6 EL BAÑO

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Saco el postre que me ha pedido la señora, recojo su plato, su vaso y lo dejo en la cocina. Recojo la mesa y frego la cubertería y leo el mensaje de Drake. Justo miro el reloj 15:30, la hora a la que Drake me espera en mi habitación. Tardo bastantes en llegar a las escaleras y cuando voy a comenzar a subirlas una voz me detiene.

- ¿Adónde vas con tanta prisa?

- A mi habitación.

-¿A que?

-A terminar la manta de lana que empecé hace tres días.

-¿Necesitas ir ya?

- Si señora.

-No quiero que esto interrumpa las tareas que te quedan. Y me tengas preparada la merienda a la hora de siempre.

-Así será señora.

Subo intentando darme prisa, pero el dolor de la espalda me impide llevar a cabo esa rapidez. Me pregunto porque tengo tantas ganas de subir, si acababa esta mañana de decirme su nombre. Creo que tenemos algo especial que nos une y que nos atrae. Me come la intriga por dentro y cuando acabo de pensar en eso ya estoy en la puerta de mi habitación. La abro y me encuentro a Drake tumbado en la cama. Se dibuja una sonrisa en mi cara al verle y me acerco y le toco la cara y se despierta. Al principio se asombra, pero luego sonrie y me dice:

- Siéntate (me dice Drake con una csrs de felicidad)

Me siento en la cama obediente, pero a la vez intrigada. Me dice con una voz neutral:

-Quitate el jersey negro y la camisa.

-¿Para qué?

- Hazme caso.

Yo me lo quito, luego se pone detrás mía y me siwnto intimidada. Y cuando me desabrocha el sujetador mi corazón se acelera, nose porque me siento nerviosa. Pienso que es porque me da un poco de vergüenza que me vea medio desnuda, aunque me ayudo a vestirme esta mañana. Veo que tiene un cubo de agua, toallas, agua oxigenada y una esponja y pienso que me quiere limpiar las heridas de hoy.
Y justo como lo pensé coge la esponja cargada de agua, pero vacila al ver las heridas. Y con mucho mimo pasa la esponja por mi espalda, como masajeandola. Noto el agua templada pasar por mi espalda, me relaja. Drake pone el cubo de agua debajo de mi espalda para que el agua que caiga no moje el suelo. Sigue durante un rato haciendo esto, duda en masajear en algunas partes, le noto inseguro. Seguramente piense que me molestara si me frota en algún lugar en concreto. Realmente me parece gracioso: el sobrino de una ama, lava a su sirvienta. Ha parado ya de echarme agua y me seca la espalda con la toalla que ha traido, la utiliza con mucha delicadeza. Después me echa el gua oxigenada utilizando unas gasas sobre las heridas, que hace que me retuerza del escozor.
Me rodea con la toalla, poniéndose en frente mía. Ese instante que te quita la respiración solo con mirarle. Me da uedo paralizada como la vez anterior, pero mi mente se despeja y le digo:

-Por favor vete por el balcón a tu habitación.

Deseaba justsmente lo contrario, que se quedara, pero es lo que tenía que hacer. El sigue en frente mía mirandome. Me pongo la camisa y la falda y me siento en el borde de la cama. Miro la hora y veo que son las 17:10 y a esta hora ya debería de estar limpiada la cocina y haber terminado de preparar la merienda para la señora, para llevársela cuando a ella la plazca.

- Muchas gracias Drake - en este momento el se acerca y me da un beso en la mejilla.

Sale al balcón de mi habitación sonriendo y levantando la mano despidiéndose. Y pasa de mi balcón al suyo, sin generar ningún nuevo ruido que pueda dar indicios a su tía para azotarme de nuevo. Justo cuando comienzo a ponerme el jersey negro, escucho pasos muy apresurados provenientes de la habitación de Drake. Acabo de ponerme el jersey, espero un momento y bajo creando un taconeo continuo con los zapatos. Bajo la escalera retrasando los pasos a medida que bajo y al escuchar una conversación entre Drake y su tía. No quería que la señora me reprendiera por poner los oídos en esa conversación y me dirijo con la misma lentitud de antes a la cocina. Cuando llego me agobio de todo lo que tengo que limpiar, pero sino empiezo no acabaré nunca. Cojo una balleta la mojo con agua y con jabón para limpiar y me pongo manos a la obra. Me doy cuenta en un momento que ya he acabado de limpiar y que me queda solo preparar la merienda. Me acerco a la encimera y cojo un cuaderno mediano y miro lo que la tengo que preparar a la señora. Lo preparo, a las 6:00 la señora requiere de mi presencia, para llevarle la merienda y se lo dejo encima de la mesita de la sala de estar. Y espero en la cocina a que acabe para recogérselo.

EL MISTERIO (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora