Capítulo 14

20 2 5
                                    


─ Hija, no te había preguntado, pero... ¿Qué es ese moretón en la mejilla? ─ mi madre dice con preocupación, y yo nerviosa, tratando de pensar que le diré.

─ No es nada, solo que cuando estaba donde Bob había tropezado con algo húmedo y resbalé, me lastime un poco, pero no me duele. No hay de que preocuparse.

─ Bueno... Ahí viene el doctor ─ dice mi madre, mientras el doctor se acerca normalmente hacia nosotras.

Espero que el bebé este bien, no quiero que le pase nada malo. Solo quiero que me den buenas noticias, y ver que haremos con él.

─ Las señoritas Stone? ─ pregunta el doctor.

─ Sí, somos nosotras ─ digo algo nerviosa.

─ ¿Qué tal el bebé?─ pregunta mi madre.

Ambas nos quedamos mirando fijamente al doctor, esperando una respuesta rápida y sencilla. Él al parecer no ha hablado nada, está como si nada y trata de llamar a una enfermera. Y ella asiente. No se que trato de decir con eso.

─ El niño está en reposo ─ un alivio inmediatamente ─. Fue bueno por ustedes traerlo rápido. Otros segundos mas y puede que muera.

─ Muchas gracias, doctor ─ dice mi madre, y luego de una leve pausa murmura algo ─. ¿Cuándo lo podremos ver?

─ Mire señora, anteriormente su hija menciono que encontró a la criatura en un vertedero de basura. Los oficiales vendrán a hacerle varias preguntas, para ese entonces no podrán ver al bebé. Hasta nuevo aviso.

No puedo hablar, así que dejo a mi madre continuar y seguir con la charla. Le agradezco mucho su preocupación por ese bebé. La verdad en estos momentos no sabría exactamente que hacer.

─ E-está bien. Otra cosa, ¿Cuál seria el presupuesto de esta consulta?

─ Descuida, señora. El hospital lo cubre.

Desde aquí meramente se nota lo aliviada y satisfecha que mi madre se encuentra. Les doy las gracias por lo gratuito que es. Nosotras no tenemos dinero para comer bien, mucho menos para ir al hospital.

De pronto el celular de mi madre suena, y en ese momento sale a otra dirección para atender la llamada.

─ Con permiso ─ sale con cautela, y de pronto nos encontramos el doctor y yo en la sala.

─ Fue muy bueno de tu parte traer al bebé. ¿Cuál es tu edad?─ pregunta el doctor atento e amigable.

─ Diecisiete, doctor. Y muchas gracias, para mi es mas que un placer poder ayudar a las personas.

─ Que bien. Y... ¿cuando cumple los dieciocho?─ dice asombrado.

─ En unos 3 o 4 meses.

─ Que bien, pronto podrás adoptar al bebé. Me imagino que ya lo tenías pensado.

La verdad lo que el doctor menciono lo acogí como una sorpresa, nunca había pensado el adoptar al niño. Digo... pensé que como lo encontré me quedaría con él. No podría aunque quisiera, estoy estudiando aun y el dinero que mi madre gana no alcanzaría para los 4, contando a mi gata.

─ Pero, ¿no encontraran a sus padres?─ menciono, entusiasmada esperando una respuesta.

─ Lamentablemente el niño pasara inmediatamente a un orfanato. La persona que haya dejado el bebé ahí tiene la mente seguramente alborotada, una persona así no podría hacerse cargo.

─ Ya veo.

Mientras pasan unos minutos después de la tanta charla que tuve con el doctor, que por cierto no me se su nombre, vaya ironía, aparece la enfermera con la que él estaba hablando hace un rato.

─ Doctor, el agente oficial busca a la chica del bebé ─ un remolino pasa por mi barriga y un montón de escenarios sobre las preguntas que me podrían hacerme pasan por mi cabeza.

No puedo pensar ni imaginarme lo que ellos me dirán. Solo se que son preguntas sencillas y que no hay de que preocuparse. Todo sea por el bienestar del bebé.

─ Acompáñeme señorita Stone.

─ Claro, doctor.

─ Me puede decir Dr. Wister.

─ Está bien.

Inmediatamente la enfermera nos encamina a mí y al Dr. Wister hacia una habitación desolada de los tantos pacientes y doctores. Esto no me esta empezando a gustar. El hombre la cual lleva una chaqueta negra, unos zapatos negros, los bigotes cubre su boca y mastica un palillo. Esto es mas bien algo de vaqueros, no de oficiales, siento temor y no se por que.

─ Los dejo hablar solos, si necesitan algo, Paty y yo estaremos allá afuera ─ dice el doctor después de una leve distracción.

─ ¿Se irá doctor?─ pregunto angustiada. No me siento segura con este hombre. Siento que quiere devorarme pero al mismo tiempo esta inquieto, seguro es por las preguntas que quiere hacerme.

─ No te dejare sola, solo estaré ahí afuera, cerca de la puerta. No puedo quedarme adentro, ya que es algo confidencial.

Asiento e inmediatamente salen ellos. Dejándonos al agente oficial y a mí, solos en esta instancia desolada y alejada, prácticamente se puede decir que no hay civilización porque todo parece aterrador y vacío.

─ Primero que todo me presento. Mi nombre es Robert Kerst, agente oficial en crímenes y desaparecimiento de personas no identificadas ─ extiende su mano y me dirige hacia el asiento que esta atrás de mí.

─ H-hola, mi nombre es Emma, Emma Stone, un placer.

─ El placer es mío.

Después de eso, de una larga charla de presentaciones, los dos nos quedamos mirándonos sentados en una mesa cerca de nosotros fijamente. Él decide hablar.

─ Vamos a lo que vinimos.

─ La verdad para serle sincero no creo que nada de lo que le dijo al doctor. Muchas chicas hoy día salen embarazadas y no encuentran un rumbo y lo más fácil que hacen es, sino es abortar, una persona que no razona optaría por botar el bebé.

─ ¿Qué trata de decirme con eso?

─ Usted es la madre del bebé y trató de liberarse de él, pero su plan no está resultando del todo bien.

No puedo creer lo que ese hombre, según llamado agente oficial me esta diciendo. ¿Cómo yo haría una barbaridad así?

¿Cómo?

─ No es lo que usted piensa. Yo nunca haría eso, ni que tuviera una vida amorosa para haber estado embarazada. Nunca engorde, nunca tuve barriga para tener un bebé, mi madre es testigo.

─ Usted se lo podría haber ocultado. La única forma en la que le creería es haciéndole una prueba de sangre, aunque el bebé no puede someterse a eso aun. O un análisis vaginal.

─ Si eso es lo que quiere, pues adelante.

La vida de Emma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora