XII

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Narra Jennifer

Lo vi mirar mis labios así que me sentí libre de mirar los suyos, no lo pensé, sólo me fijé en él de una forma distinta que aún no lograba comprender pero no por eso se sentía del todo incómoda.

-Jennifer –dijo la voz de mi hermano haciendo que me separe repentinamente al igual que Jason-. ¿Puedo hablar contigo?

Echó a Jason indirectamente, este se paró y se fue caminando hasta la casa sin decir nada, supongo que tan incómodo como yo.

-¿Qué pasó?

-Yo debería preguntarte eso –se sentó a mi lado-. Se nota que lloraste, tonta –dijo pero no contesté, él sabía por qué era.

-Todavía no puedo creerlo. Pero menos puedo creer que fui tan estúpida como para pensar que los encontraría a todos juntitos y felices –mis ojos se aguaron.

-No eres estúpida –me abrazó con su brazo derecho-. Supongo que yo fui estúpido por pensar que te encontraríamos sola... -reí un poco-. Siempre fuiste muy sociable pero, estamos un poco preocupados.

-¿Por qué? –lo miré confundida.

-Jenny... eres tú sola con esos cinco hombres y uno de ellos es Jason, ¿cómo esperas que no me preocupe?

-¿Qué tiene de malo?

-¿En serio me lo preguntas? Es Jason –dijo seco.

-Ya no es ese Jason, soy una más con ellos, no una chica indefensa de la que pueden aprovecharse, no son ese tipo de personas –contesté algo ofendida.

-Está bien, te creo –dijo pero lo conocía mucho como para creerle.

Sin embargo, opté por no decirle nada. Yo realmente quería a los chicos.

-No creo que tengas que preocuparte por mucho más tampoco, ellos no van a quedarse –dije con cierto deje de bronca-. Estaban aquí para no dejarme sola, ahora ya no tienen por qué quedarse –me levanté bruscamente y me fui.

*****

-¡Rocky! ¡Aquí! –agarré una rama y la agité en el aire para llamar su atención antes de tirarla.

Él la corrió y la trajo, Dylan la agarró y se la tiró para el otro lado.

Estaba por terminar de esconderse el sol y después de una tarde con mi familia salí a jugar con Rocky. Dylan y Jason terminaron uniéndose.

Rocky no volvió con la rama sino que se quedó jugando así que Jason lo llamó, este soltó la rama y empezó a correr hacia Jason, eso iba a terminar mal. Dylan se empezó a reír, yo también quería pero tenía que cumplir mi rol de dueña mandona.

-¡Rocky! –lo reté de inmediato y este sólo me miraba con la lengua afuera.

-¡Ya está la comida! –gritó mi tía desde la ventana de la casa.

-Vamos –les dije y Jason se apoyó en su brazo derecho para levantarse pero al hacerlo volvió a caerse soltando un quejido.

-¿Estás bien? –le pregunté, esta vez preocupada mientras escuchaba la risa de Dylan.

-Sí –dijo y se paró.

Caminamos adentro donde mi padre y mi hermano se encontraban sirviendo la comida en una mesa grande. Los chicos estaban algo tímidos pero estaba segura de que mi familia los haría sentir cómodos el tiempo que se quedaran.

-¿Quién cocinó? –pregunté mientras ayudaba con los platos.

-Tu hermano y tu padre –me dijo mi tía y me guiñó un ojo.

-Permítanme ayudar –habló Eric y miró a los demás para que también ayudaran, le di una pequeña sonrisa la cual me devolvió.

Sentí que ese gesto significó mucho, tal vez suene tonto pero nuestra última charla había sido una pelea, y le tenía afecto como para dejar las cosas así. Me quedé más tranquila después de eso.

Nos sentamos a la mesa y probé finalmente el guisado: no estaba segura si estaba riquísimo o yo llevaba demasiado tiempo comiendo basura enlatada, pero simplemente opté por disfrutarlo.

-¿Jennifer, cómo pasaste tu cumpleaños? –preguntó mi papá a lo que todos posaron sus miradas en mí.

-¿Tu cumpleaños? –habló Dylan en tono de confusión, diría que hasta ofendido.

-¿Cuándo fue? –preguntó Jason.

-El dieciséis de enero –contestó mi tía.

-¿Por qué no nos dijiste? –dijo esta vez Alan.

-¿Cumpliste dieciocho años y no hiciste nada? –preguntó mi hermano desaprobándome.

-No sé, no tuve ganas.

-¡No puedo creerlo! –dijo Dylan ofendido. Todos me miraban algo confundidos.

-Bueno... nosotros teníamos un regalo por si nos encontrabas antes de tu cumpleaños –habló mi padre sonriente.

-¿En serio? –hablé algo sorprendida-. No hacía falta nada.

-Te lo daremos después, te encantará –completó mi tía con una pequeña sonrisa.

Seguimos comiendo y hablando de otras cosas hasta que Walter hizo la gran pregunta:

-¿Ya decidieron si van a quedarse o cuánto tiempo? –todos hicimos silencio.

-Yo... le dije a papá que ustedes en realidad van a Santa Maria y sólo estaban acompañándome –expliqué.

-En realidad, aún no hemos decidido nada pero... –contestó Eric pero antes de que termine de hablar la puerta de entrada se abrió bruscamente dejándonos ver a una enfurecida Sasha con un revólver en la mano.

Mi padre no tardó ni un segundo en sacar el suyo y casi todos lo imitamos apuntándola, ella levantó sus manos en son de paz agarrando la pistola por la culata.

-Tranquilos –dijo ella cuando fuertes gruñidos de zombies comenzaron a escucharse por la puerta trasera-. Sólo vengo a dejarles un regalo de despedida.

En un movimiento rápido disparó la cerradura de aquella puerta haciendo que los zombies entraran a la casa. En cuanto volví a mirar, ella se había ido cerrando la puerta principal.

Los zombies entraban rápidamente al son de los ladridos de Rocky, corrí hacia la puerta cerrada lo más rápido que pude mientras los demás les disparaban. Intenté abrirla pero algo la estaba bloqueando del lado de afuera, y a pesar de mis intentos empujándola de todas las formas posibles no cedió.


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Muchas gracias por leer❣
Me costó mucho volver a escribir después un momento difícil, disculpen la tardanza y espero que sepan entender.
En multimedia les dejo una foto de Rocky, les agradecería mucho si votaran y comentaran🏵

THE END IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora