Capítulo 4. ❝Umbridge❞ (5º AÑO)

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                    ______ P.O.V.

Era la hora del desayuno y nuestro primer día lectivo de este curso, la verdad era que había disfrutado de mis días sola en el castillo, teniéndolo para mí, comiendo en las cocinas junto a los elfos y corriendo a mis anchas por el campo de Quidditch. Aunque también estaba Blaise.

Teníamos dos horas seguidas de Historia de la Magia con Gryffindor. Oh, genial, dos horas mortales de la asignatura más aburrida y odiada para y por los estudiantes de Hogwarts desde que se fundó, probablemente.

Para los muggles también era la peor. Era la asignatura que más odiaba Dudley.

Y Matemáticas. Eso de matemáticas suena peligroso.

Eché un vistazo hacia la mesa de Gryffindor y Harry me miró con hastío. Era evidente que mi hermano estaba tan aburrido como yo con solo pensar en las dos horas de aburrimiento mortal.

Para colmo una profesora vestida completamente. Y cuando digo completamente es de pies a cabeza, de color rosa. Cuando esa profesora comenzó a hablar, tuve que reprimir una mueca al oír su voz chillona. Además...su cara no me inspiraba demasiada confianza, incluso después de intentar darle lecciones a Dumbledore. Por Merlín, realmente era fea...Parecía un sapo.

Cara de Sapo.

Se lo tengo que contar a Fred y George.

Noté como alguien se sentaba a mi lado, y no me hizo falta darme la vuelta para saber quién era ya que me tomó por la cintura y me dio un beso en la mejilla.

—Buenos días.

—Buenos días, Draco—. Dije sonriéndole. Al otro lado de la mesa, Blaise y Pansy me lanzaron miradas de «Tendrás que explicarnos qué pasa aquí» mientras en la mesa de Gryffindor alguien se estaba ahogando. Seguro que era Ron tratando de engullir el pastel de calabaza.

—A tu hermano no le ha sentado bien que te tomara de la cintura.

—¿QUÉ?—. Dije mirando hacia la mesa de Gryffindor. Ron estaba dándole palmaditas en la espalda a Harry, quien estaba rojo como un tomate. Hermione y Ginny también me lanzaron miradas como las de Blaise y mi mejor amiga.

Miré hacia la mesa de los profesores, pero al parecer mi padre no se había dado cuenta, pues cuchicheaba con Dumbledore.

¿Sería de esos típicos padres que amenazaban a los novios de sus hijas?

Aunque...Draco no era mi novio. Sólo de pensarlo me sonrojaba.

Los estudiantes de quinto año de nuestra casa y de Gryffindor soltamos un quejido al oír las campanadas que anunciaban el comienzo de las clases y el término del desayuno.

Nos encaminábamos hacia el aula de Historia de la magia cuando Hermione se puso a mi lado y me miró con los ojos entrecerrados.

—¿Qué está pasando?—. Murmuró lentamente.

—Nada Herms...¿por qué tiene que pasar...?

—¿¡Qué hace Malfoy cogiéndote de la cintura!?

Todos los alumnos que iban hacia la clase de Historia de la magia se pararon para mirar hacia un furioso Harry que avanzaba a zancadas hacia mí. Parecía un basilisco, casi era peor que Molly Weasley enfadada. Y ya era decir.

—Eh...eh...eh...¡Para el carro, amigo!—. Dije apuntándole con el dedo. —Primero, baja la voz porque creo que en el mundo muggle no te han oído aún y además, te estás empezando a parecer al tío Vernon. Segundo, no tengo cinco años, Harry. Tercero, no lo llames "imbécil" porque no lo conocéis de verdad. ¿Por qué todos esos prejuicios hacia la casa de Slytherin? ¿Por qué no os esmeráis en conocernos de verdad y no etiquetarlos como egocéntricos y estúpidos—. Dije esta vez dirigiéndome a todos y no sólo a Harry. El asintió y entró. a clase, poniendo fin a nuestra discusión.

Ojos Grises. Draco Malfoy y ___ (Editando 2020)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora