5. El celo de Magnus

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Magnus llegó arrastrándose a su departamento ubicado en el tercer piso de un pequeño edificio negro. Cuando por fin cerró la puerta tras él, se desplomó en el suelo jadeando y desnudándose con movimientos espasmódicos.

No podía sacarse de la mente la mirada penetrante de Alexander mientras le decía que se fuera. Su tono era tan demandante que le mandaba estremecimientos a la parte baja de su cuerpo.

Su instinto le decía que debía obedecer, pero la razón no quería someterse aunque fuera su destinado. Al mismo tiempo era consciente de las garras ensangrentadas de Alexander, su piel ardía por encontrarse con ellas, quería sentir su piel abriéndose bajo ellas. Afortunadamente sacó fuerza de alguna parte para hablar y salir de ese lugar que, por el momento era peligroso para él.

Se dirigió a su cama dejando su ropa regada por todos lados sin importarle nada. Su celo era tan doloroso que comenzó a emitir maullidos desesperados, aunque estos eran los que emitían emitían los omegas para atraer al alfa.

Se sentía libre de emitirlos porque el departamento estaba acondicionado para que los ruidos y aromas no salieran y así evitar visitas desagradables de alfas siendo atraídos a ese lugar.

Con una mano tomó su hinchado miembro y lo masajeó a toda velocidad mientras con la otra palpaba su humedecida entrada para introducir tres dedos de golpe. Se masturbó una y otra vez viniéndose varias veces sin lograr aplacar su celo. Estaba tan caliente y odiaba reconocer que necesitaba de su alfa para aliviarse.

El departamento se llenó de sonidos humedos, obsenos gemidos y maullidos desesperados mientras llegaba por sexta vez al clímax. Su cuello ardía por ser mordido en el cuello, algo que deseaba con locura desde que entró en aquella sala de juntas. El lazo alrededor de su muñeca se sentía pesado y doloroso, como una cuerda tensándose, lo que también le provocaba un dolor agudo en el pecho.

Jadeante, sintió a su miembro endurecerse de nuevo así que empezó a masturbarse otra vez decidido a controlar su celo, era un omega fuerte y no se daría por vencido.

Un chasquido lo hizo callarse por un momento, vio a Ragnor abrir la puerta de la recámara con movimientos inseguros.

— ¡Joder, Magnus! —Jadeó con sus pómulos encendiéndose —. Huele bastante bien—, por un momento fue consciente de la escena que Ragnor estaba presenciando. Un desnudo Magnus tirado en la cama con sus dedos dentro de él y al mismo tiempo masajeando su enrojecido miembro. No sabía cuanto tiempo estuvo escuchando su amigo sus sonidos lascivos —Magnus hueles muy bien —insistió con sus ojos oscureciéndose.

Magnus dejó de tocarse y se hincó sobre la cama pegándose a la cabecera de la cama mientras veía con terror a su amigo que se acercaba lentamente con sus manos extendidas hacia él.

Ragnor era un beta, no le afectaban mucho las feromonas de los omega, pero su celo estaba tan fuera de control que en este punto ya no estaba muy seguro de que Ragnor no se le fuera encima para follarlo.

Magnus se enrolló y cerró sus ojos con fuerza cuando Ragnor se aventó encima de él, ahora estaba muy seguro de que su amigo había perdido el control, estaba a punto de ser tomado y lo peor de todo era que no tenía fuerza física ni de voluntad para frenarlo. Lo necesitaba, necesitaba saciar su deseo de ser follado para aplacar el intenso celo.

Un pinchazo en su pierna lo hizo abrir los ojos de golpe, solo en ese momento sintió la respiración entrecortada de Ragnor sobre sus orejas.

Cuando su amigo se levantó vio que retiraba una jeringa.

—Es una generosa cantidad de inhibidores y un sedante —explicó Ragnor con la respiración acelerada —con eso debería ser suficiente para que puedas dormir y mañana ir al laboratorio de los Lightwood.

—Gracias —ronroneó Magnus al mismo tiempo que el peso del sueño se apoderaba de él y los inhibidores liberaban su cuerpo del intenso dolor.

—Duerme Mags.

Fue lo último que registró su cerebro antes de perderse en un profundo sueño.

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Nota: el celo del omega suele ser muy doloroso el primer día, y normalmente está acompañado de un gran deseo sexual. En mi historia el celo de los omegas son cada mes, por lo cual podrán deducir que está historia estará llena de momentos intensos 😏😏 así que enjoy it 😏😏❤️
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Mi felino destinado (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora