Alec despertó sintiendo su cara demasiado caliente y al abrir sus ojos una luz lo cegó por un momento. Puso una mano frente a su cara para bloquear la intensa luz del sol que le pegaba en la cara.
Un lento movimiento lo hizo voltear hacia abajo. Magnus estaba completamente abrazado a su cuerpo, incluyendo su cola enredada en uno de sus muslos. Su rostro dormido estaba enrojecido y sudoroso apoyado sobre su pecho.
La luz del sol que se colaba por la ventana abierta del dormitorio les estaba pegando de lleno en el rostro así que Alec se deslizó de la cama y con sumo cuidado de no despertar a Magnus, lo acomodó a un lado y se dirigió a la ventana para cerrarla al igual que las cortinas. Volteó de nuevo a ver a su amante que seguía muerto para el mundo y sonrió con malicia al ver la marca de su mordida en el hermoso cuello bronceado, por fin su vínculo había sido sellado.
Un ruido fuera de la recámara lo hizo ponerse alerta, se colocó los pantalones y salió de ella con las garras extendidas. Cerró la puerta tras él pues no permitiría que nadie olfateara el delicioso aroma dulce que ahora le pertenecía.
Al mirar la estancia se dio cuenta de que el único que estaba allí era Ragnor quien estaba sentado frente al comedor y veía con atención la pantalla de su laptop.
—Retrae tus garras, alfa —dijo Ragnor con voz juguetona sin despegar la mirada de su dispositivo—. Marcaste a Magnus, sellaron su vínculo y bla bla bla —comentó sacudiendo la mano como restándole importancia al asunto—, yo solo estoy aquí revisando unos informes.
Alec olfateó a la vez que se acercaba a Ragnor con lentitud esperando encontrar algo en el ambiente que le mostrara que ese hombre le estaba mintiendo.
—Magnus es completamente mío —exclamó sentándose en una silla del lado opuesto al que estaba Ragnor—. Me lo llevaré y lo haré mi esposo.
La suave risa de ese tipo lo erizó de manera incómoda.
— ¡Claro que es tuyo, ni creas que estaba interesado en él! —Exclamó levantando la mirada del dispositivo, su expresión de felicidad se torció a una sorprendida —Uhh... —dijo sonrojándose—. Ahora entiendo por qué está tan interesado en ti, no te preocupes yo solo soy su amigo —comentó desviando de nuevo su mirada a la pantalla.
Solo en ese momento se dio cuenta de que estaba parcialmente desnudo frente a un desconocido, cruzó los brazos sobre su amplio pecho blanco cubierto por una leve mata de bello oscuro y sintió que esto no era suficiente.
—Realmente me provocaste un gran dolor de cabeza a noche —comentó Ragnor señalando hacia la entrada— rompiste la puerta y dejaste salir el fuerte aroma de Magnus. No sabes lo enloquecidos que encontré a los alfas del edificio cuando llegué. Se estaban debatiendo en entrar o no al departamento porque tu olor los confundía demasiado, por fortuna fui capaz de alejarlos yo solo.
Rio suavemente mirando la puerta rota que apenas se sostenía en su lugar al haber sido acomodada de una forma improvisada.
—Más les vale que se mantengan alejados —murmuró agitando su larga cola.
Ragnor levantó su vista por un breve momento para entornar los ojos.
Un bostezo detrás de él hizo que girara un poco sus orejas.
— ¿Alexander? —preguntó una suave voz adormilada— ¿Qué haces en mi departamento? —Alec se levantó y se giró para ver a su destinado que tenía un semblante confundido y sonrojado —Además —continuó desviando la mirada — ¿Por qué estás casi desnudo?
— ¿No lo recuerdas? —preguntó en un tono tan cariñoso que él mismo se sorprendió—. A noche nos vinculamos, ahora me perteneces —comentó atrayéndolo por la cintura con su cola negra.
Magnus se le quedó viendo con los ojos muy abiertos mientras colocaba las manos sobre su pecho velludo.
—Yo... ¿en serio? —Preguntó con una voz tan ilusionada que casi rompe su corazón, no sabía lo mucho que le había hecho falta a Magnus —Pero... ¿por qué no puedo recordarlo? —preguntó con un tono lleno de frustración.
—Es normal —se adelantó Ragnor a responder sin levantar la mirada —. Cuando eres "atendido" mientras estás en celo, es difícil que logres recordar lo que sucedió.
Vio a Magnus levantar la mirada hacia a él con sus orejas echadas para atrás, él hizo lo mismo sintiéndose por primera vez indefenso ante esos ojos verde dorados llenos de amor.
—No te preocupes, la próxima vez me encargaré de que no olvides lo que hagamos —susurró cerca de su oreja.
El suspiro que emitió Magnus le recorrió el pecho provocando estremecimientos que se fueron directo a la parte baja de cuerpo. Lo abrazó por la cintura y besó su cuello, en donde estaba su mordida.
—Ok, ok ya entendí —dijo Ragnor tomando su laptop y levantándose de la silla —. No tienes porqué desprender tu aroma territorial, me voy.
Dicho esto, el hombre de pelaje rojo salió con cuidado por la puerta inestable.
— Y entonces ¿ahora qué? —preguntó Magnus moviendo su cola de esa forma sensual que le encantaba.
Alec acercó la suya para enredarla con la de él. Magnus se sonrojó y bajó la mirada lo cual lo hizo sonreír. Su corazón latía desbocado por todo el amor y adoración que sentía por este maravilloso omega, era tan intenso el sentimiento que dejó escapar un suave y breve ronroneo. Magnus levantó la cara abriendo sus ojos sorprendido mientras levantaba esas bonitas orejas puntiagudas.
—Tienes un ronroneo hermoso —susurró su destinado con tanta emoción que hinchó su corazón con adoración. Una de las manos de Magnus acarició por encima de sus colas enredadas—. Y tienes un pelaje tan suave y brilloso.
Alec no pudo evitar ronronear con mayor fuerza sintiéndose extrañado por el fervor que despertaba en él ese hombre con tan solo acariciarlo superficialmente.
—Ahora hazlo para mí —susurró llevando una de sus manos atrás de una de las orejas de su destinado—. Anda, ronronea para mí.
Magnus se apoyó en su toque y cerró los ojos claramente disfrutando de la suave caricia.
—Tendrás que hacer algo más que eso para escucharme ronronear —exclamó Magnus frotando la cara sobre su mano.
— ¿Me estás retando? —preguntó en un tono alfa demandante.
Magnus sonrió y abrió los ojos.
— "¿Crees que no sé lo que estás haciendo?"—Preguntó su destinado en una pobre imitación de su voz—. "Intentas seducirme con tu voz alfa para convencerme de hacer lo que tú quieres" —exclamó con una expresión llena de diversión.
Esas palabras eran las mismas que le había dicho el día anterior, lo cual le causó gracia por lo que le regresó la misma sonrisa divertida.
—Eres un peligro andante, eres tan testarudo —espetó con un gruñido.
—Y tú eres un alfa que cree que puede obtener todo, tendrás que hacer algo mejor para convencerme —siseó Magnus con una voz llena de intención.
Alec lo levantó del piso entre sus brazos.
—Veremos si opinas lo mismo estando en tu cama.
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A partir de aquí les doy la bienvenida a los momentos románticos y apasionados de estos lindos gatitos ❤️. Disfruten su estancia 😂😂😂
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Mi felino destinado (Malec)
FanficMagnus y Alec son descendientes de las razas más puras de gatos, aunque sus vidas no podrían ser más distintas. Alec es, como toda su familia esperaba, un poderoso alfa que mantiene en alto el apellido Lightwood. En él recae la responsabilidad de m...