Ese tipo está muriendo, creo que sí, creo que lo hace. NO PUEDE SER.
Sólo me defendí. No creí que llegaría hasta este punto. Tal vez lo mejor hubiera sido que me violara, luego me mate y así no, no, no...
Lo primero que se me viene a la mente cuando el hombre mayor que intento violarme, y al que acabe de acuchillar está tirado, a un costado mío sangrando es pararme.
Quiero irme corriendo y olvidar todo, pero la tensión y el pudor hace que no pueda. Algo dentro de mí no quiere irse y dejarlo aquí, pero no puedo perdonarle lo que me ha hecho, y posiblemente horrible me iba a hacer.
Mejor me iré. Sí. Mejor me voy. Aunque ahora que lo veo, no puedo. Estoy semidesnuda. Solo con las ropa interior puesta. Está ropa que está más o menos completa. Porque el desgraciado intento arrancarme.
Primero tengo que pensar en que ponerme pero no veo nada. Mi ropa esta destrozada, ya que me la quito a la fuera y se rompió.
Estaba pensando en quitarle su ropa y ponérmela, pero ahora que veo, esta manchada de sangre. Apenas son sus pantalones de abajo que me mantienen un poco bien, pero igual me quedarían grandes y están manchados, pizquitas de sangre tienen. Si me voy no quiero dejar rastros.
No soy una asesina, pero tampoco quiero que nada me pase.
"Piensa estúpida, piensa..."
Me grito una y otra vez, que haga algo, pero nada se me ocurre. En este momento, tengo la cabeza en blanco. Solo espantada se podría decir como me encuentro.
Aún no dejo de pensar en que a una persona le entre un cuchillo por el estomago.
Camino en el lugar no tanto claro, pero tampoco oscuro. Y gracias a Dios veo algo, un pequeño baúl. Me doy prisa y lo abro. Encuentro una camisa color pastel, y pantalones, medias, también comida.
Que bueno. Por fin encontré algo. Pensé que de tantas cosas horripilantes que hay en este lugar, nunca me imagine que había algo aquí.
Toma la camisa, que por lo general me queda grande, aunque ya me lo había imaginado. Ni modo que fuera de mi talla. Y me quedo así. Esos zapatos están un poco grandes, y en el camino se me pueden quitar. Solo le quedo con la camisa nada más. Suerte que me llevan hasta las rodillas.
Salgo de aquí lo mas rápido posible. Ya no quiero seguir en este lugar tan miserable, y donde iban a pasar esas cosas horribles. Me voy corriendo, sin cuenta alguna. No estoy conciente a donde iré pero me doy prisa. Todo es oscuro. Solo montañas y árboles veo por aquí, pero no me detengo, sigo y sigo corriendo.
De pronto veo un camión alto que a transitando en el lugar. El hombre que se encuentra en el se aparca a los pastos altos. Creo que esta defecando.
Se me vino a la mente entrarme en la parte trasera, pero sin que él se diera cuenta.
No lo pienso dos veces, así que me acerco. Atravesando y ocultando entre los árboles sin que se diera cuenta. Ya he llegado aquí, estoy aquí atrás, pero no adentro del camión. Aun no. Cuando estoy apunto de entrar, escucho unos ruidos de un motor a punto de arrancar, me tengo que dar rápido. Ya me va a dejar, si no subo YAAA.
Cuando va dando pasos leves me subo de brincada al automóvil. Creo que él hombre escucho algo, ya que se detiene, pero luego vuelve y sigue manejando.
★
Él hombre se estaciono. Pasaron 3 horas después de que lo hiciera, y rápido me bajo, sin que se de cuenta. Creo que hemos llegado a Newark, creo sí.
Ya que veo el viejo perro de Yankis. De vuelta en casa.
Rápido doy pasos por las calles solitarias donde resido. Estoy por llegar a casa. Ya quiero acostarme y dormir. No quiero pensar en lo que ocurrió hoy. Sólo quiero que sea una pesadilla horrible. Espero que sea sólo eso.
Camino, por las calles, está vez a pasos lento. Estoy cansada con todo el viaje y estoy un poco mareada. Pero cuando ocurre escucho unos llantos, cerca del basurero.
¿Qué habrá ahí? Me pregunto.
Doy pasos, pero esta vez suena aun más fuerte los llantos. Hasta parece que es de un bebé.
Hago a un lado las basuras que se encuentran ahí. Ahora mismo me siento como una vagabunda en busca de comida, pero no me importa sigo buscando, hasta que...
─ ¡¿Qué diablos?!
He encontrado un bebé.
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La vida de Emma.
Fiksi RemajaEmma. Una chica, no tanto peculiar. Un día como cualquier otro, estará deambulando por las calles solitarias del barrio donde reside, y de pronto encontrara algo que le cambiara la vida por completo. "Las sollozas palabras que repetía una y otra ve...