XXI: El mal omnipresente

14 1 2
                                    

La vida de Friederich dependía de un hilo. Había llegado al Hospital Pennsylvania Emergencias y fue derivado a la sección de Urgencia de inmediato. Allí los médicos decidieron llevarlo a cirugía para reparar los tejidos sanguíneos que habían sido abiertos. Si el corte hubiera sido un poco más a la derecha, en la vena yugular externa, se hubiera desangrado en pocos minutos. Katrina estaba más agradecida que nunca con Dios. A partir de ese entonces prometió ir a misa una vez por semana. Quería insinuarle a Friederich que la acompañara pero lo veía demasiado fragil entre esas paredes blancas y la camilla del hospital

-Te amo mucho.-se limitó a decir- Me hace inmensamente feliz que estés a salvo.-Katrina junto las manos con las de Friederich- Vas a ver qué vas a salir de esta.

El le dedicó una sonrisa, estaba demasiado sedado para entablar una conversación con ella.

-Eres un hombre fuerte, te recuperaras

-Señora, es necesario que deje descansar al paciente-reprocho una voz masculina. En la puerta se encontraba un hombre de piel oscura y con bata blanca.- Entiendo el momento delicado que esta atravesando pero el señor Wanamaker necesita estar bajo observación médica.

-Soy médica cardiología-se defendió Katrina-Trabajo este hospital y conozco todos sus rincones-Aquello no era del todo cierto, si bien llevaba tiempo trabajando en Pennsilvania Emergencias pero trabajaba con pacientes que tenían un turno médico, no con personas que habían sido intervenidos quirúrgicamente.

-Doctora Wanamaker-el médico la reconoció- Por supuesto que conoce el lugar pero eso no la autoriza a romper el protocolo.-torció su cabeza y miró hacia los costados- Señora, no creo que quiera meterse en problemas dentro de su ambiente laboral...

-¡Bueno, me iré! Pero haré lo posible para insistir en ver a mi esposo lo más pronto posible.-Lo que realmente quería decir Katrina es que ingresaría a la habitación nuevamente pero sería más cautelosa para que no la descubran. Acarició suavemente la frente de su esposo y retomo la conversación que estaba teniendo con el- Eres un hombre fuerte, vas a salir de esta y volveremos a estar juntos.

Katrina se marcho protestando en su interior. No estaba de ánimos para tener que enfrentarse a alguno de sus superiores pero tampoco le parecía un buen momento para que tomaran decisiones por ella así que fingió obediencia. Se sentó en una sala de espera con asientos vacíos y se acosto sobre tres de ellos. El cansancio se había extenuado por todo su cuerpo, sentía punzadas en los ojos. Había estado demasiado exaltada como para mantenerse despierta luego de haber bebido mucho alcohol. Cerro lo ojos e imagino un futuro mejor al lado de Friederich. Llegó un momento en que se quedó dormida y se desconectó totalmente de su entorno.

Mientras tanto, Friederich estaba sumido en un sueño donde recorría los Alpes suizos y encontraba una cabaña donde había cientos de bebidas y aperitivos para degustar. Cuando su versión onírica estaba a punto de beber una Jäggermaster, la proyección de desvaneció y se convirtió en una profunda oscuridad. Friederich abrió los ojos, con la esperanza de encontrarse en su hogar pero se topó con algo mucho peor que paredes blancas que le recordaban su situación de vulnerabilidad. Un semblante de piel oscura, unos ojos marrones penetrantes y una nariz prominente lo recibían debajo de una capucha negra

-Hola Friederich.-saludo Candace con una sonrisa que en vez de provocar calidez traía incomodidad.- Me alegra que te estés recuperando. Una vez que ingresas al mundo de las sombras no puedes escapar tan fácilmente.

Friederich se encontraba totalmente perplejo ¿Cómo había entrado aquella mujer al hospital? Su apariencia era demasiado aterradora para que pasara desapercibida.

-Raven esta poseída por el espíritu de un conocido mío que murió hace tiempo.-confeso Candace aunque Friederich estaba lejos de comprender sus palabras en ese estado.- Esa noche que me la llevaste lo invoque desde las profundidades del Averno para que regresara a la Tierra.

Conocimiento prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora