VIII : Manifestación

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Cuando llego el momento de regresar a casa, el estado anímico de Alaska se establizo. Quizás si Loreley no se hubiera acercado a ella seguiria llorando en medio de la calle. Y a las tres de la tarde había mucha gente y no seria nada gratificante que la vieran de esa forma.

Gracias a Loreley Hills, Alaska no tuvo que brindarle explicaciones a su tía Eleonor y a su acompañante de pelo platinado.

-Llegas tarde para la merienda-advirtio Eleonor al mismo tiempo en que agarraba la tetera de porcelana blanca para servirse té.

-¿No es muy temprano para merendar?-refuto Alaska.

-Madeleine vino de visitas.-Eleonor la señalo con su melena pelirroja a medio peinar.

Madeleine tenía un corte de pelo cuadrado que dejaba muy visibles sus facciones anglosajonas. Era una mujer muy bonita.

-Descuida, todavía hay té para ti.

Alaska se acerco hacia ellas. Primero se lavo las manos en el fregadero y luego prosiguió con la invitación. Ademas de la tetera había un plato con waffles.

-¿Por que llegaste tarde?

-Me quede conversando con una compañera.-Hasta ese momento su respuesta fue honesta. Luego transverso la verdad. - Tuvo una crisis existencial y yo me ofreci a consolarla.

Muy bonito de tu parte.-halago Madeleine.

-Sí, muy bondadoso realmente pero ya me estaba preocupando...

-No volvera a pasar. -Alaska tomo un largo sorbo de té. Necesitaba interrogar a su tía Eleonor quien era como una madre para ella debido a que se había hecho cargo de ella desde que tuvo memoria. Alaska tuvo el infortunio de conocer a sus padres pero no tener recuerdos de ellos salvo los que fueron implantados por ella y sus abuelos. Aunque aquel momento no era el mas propicio para una entrevista azarosa.

-Nosotras vamos a ir al centro comercial dentro un rato- anuncio Madeleine. Acto seguido, agarro la taza y en poco tiempo la devolvió en el lugar que estaba.-Primero voy a ir al baño.

Si era un momento propicio aunque hacia tres años que conocía a Madeleine y podía confiar en ella mas si era amable. Sin embargo, prefería plantear aquellas dudas a solas con alguien de su sangre.

-Necesito que me resuelvas algunas dudas, tía.- Madeleine ya había desaparecido del campo visual de ambas.-Antes que nada agradezco que me hayas cuidado todos estos años. ¿Como murieron mis padres?

Eleonor quedo petrificada con una sonrisa en el rostro consecuencia de la consideración de su sobrina. Alaska conocía la respuesta, sin embargo desconfiaba de aquella.

-Tu madre tenía cáncer de útero y este la culmino más rápido de lo esperado debido a su constante tensión.- Madeleine suspiro abatida.-Tu padre murio de tristeza simultaneamente después. Tu solo tenias tres años recién cumplidos.

-¿Como es posible que yo haya nacido si mi pobre madre tenía un tumor en donde mi cuerpo se formo?

-No soy médica, Alaska.- bufo Eleonor - Soy una simple peluquera que trabaja en dos locales para ganarse la vida.

-Valoro eso. Pero no entiendo como es que yo no nací con alguna malformación...bueno no entiendo simplemente como nací.

-Tu madre se ha hecho diferentes tratamientos y uno de ellos ha dado resultado. No me preguntes cual porque yo de medicina tengo lo mismo que un albañil de empresario.

-¿Por que te molesta tanto que indague sobre mis orígenes?

-Ya hemos hablado de esto antes. Prefiero recordar a tu madre cuando estaba sana o cuando estaba embarazada de ti. Es preferible recordar a los muertos...

Conocimiento prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora