroma

-caprichoso

-Tampoco quiero ir a la boda- siento su mirada sobre mi. Más no le presto atención por estar concentrado en el sabor amargo que me envuelve del café

-eros...

-esta delicioso, sabes hacer café

-eros....

-deberías inaugurar una sucursal de cafeterías

-¡Eros!- la miro por fin. Ella me analiza tiernamente. Se levanta para ubicarse entre mis piernas- Eros, se que es duro pero no te puedes derrumbar. A ella no le gustaría que eso pasará

-lo se. Solo que siento tanta ira por todo lo que descubrí- ella se tensa debajo mío, escondiendo su rostro en mi cuello

-mira, hoy vamos a la boda y luego, te llevo a un lugar para que te libres

-¿Donde?- me regala un piquito para sentarse de nuevo en su puesto

-ya verás

........

La música resuena por todo el lugar, mientras nos ponemos de pie. La puerta se abre y entra Frida con un precioso vestido blanco sencillo

Una sonrisa se plasma en mi rostro al verlas. Katherina sonríe con alegría y orgullo, viendo a su futura esposa caminar.

Se encuentran ambas en ese altar mientras el padre comienza su retahíla

-esto es lo que me aburren de las bodas- susurra bella mientras desvía su mirada en mi dirección

-vamos, solo será un momento.- acaricio su rostro volviendo mi mirada al frente. Pero una mano juguetona cambia los planes, ya que siento su mano ascender por toda mi pierna y detenerse antes de llegar a mi entrepierna- bella....

-¿Que?- la mirada de inocencia no se la cree ni ella- vamos, solo será un momento- un bufido brota de mi, al sentir de nuevo su mano de nuevo jugar cerca de mi entrepierna. Esto será una larga ceremonia

.......

-ahora yo las declaró esposas. Puede besar a la novia- ambas de besan con amor, mientras todos aplaudimos entusiasmados.

Salen corriendo, no sin antes tirar el ramo (un tanto adelantado) cayendo exactamente en mis manos

-¡Eso es Eros!- grita mi hermano mirándome divertido. Los colores suben a mi cara mientras le entrego el ramo a Bella

-te lo regalo- camino rápidamente a mi carro para emprender el camino hasta la recepción. Bella se monta a mi lado bastante risueña- no te rías que no es gracioso

-lo lamento- prendo el auto, pero a mitad de camino pide que me detenga al lado del camino- ¿Que suce...

No termino la oración, ya que siento sus hambrientos labios sobre los míos. Muerde mi labio inferior, ingresando su juguetona lengua en mi boca. Sus manos aprietan mis muslos con fuerza ubicándose encima de ellos

-te necesito, ahora- besa mi cuello, desamarrando el nudo de mi corbata rápidamente, mientras balancea sus caderas encima de mi entrepierna

-bella- la detengo mirando sus ojos desbordantes en lujuria- estamos en un auto a mitad de la carretera- una sonrisa pícara se plasma en su rostro

-eso lo hace aún más excitante- vuelve y me besa aún más fuerte que antes. Con hambre, con deseo , con pasión. Coloca una canción en la radio fuertemente- por si nos escuchan

Mandando al carajo todo, corro el asiento hasta atrás, amasando sus glúteos con fuerza, arrasando su boca con desesperación

Tan sucumbido estoy a la lujuria, que no siento en qué momento me quedé sin pantalón. Sólo se, que ahora, bella se empala con fuerza

Besando su cuello, acompaño sus penetraciones, moviendo mi cadera al ritmo de ella

Jadeos, gemidos y una leve melodía es lo que se escucha en ese pequeño espacio. Los vidrios empañados y las respiraciones agitadas, combinadas con las gotas de sudor que descienden por nuestro cuerpo, son el complemento perfecto de este delicioso delito

Nos venimos silenciosamente, disfrutando los suspiros que suelta el otro. Su cabeza se apoya en mi hombro, a medida que sale lentamente de mi interior

-te Aprovechas, de mi debilidad- besa la comisura de mis labios, aun con los ojos cerrados tratando de regular su respiración

-lo que pasa queridos Eros, es que tienes muy poca resistencia- organiza su vestido, regresando a su asiento sonriente- ¿nos vamos, o estás preparado para otra ronda?

El tono insinuante que utiliza, me hace pensarlo. Más no necesito macho tiempo, para levantarla de nuevo y sentarla en mis piernas, besando su cuello

-¿Qué tal la última?- sonríe victoriosa despojadome de mi pantalón otra vez- para reponer el tiempo perdido.

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Disculpen la falta de ortografía

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"Te estás muriendo de soledad, sueñas con un gran amor y nada te da más miedo que enamorarte"

MujeriegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora