Vuelvo a buscar, apenas encuentro 5 centavos, esto no me alcanza ni para una cucharadita de helado.
"Pagadles luego..." pienso.
No puedo decirles que les pagare cuando vuelva, no se como son aquí. Apenas es la segunda vez que como, y no se si me lo dejen fiado.
Pero no cuesta nada intentarlo, a fin de cuentas, debo de hacer algo. No puedo robar e irme sin pagar. Así que llamo a señorita que me atendió.
─ Disculpe la molestia ─ digo algo nerviosa ─.
─ ¿Sí?, diga.
─ Ocurre que hace un rato estaba comiendo helado en el café y, no he pagado aún ─ siento que explotare ─, no tengo dinero, pensé que tenia y, apenas me encontré 5 centavos. Quería saber si... ¿mañana temprano puedo pagarlo?─ duda.
─ Eso esta difícil. No se si usted se ha dado cuenta, pero hay un letrero que dice que no se puede ir sin pagar.
¿Qué mierda haré? No me había fijado en eso, y no se que seguirá.
─ Vera, joven... Tiene 2 opciones ─ respiro hondo, mientras continua ─. La primera es llamar a uno de tus padres para que vengan y paguen, la segunda es que puedes limpiar 20 platos, como el helado cuesta $6, con 20 está bien.
No puedo llamar a mi mamá, ella seguro no tiene dinero, hizo un esfuerzo por cada día darme aunque sea esos dólares. La vida en casa esta muy dura, como para estar viniendo a lugares como este.
─ Aceptare lavar los platos. No me queda de otra.
─ Bueno pues... el hombre allá encargado, le dirá lo que debe de hacer. Tienes que guiarte de él, y cuidado con romper uno.
─ Está bien.
Ya paso, hace un rato estuve en la cocina del café. Tuve que lavar esos trastes, y para mi mal gusto, no solo eran 20 platos, sino 35 más o menos, más los vasos y todo eso.
La peor experiencia de mi vida.
Mientras salgo de aquel lugar, pienso como rayos iré a casa sin un peso encima.
"Pide en la calle..."
Creo que tendré que irme caminando.
No lo pienso dos veces y avanzo a la dirección de mi eje. Paso por los puntos que atraviesan la zona, mientras visualizo todo a mí alrededor.
Veo chicas prostituyéndose, niños de entre 11 y 13 años más o menos, consumiendo drogas y, peleando arduamente, sin ningún motivo que me especifique.
Todo esta solitario, apenas son las luces de algunos automóviles que alumbran el lugar, y el semáforo al parecer no responde, con las leyes de los carros que lo transitan.
Ya llevo 1 hora y media caminando, y aún no llego a casa. Tengo que darme prisa, hay muchas personas que me pueden llegar a hacerme daño.
Me apresuro hasta que llego a casa. Tomo mi llave de mano, que por suerte encontré, y abro la puerta.
En ese transcurso escucho unos ruidos extraños, que llegan de la habitación de mi madre.
Voy de inmediato, hacia ese lugar y, entro.
¡¿Qué demonios?!
¡¿Qué está pasando?!
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La vida de Emma.
Fiksi RemajaEmma. Una chica, no tanto peculiar. Un día como cualquier otro, estará deambulando por las calles solitarias del barrio donde reside, y de pronto encontrara algo que le cambiara la vida por completo. "Las sollozas palabras que repetía una y otra ve...