12. "El lugar de los Dioses" (2/2)

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La lluvia había parado antes del atardecer, pero seguía nublado, y el suelo seguía frío mientras se acercaba la noche. SeHun andaba con rapidez entre la multitud. LuHan intentaba seguirle el ritmo lo mejor que podía. Estaba sin aliento. Le habían empujado, se habían chocado con él, y le habían gritado; sentía la mirada de incontables curiosos en su cabeza; le llegó a la nariz el olor de una docena de cosas, tan mezcladas entre sí que no podía decir qué eran por separado; el suelo resbalaba; había tiendas y barracas puestas en el borde del camino, y de ellos llegaba al camino un humo espeso; en el aire chocaban gritos, susurros seductores y gritos de comerciantes. Estaba mareado.

El distrito de Lost Town, distrito en el que vivía desde que lo expulsaron de Chronos, también era uno con mucho ajetreo. Pero comparado con lo que estaba viendo ahora, era de lo más tranquilo.

En No. 6 había caminos, tanto para coches como para peatones, en ambos sentidos y una regla muy simple, pararse de golpe o ir en dirección contraria estaba prohibido. Todos andaban en la misma dirección y de la misma forma. Era raro chocar con alguien o que te parase un conocido. Nada pasaba inesperadamente. Todo estaba controlado para evitar que pasaran ese tipo de cosas. No. 6 era ese tipo de sitio.

Se escuchó un escándalo cerca. A LuHan le dieron un empujón violento. Perdió el equilibrio y cayó de rodillas en el barro. Varios hombres pasaron corriendo por su lado. Algo se les cayó, rodó y se paró enfrente de LuHan. Era una naranja.

"¡Ladrón!"

Un hombre salió corriendo de una de las barracas, con una pistola. Era muy alto y estaba gordo.

"¡Son ladrones!" gritó. "¡Que alguien los coja!"

No se movió nadie. Algunos soltaban risitas mientras miraban, otros no mostraban ningún interés, otros estaban gritando cosas ininteligibles; y mientras tanto, los supuestos ladrones se alejaban cada vez más entre la multitud.

LuHan estaba estupefacto. El hombre estaba apuntando con la pistola. Los peatones que lo vieron se echaron al suelo con rapidez para cubrirse.

«¿Está loco?» LuHan no podía imaginar que ese hombre estuviese en su sano juicio si iba a abrir fuego en un área tan llena de gente. Pero la expresión que tenía el hombre en su cara era una de determinación. El cañón de su anticuada arma estaba apuntando delante de él. Los hombres que estaban huyendo se chocaron contra una mujer mayor y la empujaron a un lado mientras seguían corriendo. Ella les gritó algo y volvió al centro de la calle. No tenía ni idea de la pistola que apuntaba en su dirección. Del dedo rollizo del gigante en el gatillo.

LuHan se lanzó contra el hombre justo en el momento en que éste apretaba el gatillo. Golpeó el cañón del arma con toda la fuerza que pudo.

Sintió un fuerte impacto en la mano y el disparo resonó en sus oídos. El cañón de la pistola arrojó luz sobre el cielo que oscurecía. LuHan se quedó helado. Le dieron un golpe en las piernas y lo estamparon contra el suelo. Se le cortó la respiración.

"¿Qué cojones te crees que estás haciendo?"

El hombre se inclinó sobre él con la pistola levantada, tapándole todo el campo de visión. LuHan rodó rápidamente para el lado. El gigante se movía rápido a pesar de su apariencia y LuHan se llevó una patada en las costillas.

LuHan gruñó del dolor. No podía respirar. El estómago le dio una sacudida.

"Uno de la banda, ¿eh?" gruñó el gigante. "Pequeño cabrón, mira que intentar robarme la mercancía."

La bota del hombre desprendía un olor grasiento, como el de un animal. Y se dirigía otra vez directa a su estómago.

"¡No soy uno de ellos!" gritó LuHan, esquivando el golpe por los pelos. «Tengo que gritar, o si no va a darme patadas hasta que me mate.» No había ninguna señal de duda en los golpes que le estaba propinando.

HACIA LAS ESTRELLAS⭐  [HunHan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora