XXVII

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Aún no creo lo que veo. Un Jet, ¡un maldito Jet! ¿Será un momento adecuado para decirle que le tengo miedo a las alturas

-hey, estás bien. Estás más pálido de lo normal- acaricia mi rostro, tratando de encontrar algún indicio de enfermedad o algo por el estilo

-emm, pues...- agarro con fuerza el cinturón de seguridad que se encuentra en el asiento- le tengo un leve y mínimo miedo a las alturas- sus ojos se abren exageradamente al igual que su boca- solo es un pequeño detalle sin importancia

La oigo maldecir en portugués, llamado la atención de la tripulación que nos rodea

-mira- vuelve y maldice mirando a todos lados como si buscará alguna respuesta- Eros...Dime ¿qué puedo hacer para que esté puto avión despegue y no tengas un colapso de emociones cuando vayamos a mitad de camino?

Observo mi maleta sacando los auriculares que tengo guardados. Los enciendo y me los coloco. Bella suspira aliviada al ver que me pierdo en ese mar de música

Siento una leve sacudida, alertandome, pero siento como entrelaza sus dedos con los míos, acariciando el dorso de mi mano con delicadeza, transmitiendo una gran tranquilidad con cada toque

Mis ojos se cierran, con la canción que baile con ella en la reunión de mi familia y su toque en mi mano, erizado todo mi cuerpo

Ella lo observa con gran cariño en aquel gran Jet

Viajando miles de kilómetros para su próxima conferencia, observa el cielo que se apaga ante ella, sonriendo con nostalgia cuando el pensamiento de su hermana cruza su mente

Quiere olvidar aquellos pensamientos que la atormentan a cada momento

-¿Bella?- a su lado, el chico que antes descansaba, la observa con esos grandes ojos que ella tanto adora. Pone su dedo en sus labios, pidiendo silencio mientras coge una hoja

"¿Mas tranquillo?" El chico la ve confuso, más sigue el juego

"Si. ¿Porque el momento de silencio?"

"Un silencio dice mas que mil palabras. Hablemos un poco, pero sin hablar ¿Entiendes?" El chico asiente con aquella sonrisa que derrite cada pared que ella ha creado por tanto tiempo

"¿Te gusta Italia?"

"Para ser sincera, si. Venecia es una gran lugar. Con gran cultura e historia"

Siguen hablando por bastante tiempo en silencio. Simplemente con varias hojas de papel que son testigos de esas charlas y palabras que, en algunos casos fueron absurdas

"¿Como fue tu primera vez?" El la mira y comienza a escribir en el papel

"Tenía diez y ocho años. Fue mi regalo de cumpleaños por parte de mi mejor amiga. Trate de darle el mejor placer a ella, olvidándome del mío. Pero, la segunda vez, sentí un placer inmenso ya que fue con una chica mayor, que me enseñó a tener pacer y darlo" ella sonríe leyendo la respuesta observando la mirada curiosa que él tiene en el rostro. Pide la hoja, escribiendo algo nuevo "¿Y tú? ¿Cómo pasó?

"Fue una semana después de la muerte se mi hermana. Tenía solo catorce años cuando estuve con una persona mayor, pero no sentí placer, sentí dolor, mucho dolor" su semblante se oscurece mientras aprieta fuerza el bolígrafo tratando de contener las lágrimas que desean salir "desde aquel momento, comprendí lo cruel que puede ser el hombre. Era aún tan pequeña y fue tan dolorosa la experiencia, que simplemente perdí la posibilidad de tener alguna vez un hijo. Desgarramiento, destrucción del útero por manipulación de objetos no bien manejados, fueron el resultado de una mala elección" 

"¿Porque?" Ella lo mira, notando como algunas lágrimas mojan su pálida piel. Acaricia sus pómulos limpiando el rastro de ellas

"Porque mi hermana me enseñó, que el hombre es el ser más dañino. Tenía razón"

Deja el bolígrafo a un lado, sentándose en las piernas del chico

-por eso el sexo se volvió tan importante. Trato de buscar a alguien que me dé placer y borre lo que mi primera vez me dejó- besa los labios del chico, ubicando sus manos en el cuello ajeno- por eso estoy contigo. Sabes dar placer y hacerme sentir bien

Se aleja, deteniendo las caricias que ella reparte por todo su cuerpo. Observa detenidamente cada facción de su rostro. Es hermoso y cada vez se convence mas de que debe alejarse para no hacerle daño

-bella, te quiero- una gran sonrisa se expande por su rostro, recostado su cabeza en el pecho de el, escuchando el golpetear acelerado de su pecho

-tienes miedo de mi respuesta- sonríe al ver como el se tensa bajo ella- pues también te quiero- besa sus labios, sintiendo la turbulencia del avión- y también llegamos, así que prepárate

Se levanta y camina hasta el baño con la respiración agitada y una estúpida sonrisa en su rostro. Lava su cara y suspira pesadamente, antes de salir para afrontar esta semana

Eros

Por fin hemos llegado. Estiro mis piernas respirando el aire de otro país.

-ven- caminamos hasta un auto, que nos espera a las afueras de la pista- primero iremos al hotel para dejar las maletas, tomar un reposo y, tal vez algo mas- la miro curioso, pero al ver su mirada, una sonrisa traviesa sale de mi- y luego, podras explorar la ciudad ya que tengo una conferencia y en la noche, iremos a cenar

-¿Solo cenar?- se acerca, rozando sus labios con los mios. Sus manos se pasean por mi abdomen, cerca a mi entrepierna, solo rozándola dejandome con ganas

-si deseas. Tenemos toda una semana en esta ciudad del amor. Venecia te sorprenderá- se aleja, volviendo a mirar enfrente completamente seria- como no tienes idea

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Capítulo un tanto corto. Pero pronto tendrán la sorpresa que les prometí

Disculpen la falta de ortografía

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"Te estás muriendo de soledad, sueñas con un gran amor y nada te da más miro que enamorarte"

MujeriegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora