El Schule Roten Adler Von Münich daba la apariencia de estar vacío a simple vista. Pero no era así, todos estaban concentrados en el gran buffet esperando con ansias que empezará el acto. Niños, adolescentes, adultos y algunos ancianos decoraban sus rostros con una sonrisa. Aquel día era 9 de Noviembre y se conmemoraba otro aniversario de La Caída del Muro de Berlín, precisamente veinte años. Todos estaban entusiasmados. Todos excepto Raven Wagner cuyos ojos verdes echaban miradas despectivas por doquier. No es que no quisiera a su país, pero con nueve años recién cumplidos ninguna persona podía identificarse con una bandera política a menos que sus familiares o tutores los presionarán para que piensen como ellos. No mas quien padeciera esas presiones no lograría entender el discurso que esta repitiendo. Raven estaba impaciente por irse ya que la ponía nerviosa tanta gente reunida. No era que le tuviera pánico a las personas a pesar de que su aislamiento en el colegio sino que le molestaba ver tanta felicidad. Ella enmarañaba su cabello rubio ceniza entre sus dedos. Se sentía tan sola a pesar de la multitud. Ninguno de sus padres la había acompañado. Hasta había discutido con su madre debido a que prefería quedarse en casa limpiando y se negaba a cederle su petición cuando la asistencia a tal acto era como un día mas de clase. Raven no soportaba el barullo. Las palabras se acoplaban en sus oídos como un potente amplificador distorsionado. Y el barullo no concluyó cuando apareció con un traje negro encajado en su cuerpo fornido. Este hombre le estaba dando su espalda ancha a la bandera de su propio país aunque no le quedaba otra opción para estar arriba del pequeño escenario. Era Dieter Fischer, el director del colegio quién era temido por toda la institución excepto por Raven quien solo lo veía como un estorbo. Raven iba con frecuencia a la dirección por mala conducta. No tenía ni un solo amigo en ese colegio pues no sabía mantener un trato con ellos por un tiempo prolongado. Los niños confiaban en ella a la ligera y tarde o temprano ella usaba dichos secretos no tan secretos en su contra. Katrina y Friedrich intentaron de todo desde métodos apaciguados como la terapia a los violentos aunque después de emplear este venía la culpa especialmente en Katrina quién era una madre bastante particular. Raven estaba sumida en una cadena de recuerdos desagradables. Aquello la distrajo de las palabras ajenas y del discurso patriótico de su director. De repente se escucharon palmas retumbando por todas partes y simultáneamente se escucho el himno alemán. Aquello solo había atormentado más a Raven. No es que odiara su país del cual estaba orgullosa de pertenecer a pesar de que el nazismo lo había manchado sino que no toleraba la alegría. Aprovecho que delante suyo había adultos que tenían el doble de su altura y dándole la espalda se escabullo lentamente y se dirigió a la salida del buffet. Por supuesto que no paso desaparecida. Hasta tuvo que evadir miradas tan odiosas como la suya. No obstante, aquello no fue suficiente para detenerla y logró conseguir la primer fase de su objetivo. La siguiente fase consistía en abandonar die schule sin ser detenida lo cual no parecía nada del otro mundo cuando todos estaban dentro del buffet. Una vez puertas afuera, paso por enfrente del salón con piscina. Pues en Alemania y otros países de Europa del Norte era bastante común que los estudiantes tuvieran Natación como una asignatura más. A pesar de ser el centro de atención por su delgadez cadavérica, Raven era un pez en el agua. Amaba ese deporte al punto que le pidió a sus padres que la anotaran en otra piscina fuera del colegio. No se adentro allí aunque le hubiera encantado echarse un chapuzón pero iba a ser muy obvio la razón de que su uniforme rojo estuviera mojado. No tenía que quedar ningún rastro de que se estaba escapando. Siguió caminando de manera recta y luego doblo hacía la izquierda. Raven miraba hacía todas partes, no veía nadie por los pasillos solo veía puertas y más puertas. Los únicos ruidos que escuchaba eran los de su respiración y los de sus pasos apresurados. Aunque cuando llegó al patio no confío en ser la única del colegio. No podía darse una explicación solamente padecer esa sensación de ser observada y no poder encontrar quien lo hacía. La inquietud solamente aceleraba aún más sus movimientos. Cuando menos se dio cuenta, ella estaba fuera del colegio observando algunos autos veloces en las calles. No había nadie en las calles lo que la favorecía bastante. Camino unas cuadras de manera recta. Las únicas personas que veia era a través de las ventanas de las casas quienes le devolvían la mirada asustados. Raven tenía que caminar muchas manzanas, alrededor de veintisiete. Ya había estado en un colegio más cercano pero había sido durante el kindergarten. Donde los niños le temían por contarles historias de terror que nadie podría imaginar que a una pequeña niña se le ocurrirían además que recurría con frecuencia a la violencia para quitarles los juguetes a los demás niños. Su siguiente colegio fue el que había escapado donde estaba empezando la drei klasse o tercer grado apenas hace un par de meses. Durante el camino a su casa Raven maldijo a sus progenitores por anotarla en un lugar tan lejos de su casa o al menos para que una niña de nueve años recién cumplidos. Al menos no estaba perdida a pesar de tener que atravesar un camino tan largo rodeada de miradas. Primero la gente en los autos, luego en las ventanas de las casas y después la gente en la calle quienes le miraban de manera desbordante. Odiaba admitirlo pero Raven estaba incómoda. ¿Acaso nunca habían visto a una estudiante fuera de su horario escolar? Había algo más en su mirada. Algo que Raven no pudo descifrar hasta que estuvo a una manzana de su casa. Donde se llevó una sorpresa que la hizo cruzar hacía la otra vereda. Pues había visto a una mujer cuarentona con un traje jardinero y un sombrero de paja encima de sus cabellos dorados. Ella no estaba sola sino Raven hubiera permanecido en aquella vereda debido a que su casa en la misma sino que estaba hablando con dos policías robustos.
—¡Es ella!¡Hasta tiene el uniforme de Schule Roten Adler!—vocifero la vecina. De inmediato fueron tras Raven quien apenas entendía lo que sucedía. No pudo ir muy lejos que la policía la atrapo.
—Niña.¿Que haces fuera del colegio?—La interrogo uno de los policías quien la agarraba del suéter rojo.
Raven trago saliva. No tenía idea sobre como mentir.
—¿Quienes son tus padres?—pregunto el otro con un tono más suave.
—Katrina y Friedrich Wagner.—respondió con un tono más bajo de lo normal.
—Wagner. Es un apellido importante.—soltó el policía con voz tranquila.
—¡Oficial se está distrayendo!—interrumpió la vecina.— En los ojos de este monstruo veo confusión. Así que expliqué porque están aquí.
—Señorita Wagner. Se la acusa de intentar quemar su propio colegio. ¿A qué curso va?
—Drei klasse—respondió con una voz débil como si estuviera afónica.
—Casualmente el incendio se desató en el salón de dicho curso y estuvo a punto de propagarse hacía la dirección.
Raven estaba más estupefacta que antes. No le afectaba para nada que algún pirómano hubiera querido satisfacer su manía con die Schule Roten Adler sino que la acusaran a ella. No entendía absolutamente nada, ¿en qué momento había comenzado un incendio? No recordaba haber visto ningún camión de bomberos aunque la sede estaba pasando el colegio. Todo aquel asunto era demasiado extraño. Era una locura acusar a una niña de nueve años de provocar un incendio.
—Señorita, necesito que usted y un responsable nos acompañe a la comisaría.
Y aquello no era lo peor sino ir al día siguiente al colegio y recibir la noticia de que había sido expulsada por retirarse sin autorización y ser la principal sospechosa. Para su mala suerte su padre estaba en casa, le habían dado el día en el trabajo. Ella se declaró inocente en la comisaría y el encargado de aquello creía lo mismo antes que escucharla ya que le parecía una locura que una niña de nueve años quisiera hacer eso pero el cinto de Friedrich no creyó lo mismo.
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Conocimiento prohibido
Mystery / ThrillerRaven Warner es una adolescente particular que estudia en un lugar lleno de secretos. La escuela secundaria Treewall cuenta con un pasado sangriento que los estudiantes de ultimo año de secundaria descubrirán con una investigación ordenada por una p...