Capítulo 8

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La chica se puso aún más nerviosa y nos miró con cierta decepción.

—Lo siento, no sabía que eran novios —dijo mirándonos.

Cuando estaba dándose vuelta para irse Peter se sintió un poco mal y tomando algo de fuerza hablo con ella.

—No, para nada, es mi mejor amiga.

—Ah, bueno deben ser muy buenos amigos entonces, porque hacen una hermosa pareja —bromeó Emily —no, no te preocupes, solo son amigos.

La chica sonrió esta vez con más seguridad y mirando a Peter puso sonrisa pícara.

—Está bien, ¿vamos?

Peter y la chica fueron hasta la pista, él estaba un poco rígido al principio pero a medida que la chica bailaba se relajó. Emily y Brian también bailaban, así que me puse a conversar con Steve. Sus conversaciones siempre eran interesantes, era un chico inteligente que sabía mucho de medicina, era el hermano menor de Emily pero era más prudente.

—Tenías tiempo sin salir —me dijo Steve tomando un sorbo de su bebida.

—Lo sé, estuve un poco ocupada.

—También ha estado agobiante el ambiente en la Facultad de Medicina, pero una chica como tú siempre saca tiempo para todo, eso es impresionante.

—Me vas a hacer sonrojar —reí leve.

—El fin de semana vamos a ir a ayudar en un orfanato, son niños de escasos recursos y debemos preparar comida para hacerles un almuerzo sorpresa, pero soy terrible cocinando, ¿te gustaría ayudarme?

—Claro, Steve, sabes que me encanta ayudar.

Él sonrió, seguimos hablando algunas horas hasta que decidí que era hora de irme, me despedí de todos y salí de allí.

Llegué un poco mareada a mi primera clase del día, así era como me gustaba sentirme. Salir de fiesta con mis amigos era una de mis actividades favoritas. Peter se acercó a mi mesa, tenía una pequeña sonrisa y un libro en sus manos. A esa hora el sol estaba proyectando unos rayos sensacionales por la ventana del salón y mi cuerpo lo agradecía.

—Hola, ¿quieres una aspirina o un poco de agua?

—¿Tan evidente es mi cara?

—Como siempre, Isa, ya extrañaba salir contigo.

Peter se sentó a mi lado y puso el libro sobre mi mesa: leí el título, era un volumen de Sherlock Holmes. Vinieron a mi mente recuerdos de mi infancia: Mona solía leérmelo en las noches para dormir, me encantaba la intuición del detective y la forma de resolver los casos más complicados de una manera tan simple. Le sonreí.

—¿Ahora quieres ser investigador privado?

—No bromees, sabes que es de mis libros favoritos y he vuelto a leer para tener mi mente ocupada

—Peter, sigues estando mal, no me gusta verte así.

—Ayer pude distraerme un poco, la chica con la que bailé me dio su número, al menos es un avance —sonrió.

Salimos al descanso. Los policías que hacían preguntas se acercaron hasta nuestra mesa, entre ellos pude ver al detective Stondert, estaba parado detrás de dos oficiales a modo de escoltas. Todos los estudiantes debían tener los nervios de punta pues desde el fallecimiento de Andrea era habitual tenerlos de visita a todas horas.

Louis Stondert se acercó hasta Peter, él de inmediato se levantó a hablar con él. Emily y yo nos miramos.

—¿Crees que le dé buenas noticias?

Si hubiese sido asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora