Si hubiese sido así
Andrew Watson era un chico guapo, capitán del equipo de fútbol y con impecables notas. Era el novio de la estudiante de periodismo Sabrina Prestone, pero como todo estereotipo al ser capitán del equipo de fútbol, aunque tengas novia sales con varias chicas y todas enloquecen por ti, pero esto no sucedía con él pues amaba a su novia por encima del fútbol, las fiestas, la fama o cualquier otra cosa. Ella también amaba a su novio y más que eso se sentía querida y respetada por él. Todas las chicas sentían celos de que el guapo futbolista solo tuviera ojos para ella y fuera tan dedicado a complacerla. Sabrina era feliz porque aunque él pudiera tener a la chica que quisiera, solo quería estar con ella.
Si hubiese sido así, de seguro todo seguiría bien, pero Andrew era un mal chico, un odioso y patán que utilizaba a las mujeres como objetos sexuales; además, arruinó la reputación de su novia y eso merecía un castigo. La chica se había convertido en el hazmerreír de todo el instituto, algunos chicos la miraban como prostituta; su vida estaba prácticamente arruinada y todo por confiar en su novio.
¿Cómo traicionas la confianza de la persona que te ama de esa manera? ¿Así se paga el amor brindado? No creo que deba ser así, por eso, por su torrente sanguíneo correrá un líquido que lo paralizará por siempre, pero para hacerlo más justo también lo convertiré en el hazmerreír de la universidad, todos podrán admirarlo como él siempre quiso, desde las alturas.
El trabajo estaba hecho, de nuevo la calma volvía a mí. ¿No podía la gente ser un poco más cuidadosa y pensar antes de actuar?
La vida estaba llena de errores como ese, pero por eso lo hacía no hay acto sin consecuencia ni luz sin oscuridad, las personas necesitaban aprenderlo. Podía llamarlo una advertencia para los demás, estaba cansada de que el amor pudiera ser traicionado de tantas formas; luego solo venía la desilusión y pensaba en chicos como mis amigos. ¿No podían ser todos así?
Dormí algunas horas pero ya no era igual, la pregunta de siempre rondaba en mi cabeza: ¿disfrutaba asesinando personas? No sé si podría llamarlo así, pensé en algo más, como educar a la sociedad: no se debe hacer sufrir a los que te rodean, es algo muy malo, te brindan apoyo, amor, confianza, cariño, ¿cómo se puede arruinar de tantas maneras cosas tan buenas como esas? Esa pregunta me hacía sufrir y estaba constantemente en mi mente atormentándome, la imagen de mi madre en la tina bastaba para hacer surgir las preguntas. No dejaría que nadie más sufriera en su nombre; si salvaba a los demás, casi podía sentir que ella era vengada con justicia, eso se había convertido en todo.
Peter estaba sonriendo y se sentó a mi lado. Era una sonrisa distinta, la misma que tenía cuando estaba listo para pedir matrimonio. Lo miré unos segundos.
—¿Mañana feliz? —le pregunté dándole un pequeño golpe en el brazo y me miró distraído.
—Gabriela es una chica maravillosa, creo que me gusta.
—¿La besaste?
—Sí, ella es tan sincera y comprensiva, comenzaremos a salir más seguido.
—Bien, me alegro por ti, pero con calma, no quiero que vuelvas a estrellarte.
Gabriela se había sentado con Emily y estaban conversando, ambas me sonrieron.
—Tranquila Isa, esta vez seré cuidadoso.
—Es buena persona y gran amiga, es bueno que te relajes.
Seguí escribiendo en mi cuaderno lo que el profesor dictaba, y cuando salí al descanso me encontré a Emily conversando con Sabrina, que seguía estando destrozada. Yo no soportaba ver a las personas sufriendo por amor, caminé hasta la cafetería y me conseguí a Jared almorzando. Me senté a su lado.
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Si hubiese sido así
Mystery / ThrillerIsabella es una joven y brillante estudiante de Literatura en un instituto universitario. Es una chica moderna, independiente, cuya vida gira en torno a la lectura, sus estudios, su incondicional amistad con Emily -una chica de clase alta un poco lo...