XXXVIII

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Mis dedos se deslizan con lentitud sobre aquel vestido blanco. Me la imagino toda. Maquillada, peinada, vestida, lista para ser entregada al altar, a alguien que no soy yo.

Aquel estúpido anillo de compromiso, descansa sobre su buró. Lo agarro entre los manos, evitando soltar algunas lágrimas que desean traicionarme

-¿Qué haces aquí?- una voz a mi espalda me hace girar lentamente dejando el anillo en su lugar. Olvido por un momento respirar al verla, no me cansaría de hacerlo. Sin maquillaje, con el cabello en una cola alta y solamente con su ropa interior roja- ¿Quien te dejo entrar?

-alguna vez imaginé, que entrarías a esa iglesia, caminando decidida, como si flotaras- me acerco a ella a paso lento- que tu vestido sería grande como el de una princesa. Tu cabello suelto, adornado por pequeñas rosas rojas. Tus labios pintados de ese rojo que me mata. Tu ramo, que combine con tu cabello, rosas rojas- le tocó el rostro, examinandola, grabando cada parte de el en mi mente- con una gran sonrisa en tu rostro mientras tus ojos miran al frente orgullosa. Y, en el altar, yo esperándote, tratando de contener las lágrimas por la emoción- una lágrima se escapa de aquella perlas que llama ojos- escuchar aquel acepto y que para siempre seamos solo tú y yo...pero, no existen los cuentos de hadas. Mañana, te casaras. En lugar de un gran vestido, será uno ceñido a tu figura en bordado. Tu cabello recogido sin decoración alguna, y tu ramo de tulipanes ya que fue tu esposo quién lo decidió. Un maquille neutral y la sonrisa más hipócrita del mundo, esperado el momento para amarrarte a un idiota

Ella solo me puede observar sin decir palabra alguna. Varias lágrimas caen de sus ojos, mientras trata de ocultar su desnudes ante mi

-no quiero lágrimas. Mañana será tu gran día, y debes estar más hermosa de lo que eres- sonríe mientas me observa- pero quiero algo a cambio...una noche. Solo quiero una noche para que me pertenezcas, para que solo gimas mi nombre y en tu mente quede grabada cada caricia que te daré. Explorare cada uno de tus lugares sin dejar ninguno por revisar. Pero esta noche no quiero tener sexo- me acerco lentamente mientras quito su sostén para susurra contra sus labios- hoy te quiero hacer el amor

No hicieron falta más palabras para que nos unieramos, aunque fuera una última noche. Beso sus labios, tratando de saborearlos para siempre tener su sabor en mi mente. Beso su cuello mientras delicadamente la recuesto contra aquella gran cama. Aspiro su aroma, aún a hombre como la primera vez.

-amo tu olor- susurro contra su piel antes de seguir bajando y besar sus pechos. Sus gemidos y jadeos no tardan en hacerse escuchar. Se retuerce debajo mío, agarrando mi cabello hecha un manojo de suspiros.

Miro aquel lunar que se encuentra a lado derecho de su ombligo, besandolo encima de él

-son diez y seis lunares y una mancha en tu espalda baja- vuelvo a subir para besarla- a que el no sabe esos detalles- muerdo el lóbulo de su oreja, sintiendo como se eriza debajo mio- el no sabe tus puntos más sensibles y jamás lo sabrá- entro en ella delicadamente, llegando hasta el fondo. Suelta un suspiro profundo mirándome- el jamás sabrá nada de ti ¿Y sabes porque? Porque el jamás te amará ni te hará el amor como yo

Besa mis labios mientras nos movemos más rápidamente. Beso su cuello, dejando algunas marcas. Quiero que el sepa que ella fue mía una noche antes que el. Que su corazón es mio y no de el. Qué soy yo quien la hace erizar y suspirar...y no el

-solo hazme el amor por última vez con desespero. Quiero sentirte y que mi mente solamente te recuerde a ti por el día de mañana- jade ella contra mi oído- por favor- esa palabra susurrada, ese modo de enamorar y desear, me hacen amarla cada vez más

Entro en ella con ganas, con deseo, con pasión, con amor. Ella gime en mi oído mientras sus uñas se entierran en mi piel con fuerza. Entrelazó mis manos con las de ella, a sus costados mientas pego nuestras frentes, mezclando nuestras respiraciones.

Estamos llegando. Cómo respira mas agitadamente y se aferra más a mi. Entro en ella ahora, con fuerza, con rabia, con impotencia de saber que esta es la última vez. No puedo evitar soltar algunas lágrimas mientras llegamos juntos al éxtasis. Ella grita mi nombre con la voz quebrada en suspiros, mientras yo le susurró al oído un leve "te amo"

Nuestras respiraciones se normalizan. La miro a los ojos y veo como brillan antes de susurrar un "gracias" para caer rendida debajo mío

Salgo de ella, soltando sus manos, mientras la recuesto bien en la cama, arropandola y dejando un beso en sus labios hinchados por lo sucedido minutos atrás. Solo puedo observarla y pensar en que mañana ya no será mía, si no de el

Me visto con paciencia, aspirando aún el olor a sexo en el aire. Recordando cada momento vivido en estas cuatro paredes. Rogándole a la luna, que cada noche, me recuerde un poco más a ella. Qué me susurré las fantasías que solo ella fue testigo en este cuarto. Qué mi mente aún recuerde cada parte de su cuerpo, su voz, toda ella.

Del bolsillo de mi pantalón saco aquella carta y la nota que alguna vez dejo en mi cama, siendo mentira. La miro por última vez antes de salir de aquel cuarto. Soltando algunas lágrimas y abandonando mi felicidad en manos de un idiota que mañana podra llamarla legalmente suya. Cómo llegue la primera vez a esta casa, así me voy. Sin nada...o si, con algo: con miles de momentos y recuerdos que no quiero que me abandonen, ni hoy ni, nunca.

La puerta se cierra tras mi espalda, avisándome de que no hay vuelta atrás

En aquella habitación otra persona

Las lágrimas caen de sus ojos sin compasión. No estaba dormida, solo que no quería verlo irse y abandonarla. Toca el lado de la cama, que tantas veces el ocupo. Su mente le recuerda, todas las locuras que vivió con aquel chico. Se sienta en la cama mientras mira por la ventana, rogándole a la luna, que siempre lo recuerde.

Se percata de una carta, junto a una flor, y el mensaje que les deja a todos. Rápidamente mira la carta, pero no puede evitar llorar, al reconocer la letra

Bella...

No sé cómo empezar a escribir, esta vez mi musa eres tú...pero no puedo, simplemente no puedo escribirte mi carta de despedida.

No quiero dejarte ir, no quiero pensar que otro ocupará mi lugar en aquella cama, que otro besara tus labios que por un instante fueron míos. Qué miren tu cuerpo y lo hagan suyo a su antojo. Odio la idea de saber que mañana tendrás el apellido de un imbécil cualquiera

"Te amo". Creo esas fueron las palabras más verdaderas que algunas vez dije. Te amo, te amo, te amo bella, y no se si tu también lo haces, pero deseo no saber. No quiero que tu respuesta me rompa aún más

Mañana será tu gran día. Usaras un gran vestido, tu familia por fin estará orgullosa de ti, caminaras al altar y te casaras con aquel hombre. Tendrás una hermosa familia, tal vez un gato o un perro como mascota, no lo sé. Pero solo te pido algo, que jamás me olvides

Mañana ya será tarde para proclamarte mía, así que te pedí esta noche para que solo yo, estuviera en tus pensamientos. Qué tus gemidos y jadeos me pertenecieran una noche más. Qué de éxtasis gritaras mi nombre, mientas rendida me abrazas

Te amo Bella, hoy y siempre serás mi mejor recuerdo. Así lleves el apellido de aquel idiota, serás mía, porque yo te demostré el placer de amar

Te ama, Eros

Las lágrimas caen sin control por su rostro, mientas la luna se esconde para no verla. Contempla su habitación, sus sábanas, su almohada, aún huelen a el. Se aferran con dolor a ese pequeño recuerdo que tiene de el, su olor.

Mira su vestido y todo lo que la espera para mañana. Cierra los ojos con fuerza y resignada se acuesta, aunque sea por una última noche, desearlo a él con tantas fuerzas como aquella primera vez. Así sea en sus pensamientos

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"Ahora me pregunto ¿El Amor sirve para conocer la tristeza o la felicidad"

MujeriegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora