Si hubiese sido así

Capítulo 11

Me refresqué de inmediato, tomé un poco de aire y los observé. Peter comenzaba a mirar a Emily y ya sabía de qué iban a hablar.

—Han estado interrogando a muchas personas en el instituto.

Peter no podía dejar el tema, se había convertido en la noticia del momento.

—La muerte de Andrew fue extraña, nadie se esperaba algo así —dijo Emily.

—Bueno, estuve con Jared y Peter la noche que mostraron el video, pero apenas lo puso y comenzó a burlarse de su novia tuve que salir de allí, no quise decirles nada porque son chicas y merecen respeto.

Steve tomó la palabra y ahora entendí porqué debía llegar temprano a su casa ese día.

—Chicos, debemos dejar a las autoridades hacer su trabajo —les dije— ya leí las cartas y no he podido pensar en alguien que escriba así.

—Emory Pearson podría hacerlo, ¿has visto los poemas que escribe? —me dijo Emily.

—Solo Peter podrá decirnos qué opinan los oficiales hasta ahora —dije mirándolo con severidad— ¿y bien, podrás decirnos algo que no sean simples conjeturas?

—También pensé en Emory, es muy reservado y estudia teatro.

Los oficiales no dicen mucho, están revisando las encuestas y repartiendo las cartas; leí un poema del chico titulado «para qué vivir», podría ser él sin duda.

—¿Y has hablado con los oficiales de eso? —preguntó Steve mientras tomaba un poco de agua.

—Sí, les di algunas ideas, ellos no se detendrán hasta dar con el criminal, así que estoy seguro de que no debemos preocuparnos.

Cuando eran las 5:00 p.m. Volví a mi departamento. El fin de semana pasó sin novedad, pero de nuevo en el instituto todo era tensión, los oficiales estaban pegando las cartas en las paredes y comenzando los interrogatorios; las clases estaban paradas, no se podía estudiar y todos estaban nerviosos, caminando por los pasillos.

Tropecé por accidente con una chica y tiré sus libros, ella se impactó y volvió a tropezarme, luego me pidió disculpas cuando me reconoció.

—Eh, lo siento Isa, creo que todos estamos un poco paranoicos.

Logré entrar al salón. Como los horarios ya no se cumplían, el profesor no había llegado y los estudiantes estaban sentados en silencio; de nuevo, dos oficiales entraron junto a mí.

—Señor Jones, señorita, Blake y señorita Hudson.

No había motivo para que te negaras a los interrogatorios, estos ocurrían a cualquier hora del día y en cualquier momento, te llamaban por el orden de una gran lista y debías acompañarlos. Emily y Peter se levantaron conmigo y seguimos a los policías hasta la oficina del decano, donde se realizaban las preguntas. El detective Stondert entró y se sentó frente a nosotros.

—Estuve revisando sus encuestas, ¿se están tomando esto como un juego?; realmente es importante responder con seriedad no es momento de bromas.

—¿Por qué lo dice, señor detective?

—¿Solo matarías a una persona si toma el último par de zapatos en una tienda de descuento? Señorita Blake es momento de tomarnos las cosas en serio.

—No soy una asesina, detective, ¿qué quiere que responda a preguntas como esa?

—No seguiré discutiendo con usted; por otro lado, señor Jones sé que sigue destrozado por lo ocurrido con la señorita Samuels, ¿pero podría pensar un poco en algunas personas que la odiaran y pudieran hacerle daño?