Cap. 8: Una cita con el hombre del traje...

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Me desperté algo más tarde de lo acostumbrado, y me incorporé de la cama de un salto al recordar que debía comprobar que Rohan estuviera bien. No me podía creer que me hubiera quedado dormida teniendo un inválido al cual cuidar...
Corrí desde mi cuarto hasta el de Rohan, y cuando entré pude ver que seguía dormido. Se veía mejor que el día anterior, ya no estaba tan pálido y respiraba con normalidad.

Me acerqué en sigilo y le retiré el paño mojado con delicadeza. Ya no parecía tener fiebre, hecho por el cual suspiré aliviada. Lo siguiente fue revisar la herida de su hombro. Removí la venda cuidadosamente, y mi sorpresa fue bastante grande al ver que la herida ya estaba casi completamente curada. Aún había una pequeña marca allí donde estuviera el agujero hace tan sólo unas horas, pero ya no parecía una herida recién hecha.

Una mano se aferró de mi muñeca repentinamente, cosa que me hizo sobresaltar.

-¿Qué estás haciendo?- preguntó Rohan, sin liberar mi muñeca.

-Oye, ¡no me asustes así! Anoche tenías fiebre y eras puro amor y cariñitos, ¿sabes? Ahora no te vengas a hacer el difícil conmigo- le dije, soltándome de su agarre con delicadeza.

-Yo... ehm... Lamento lo que hice... por favor, olvida lo que pasó anoche...

-Tú sabes que eso no va a pasar...- le respondí, sonriéndole maliciosamente -. Por cierto... ¿recuerdas lo que pasó anoche?

-Claro que lo recuerdo. Tenía fiebre, no amnesia.

-Ugh, el viejo Rohan ha regresado. Sabes, creo que te prefiero cuando estás delirando. Deberías considerar tener fiebre más seguido...

Mientras decía ésto, tomé la bandeja con los platos vacíos en mis manos, dispuesta a llevarla a la cocina para lavar todo.

-Bueno, si ya te encuentras recuperado, eso significa que no tendré que encargarme más de ti- dije, antes de salir de la habitación.

-Oye... gracias- soltó él, levantándose de la cama.

-Cómo crees, ahora estamos a mano. Tú me cuidaste antes, ahora te he devuelto el favor.

Habiendo dicho eso, salí del cuarto y marché a la cocina. Ahora que el peliverde se encontraba bien, no había ninguna razón que me impidiera ir a encontrarme con Kira.
Me quedaba algo más de una hora para poder prepararme y llegar a tiempo a la "cita", por lo que lavé los platos a la velocidad de la luz y corrí a mi habitación.
De pasada comprobé que Rohan se había ido a su estudio, y decidí no acercarme para no molestarlo. Seguramente estaría con la cabeza metida en la producción de su manga, y me mataría si lo distrajera de lo que estaba haciendo.

Estuve un buen rato deliberado qué ponerme. ¿Casual? ¿Formal? ¿Sexy y atrevida? Considerando que nuestro encuentro sería en un parque, decidí que me pondría algo casual pero que se viera bien al mismo tiempo. Una blusa ajustada al cuerpo y con mangas largas, y un pantalón negro (también ajustado) harían el truco. Descarté la idea de usar tacones, por lo que unas cómodas botas oscuras con algo de plataforma serían perfectas. Perfume, algo de maquillaje y alguna que otra hebilla en el cabello fueron todo lo que hice para estar presentable. El resultado fue bueno, ya que me sorprendí a mí misma en cuanto me vi al espejo.
Tomé mi bolso y puse mi teléfono y mi gas pimienta dentro (una chica siempre tiene que estar preparada para todo...), y encaminé fuera del cuarto.
Antes de irme pasé por el estudio de Rohan para despedirme.

-Oe, saldré un rato. Vuelvo en un par de horas, supongo- le dije, asomándome por la puerta.

Él se volteó a verme y quedó visiblemente sorprendido.

-Ey, ¿a dónde vas tan arreglada?- preguntó, alzando una ceja.

-Eso no es de tu incumbencia, celoso-kun- le respondí, antes de salir disparada hacia las escaleras.

Sangre, tinta y un poco de romance [Rohan×Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora