III

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-¿En serio lo hiciste?- ella sonríe más amplio, mientras me cuenta un anécdota que tuvo con uno de sus tantos hombres. Yo solo puedo reír por semejante hecho- eres mala

El restaurante en el cual estamos, es un tanto lujoso. Una mesa apartada del resto, más reservada, privada junto con la comida perfecta, es una de las mejores situaciones en las cuales podría desear

-no soy mala, solo me aburro muy rápido de las situaciones, las personas...todo en general- la observó mientas habla. Una camisa manga larga, roja, abierta en sus primeros botones, dejandome ver el nacimiento de su pecho, me tiene desconcentrado. Un Jean, bastante ceñido, mostrando la escultura de su cuerpo, junto con los tacones rojos y el cabello en una cola, perfectamente peinada, es el conjunto perfecto para pensar muchas cosas.

-bella, dime ¿Porque este juego sin sentido de jugar con los hombres?

-tiene un sentido. Diversión. Solamente esa palabra lo define todo. No tienes que responder ante nadie sobre tus actos, no estás ligada a nada y si te aburres, solamente consigues a otro mejor. Es todo- bebo un poco de mi vino, observándola. Una pareja de amigas pasa cerca de nuestra mesa. Miran detenidamente a bella, hablando entre ellas y señalándola. Bella lo nota, más no hace nada, solo sonreír con arrogancia. Trato de preguntar pero ella se me adelanta- la gente conoce mi fama, sabe lo que soy, así que solo hablan y ya, solo me juzgan, lo mismo que tú hiciste

-No. Eso yo no lo hice- este vez, la sonrisa se borra de su rostro mientras me mira detenidamente- solo me causo curiosidad, pero no fui capaz de juzgar, no si no te conocia- me mira por largo rato antes de levantarse y disculparse para ir al baño. Suspiro una vez que ella se va, tomando de mi vino pienso en ella y en lo que la noche nos espera

......

-¿Y ahora?- pregunto una vez terminamos de comer. Ella se encuentra distante y pensativa

-quiero bailar- sonríe mientras se coloca el casco subiéndose a la moto. Palmea la parte trasera para que la siga- o si deseas, te dejo en tu casa y aquí termina todo. Te olvidas de mí y de esta noche

Pienso en mi respuesta e imagino el futuro ¿que pasara luego de bailar? ¿Un noche loca? Sonrío ante esa pregunta, y dejando de lado mis juicios morales, subo a la moto, guiándome por la tentación de esta mujer

.....

Llegamos a un gran club, en el centro de la ciudad. Música de todo tipo, suena de fondo, despertando todos mis sentidos.

-vamos a beber algo- susurra en mi oído, mientras muerde levemente mi oreja

El alcohol, llena mis venas. La música guía mi cuerpo balanceandolo levemente, y la vista de esta mujer al frente mío, me hace pensar cosas dañinas. Jala mi mano, mientras me guía a la pista

-demuestrame que sabes labios- sonrío por el apodo, tomando su cintura la acerco más a mí guiándola a un ritmo que desconozco- es un ritmo brasileño. La pedí específicamente para nosotros- se gira quedando de frente. Se acerca a mi oído, sin perder el movimiento de sus caderas- te mostraré, el poder de una mujer latina

Mueve sus caderas sensualmente, llamando la atención de muchos hombres, pero ella solo puede mirarme mientras muerde sus labios seductoramente. Sin importarle nada, pone mis manos en su trasero

-miralos, me desean- susurra cerca de mis labios. Miro a mí alrededor, y es verdad, todos tiene la vista puesta en ella. Las mujeres con rabia y los hombres con deseo. Vuelvo y la miro. Es hermosa, de eso no hay duda- pero el único que me interesa, me sostiene del trasero ahora mismo- siento la cara caliente por las palabras de esta mujer. Se acerca levemente, y me besa. Se deja de mover, pero sus labios exigen los míos con rabia. Su lengua juega con la mía, creando una armonio bastante movida. Se separa mientras me mira- quiero aprovechar la noche. Quiero aprovecharme de ti- susurra antes de volver a besarme y lentamente, sucumbo a los deseos de esta mujer

MujeriegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora