Cap. 13: Otra vez al hospital... ¡Ya no más, por favor!

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-¿Lo dices en serio? ¡Gracias al cielo! No quería ni pensar en todo lo que tenía que caminar...- dije, abriendo la puerta del acompañante y montando en el carro de la alegría... digo, de Kira.

-Me sorprende verte merodeando por el hospital... ¿Te sucedió algo?- indagó el rubio, antes de volver a poner en marcha el coche

-¡Oh, para nada! Sólo venía a visitar a un amigo que está internado...

-Ya veo. Espero que tu amigo se recupere.

-Lo hará, definitivamente...- solté, recordando que Rohan ya se veía mucho mejor.

Kira sonrió sin desviar su mirada del camino.

- Por cierto, ¿qué hacías tú en el hospital? Comienzo a pensar que usted está siguiéndome, señor Kira- dije, en tono de broma.

Lo oí carraspear de manera sospechosa, y me volteé a mirarlo. Él me miró a su vez, y luego, con una enorme sonrisa, me habló.

-Ha descubierto mi secreto, señorita detective. La he estado siguiendo porque estoy perdidamente enamorado de usted.

Me quedé boquiabierta, y metí la mano en mi bolso dispuesta a tomar el spray pimienta. Luego vi que Kira soltaba una sonora carcajada mientras devolvía su vista al frente.

-Es broma. Trabajo cerca de aquí, sólo pasaba de camino a casa- dijo, con tono tranquilo.

-Wow, por un momento creí que en serio eras un acosador- me reí, un poco nerviosa -. Mejor que no vuelvas a asustarme así, ¡o la próxima no dudaré en usar mi gas pimienta en tu contra!

Kira volvió a reír, como si no se estuviera tomando mi amenaza en serio. Bueno, la verdad es que tampoco había dicho eso seriamente... pero como sea, me ponía algo incómoda que bromeara con ese tema. Sobre todo considerando que había un demente mata-mujeres suelto por Morioh.

Como fuera, después de ese incómodo momento, no hablamos mucho más.
Cuando nos acercamos más al centro de la ciudad, le di la dirección exacta en la que debía dejarme.
Una vez que llegamos allí, me dejó justo en la puerta de la casa de Rohan.

-Oye, en serio, muchas gracias por traerme. Prácticamente salvaste mi vida- le dije, sonriente.

-No tienes que agradecerme, ha sido un placer haber vuelto a verte.

-Espero que podamos volver a conversar pronto. Cuando gustes tomar un café, llámame.

Y después de decirle eso, bajé del auto y agité mi mano a modo de saludo. Kira se marchó luego de hacerme una reverencia con la cabeza, y al fin estuve sola.
Me metí a la casa arrastrando los pies en el suelo. Estaba tan cansada que no me creía capaz ni de subir las escaleras. De hecho, ni siquiera lo intenté. Directamente caminé hacia el sofá de la sala, y me dejé caer de cara sobre él. Me quedé dormida casi sin darme cuenta.

Time skip.

Desperté sobresaltada, con el cuerpo sudoroso y el corazón desbocado. No había tenido una pesadilla ni nada de eso, simplemente me había olvidado de tomar mis pastillas el día anterior, y ahora estaba sufriendo las consecuencias.
Me levanté profiriendo insultos y quejidos de dolor. Maldita sea mi enfermedad, malditas sean las pastillas, y maldito sea el sillón que me había dejado el cuerpo tan adolorido...

Miré el reloj de la sala, y vi que aún estaba a tiempo para ir al trabajo. Por más que quisiera faltar, ya no podía tomarme más días libres, tampoco quería que me despidieran...
Tenía el tiempo justo para tomar mis pastillas, darme una ducha de cinco minutos y salir corriendo a la comisaría. Claro, salteándome la parte del desayuno...
Hice todo lo que me correspondía, y una vez que estuve lista, salí a toda prisa de la casa. Aún me sentía del demonio; todo daba vueltas a mi alrededor, y la cabeza me pesaba. Pero no era tan terrible, considerando que el día de paga estaba próximo. Podía soportar todo el malestar físico siempre y cuando valiera la paga, digo la pena...

Sangre, tinta y un poco de romance [Rohan×Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora