Los zombies eran cada vez más y no daban abasto, así que mi padre nos gritó que fuéramos a la otra habitación. Todos entramos y él y Eric sostenían la puerta.
-¡Abre la ventana! –gritó Nick mientras ayudaba a sostener la puerta.
Fui a abrirla pero estaba rejada, no íbamos a poder salir por ahí a menos que los barrotes cedieran.
-¡Ayúdenme! –gritó Dylan mientras intentaba sacar la reja hacia afuera.
Mi tía, los chicos y yo fuimos a empujar, pero el rejado no iba a salirse así; agarré mi revólver y le di un tiro a los tornillos alertando a algunos zombies de afuera, esto logró que el rejado se debilitara un poco.
-¡Ahora, empujen! –grité pero lo hicimos y tampoco funcionó.
Disparé a los otros tornillos obteniendo el mismo resultado, así que volvimos a empujar pero tampoco pudimos sacarla.
-¡Maldita sea! –gritó Nick cuando la puerta casi se abre.
-¡Apúrense! –gritó mi padre, no dudé un solo segundo más.
Le di no uno, sino tres tiros a los otros tornillos y volvimos a empujar hasta que pudimos sacar la reja.
-¡Salgan, rápido! –les dije a los demás, todos salieron excepto mi padre, Nick y Eric, que aún sostenían la puerta.
Agarré a Rocky y lo ayudé a saltar por la ventana, para mi suerte no era tan alta. Salimos pero los otros tres seguían adentro mientras Jason, Dylan y Lucas mataban a los pocos zombies que había afuera.
-¡Sal, Nick! –dijo mi padre pero Nick sólo lo miró-. ¡Que salgas! –gritó más fuerte mientras sostenía la puerta.
Mi hermano soltó la puerta haciendo que casi se abriera, por ello los demás tuvieron que hace más fuerza para que los zombies no entraran mientras mi hermano corría hasta la ventana. Dio un salto y salió.
-¡Sal, yo me encargo! –gritó Eric, mi padre soltó la puerta y se acercó rápidamente a la ventana.
Mi hermano, Alan y yo preparamos nuestros revólveres igual que mi padre. Mientras este último salía por la ventana, Eric hacía fuerza porque la puerta no se abriera pero no pudo.
La puerta se abrió bruscamente y Eric cayó al piso, el primer zombie no tardó ni un segundo en abalanzarse sobre él, lo sostuvo hasta que le di un tiro en la cabeza, se lo sacó de encima y se puso de pie.
Comenzamos a disparar a los zombies que entraban cubriéndolo mientras salía de la casa. Una vez que lo hizo cerramos la ventana aliviados, pero su cara perpleja con los ojos bien abiertos y aguados expresaba cualquier cosa menos alivio.
Todos miramos aquello en lo que se posaba su mirada, sentí una opresión en el pecho y mis ojos se llenaron de lágrimas cuando vi la mordida en sus dedos meñique y anular.
-Lo siento –dijo mirando su revólver.
-No... no. ¡Tiene que haber algo que podamos hacer! –dijo Alan llorando.
-Alan... –habló Lucas en un intento de tranquilizarlo, pero esto lo puso peor.
-¡No! Papá, por favor, tienes que hacer algo –me partió el alma su desesperación, ya había perdido a su madre, no podía perderlo también a él.
Eric miró a mi padre supongo en busca de alguna respuesta, mis lágrimas no dejaban de caer.
-Esto depende de ti –le dijo mi padre, él suspiro.
-Córtenlos –decidió y tragó saliva.
Extendió su mano mirando a mi padre y le dio su daga. Se subió la remera y la mordió para evitar el dolor y apoyó la mano en la pared. Mi papá se preparó pero no lo hacía.
-Rápido –dijo Alan con miedo.
-No sé si... -apoyó la daga- no puedo.
-Yo lo hago –habló mi hermano con determinación.
-¿Nick? –pregunté confundida.
-Dámela –le dijo a mi padre y le quitó la daga.
Mi papá estaba paralizado al igual que yo. Sin pensárselo dos veces, mi hermanito atravesó los dedos de Eric justo delante de los nudillos entrecerrando los ojos. No pude mirar, agaché la cabeza y cerré los ojos ante el grito ahogado de Eric al son de los gruñidos de los zombies dentro de la casa.
Eric se agarró la mano para parar la hemorragia mientras gritaba de dolor, rápidamente Alan se sacó todos sus abrigos para finalmente sacarse la remera, con esta envolvió la mano de su padre entre lágrimas, gritos y sangre, mucha sangre.
Todos estábamos impresionados, pero no puedo explicar el asco, la impresión y el dolor que sentía, pensaba todo el tiempo en qué pasaría si hubiera sido yo. Pero fue él, se sacrificó por nosotros y tal vez ni siquiera funcione haberle cortado los dedos; y todo era por culpa de esa hija de puta.
No podía evitar que se me revolviera el estómago al ver la mancha de sangre en la pared y la hemorragia de Eric, pero los dedos en el piso... no puedo explicar la sensación que me producía.
Un auto apareció de atrás de la casa alejándose de nosotros: era Sasha, yéndose con impunidad. Me invadió la ira y no lo pensé dos veces, agarré mi revólver y le metí un tiro a su rueda trasera. Esta se pinchó desestabilizando el auto y logrando que choque contra una pared.
Todos me miraban, lo podía sentir pero lo único que pensaba es en la furia que me subía por el cuello. Caminé con mi revólver en una mano y en cuanto llegué al auto la vi: casi inconsciente sobre el volante y con sangre chorreando por su frente, no sentía pena alguna. Al contrario, me producía los sentimientos más irascibles.
Abrí la puerta del auto y la saqué bruscamente, la agarré del cuello de la campera y la apoyé contra el auto. Ella estaba muy confundida pero al verme no dudó un segundo en intentar agarra su arma, obviamente estaba muy herida así que yo se la quité y la arrojé lejos antes de que ella pudiera tomarla.
-¡Hija de puta! –le grité con bronca-. ¡¿Viste lo que hiciste?!
-Me encantaría haberlo visto –dijo dificultosamente con aires de prepotencia.
-¿Dónde mierda están tu noviecito y hermanita? –pregunté con bronca.
-No se quedaron para esta misión. Lo hice todo solita, y con orgullo.
-¡Te voy a matar!
Ella se limitó a reírse, no pude contenerme y le di un puñetazo en la boca, pero volvió a reírse. Eso fue la gota que rebalsó el vaso: la solté y cayó al piso, me puse encima de ella y le di otro golpe en la cara, después otro, y otro.
-¡Jennifer! –escuchaba a lo lejos la voz de mi padre, o de mi hermano, tal vez Jason.
Todos me gritaban, Rocky me ladraba y ella estaba inconsciente pero yo no podía parar, la odiaba tanto que ni su cara destruida llena de sangre me hacía sentir mejor. Ni siquiera queriendo habría podido parar.
Se me nubló la vista justo cuando unos brazos me agarraron y perdí el conocimiento.
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Muchas gracias por leer y perdón por la tardanza💫
En multimedia Eric, espero que les haya gustado y me dejen un voto o comentario.
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THE END II
Science Fiction(Esto es una continuación, la primera parte de la historia se puede encontrar en mi cuenta). Jennifer finalmente llega a Santa Barbara, pero a pesar de sus expectativas de tranquilidad y seguridad, allí le esperan más problemas y más peligro durante...