19. El atentado

3.1K 293 24
                                    

Magnus estaba tan concentrado en los movimientos de Izzy que no reaccionó cuando aquel sujeto la tomó por el cuello y la inmovilizó al apuntar un arma en su cabeza. Solo se sintió mareado cuando Alexander lo obligó a levantarse y fue colocado detrás de él. Lo vio agazaparse desplegando sus filosas garras.

—Estás violando uno de los principales acuerdos que se pactaron con Robert Lightwood —dijo otro tipo apuntando con un cuchillo en su dirección—, se les dio el apoyo para que desarrollaran medicamentos solo en beneficio de la comunidad alfa.

—Suelta a Isabelle, ella no tiene nada que ver con mis decisiones —gruñó Alexander manteniendo una mano sobre su brazo en clara señal de protección.

—La soltaré solo si destruyes los avances que has hecho con esa fórmula para los omegas —espetó el tipo que tenía a Izzy inmovilizada.

Izzy rio suavemente a lo cual Magnus solo jadeó sin creer lo tranquila que ella se veía.

—Antes de atacar a alguien asegúrense de que sea una persona indefensa —comentó ella con burla.

Magnus se congeló al ver que Izzy clavaba su tacón de aguja en uno de los zapatos del tipo y con su cabeza golpeaba la contraria. Al mismo tiempo que Alexander se apartaba de su lado para tirarse encima del tipo que lo amenazaba con un cuchillo.

Con las garras desplegadas dio un zarpazo al otro que apenas se estaba levantando para atacar. De inmediato lo dejó inconsciente con un golpe sobre su nuca así que aprovecho para salir corriendo y pedirle a Lydia que le hablara a seguridad.

Un disparo resonó en la estancia y sintió que su corazón se congeló, regresó corriendo a la sala y encontró a Izzy tirada en el piso retorciéndose mientras Alexander golpeaba sin parar al tipo que había empuñado la pistola unos momentos antes.

Magnus se acercó a Izzy para tapar la herida sangrante de su abdomen y llevarla al laboratorio para atenderla.

— ¡Alexander, ya basta! —gritó Magnus mientras levantaba a Izzy con cuidado. Vio a su destinado congelarse y respirar con pesadez.

Una vez estando seguro de que Alexander dejara de golpear al tipo y no correr el riesgo de que lo matara, se apuró a llevar a Izzy al laboratorio para curar sus heridas. Al llegar la puso con cuidado sobre la camilla que acondicionaron para los sujetos de prueba.

— ¿Magnus qué sucedió? ¿Qué fue todo ese ruido? —preguntó una palidecida Cat.

—Traicionaron a Alexander y le dispararon a Izzy, tenemos que sacarle la bala y sanar su herida —indicó concentrado en buscar sus herramientas.

—Aquí tienes —dijo Ragnor extendiendo una charola con todo tipo de artefactos metálicos—, busca la bala, nosotros nos encargamos de mantenerla quieta.

—No se preocupen, no será necesario —jadeó Izzy aferrándose a la camilla—, estaré quieta, solo apúrate a sacarla.

Magnus palpó el abdomen mientras ella mordía su labio inferior con fuerza. Era una chica ruda como su hermano así que supo que aguantaría el dolor. Para su fortuna la bala no estaba tan encajada en su cuerpo así que tomó las pinzas y la retiró con mucho cuidado para no rasgar más el tejido.

Un escuadrón de policías entró en el piso dirigiéndose con rapidez a la sala que apuntaba Lydia.

—Ve con Alec —pidió Izzy con su voz entrecortada empujando sus manos —estaré bien con tu equipo.

Magnus le dirigió una rápida mirada a Ragnor el cual asintió con formalidad. Se echó a correr de nuevo a la sala donde los policías ya estaban esposando a los tres atacantes que todavía se encontraban inconscientes.

Mi felino destinado (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora