9. La prueba del inhibidor

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Dos horas después, el laboratorio ya tenía a diez doctores que preparaban la fórmula para la demostración que pidió el director. Magnus agitaba su cola con un poco de estrés, el sujeto de prueba ya debería de estar en ese lugar. Además los síntomas de su celo habían regresado y estaba concentrado en reprimirlos hasta que pudiera salir a inyectarse de nuevo.

—No contesta su celular —murmuró Cat sobre su oreja.

Cat era una de sus mejores amigas y al igual que Ragnor, era una beta y se encargaba de otro de sus laboratorios. Le sorprendió un poco la rapidez con la que ella acudió a su llamado, aunque también sabía que podía contar con ella.

Magnus se llevó una mano a la cabeza y suspiró frustrado al mismo tiempo que Alexander entraba al laboratorio.

— ¿Sucede algo? —preguntó el director manteniendo una distancia prudente entre ellos, lo cual agradeció.

—El sujeto de prueba no ha llegado y...

—La fórmula ya está lista —interrumpió uno de los laboratoristas extendiéndole la inyección.

Magnus la agarró y miró a Cat fijamente.

—Ninguno en esta sala es omega —comentó Magnus agitando su cola.

—No estarás pensando probarlo en ti ¿cierto? —preguntó Cat con las orejas gachas y sus ojos entrecerrados.

Magnus se encogió de hombros.

—Estoy en mi celo, el efecto de los inhibidores se acabó y definitivamente necesito algo más fuerte —comentó desviando la mirada a la mesa que acondicionaron para que se sentara el sujeto de prueba. Una risa incómodamente irónica salió de su boca—. No es como si un alfa venga y se encargue de mi problema de todos modos.

Por el rabillo del ojo vio a Alexander cruzarse de brazos y azotar su esponjosa cola en el piso.

—Ven, ayúdame —pidió a Cat.

Magnus se sentó en la mesa en lo que Cat ajustaba unas cuerdas alrededor de sus tobillos y manos para inmovilizar sus movimientos.

— ¿Esto es necesario? —preguntó Alexander con las garras extendidas, se veía atemorizante con ese pelaje de su cola erizado.

Todos agacharon sus orejas menos Magnus y Cat.

—Sí, no sabemos con exactitud la reacción que podría tener la medicina —contestó jaloneándose de las cuerdas para asegurarse de que estaban bien afianzadas—. Ahora, llama a algunos de tus alfas, tenemos que probarlo en presencia de ellos —La mirada de Alexander sobre él era de total desaprobación, lo que le recordó el pequeño incidente de la tarde anterior donde un alfa casi muere en manos de ese hombre—. Trae aunque sea uno... uno en el que confíes. —concluyó desviando la mirada, no quería ser culpable de otro arranque territorial.

*****

Unos minutos más tarde, Magnus vio entrar a Izzy, acompañada de un señor mayor y su hermano

—Él es mi padre, Robert Lightwood, los tres somos alfas, así que pueden empezar con la prueba —dijo Alexander al mismo tiempo que cerraba la puerta.

Momentos antes, se aseguró de que el espacio estuviera sellado, así evitarían alterar a los alfas que se encontraban afuera si es que la medicina fallaba.

— ¿Estás seguro de esto? —preguntó Cat viéndose nerviosa.

—Solo hazlo —respondió Magnus pegando su cola a su espalda.

Cat asintió, le clavó la aguja en el muslo y vio atenta como el líquido verdoso entraba en su sistema.

—Deja de reprimir tu celo, todos aquí estamos bajo control, tenemos que saber en qué momento funciona —habló Alexander con voz engañosa y tranquila.

Izzy resopló y desvió la mirada a la pared transparente que estaba a su lado.

Magnus ignoró la pequeña discusión que estaban empezando los hermanos Lightwood y se relajó para dejar salir sus feromonas. Sintió un alivio y a la vez mucha vergüenza cuando el calor que se formaba en la parte baja de su cuerpo se reveló en sus enrojecidas mejillas.

Los tres alfas se quedaron callados mirando con atención a Magnus quien se retorcía jadeante, la medicina estaba tardando mucho en hacer efecto. Era eso o la presencia de su destinado y la impotencia de no poder hacer nada para aliviarse.

Magnus clavó una mirada suplicante en Alexander quien la regresó viéndose agitado y sonrojado. El lazo ahora se sentía tenso entre ellos, como si los empujara a estar cerca. Vio a Izzy tomarlo por el brazo y susurrarle al oído; de inmediato, Alexander se compuso y les dio la espalda.

Solo unos segundos pasaron hasta que la respiración de ambos se normalizó, sus sentidos funcionaban correctamente aunque el doloroso calor todavía se asentaba en su vientre y un poco más abajo.

— ¡Funcionó! —mencionó Cat con una voz muy alegre.

— ¡Claro que no! —respondieron al mismo tiempo él y Alexander, este último se giró para encarar a Cat.

— Claro que sí —comentó Izzy volteando a ver a su padre con confusión, quien le regresó la mirada con el mismo semblante.

—Doctor Bane —habló uno de sus laboratoristas que estaba a su lado —el aroma de su celo fue inhibido casi de inmediato después de inyectarle la fórmula.

— ¿A sí? —Preguntó Alexander viéndose molesto—entonces ¿por qué yo lo sigo oliendo con la misma intensidad?

—Tú no cuentas por obvias razones —interrumpió Izzy sacudiendo la mano —nosotros te podemos confirmar que la sustancia funciona Magnus.

—No, todavía no funciona del todo —jadeó Magnus tratando de retraer sus feromonas de nuevo—todavía duele mucho y si un alfa es capaz de olerlo aún no es seguro —se detuvo para mirar con seriedad esos ojos azules que lo miraban de igual forma—. Necesito con urgencia las investigaciones de Rusia para encontrar el componente que me falta.

—Bien, cuando te tranquilices ve al piso de arriba, allí está el almacén con todos los documentos que tenemos. Tu acceso a esa área ya está activado así que puedes visitarlo todas las veces que necesites.

Ambos se quedaron mirando por un largo momento, no estaba muy seguro si habían pasado segundos u horas, cuando el carraspeo de Robert hizo que Alexander desviara la mirada. Lo vio dirigirse a la puerta junto con su familia, al abrirla casi salieron corriendo los tres alfas para cerrarla rápido de nuevo.

Magnus cerró los ojos, ahora que había una pequeña distancia física con su destinado era más fácil retraer las feromonas. Levantó las orejas cuando un chasquido activó los conductores de aire para vaciar el lugar del fuerte aroma que había dejado sus feromonas.

—Nosotros nos vamos a quedar para limpiar el laboratorio —comentó Cat al desenredar las cuerdas de sus extremidades— ¿Por qué no te tomas un descanso antes de que vayas por esos documentos?

Magnus abrió los ojos y le sonrió afectuosamente. Se bajó de la mesa y dejó su bata, abrió la puerta y se dirigió al comedor que estaba en la planta baja. El lugar estaba bien vigilado, así que se fue confiado en que no se enfrentaría con ningún alfa en su camino.

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Capítulo cortito para que haya actualización el miércoles. ✌️

Creo que debo aclarar algo, Alec está teniendo una lucha interna entre mantenerse firme para cumplir con lo que sus padres le pidieron hacer (hacerse cargo de la empresa y emparejarse con una alfa) y ceder a sus instintos y marcar a Magnus. Por lo que verán la evolución lenta del personaje así que no desesperen 😂, mejor disfruten del estira y afloja de nuestra pareja favorita ❤️❤️❤️

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Mi felino destinado (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora