Almas Gemelas (Editando)

ċaքítʊʟօ VII

Ya estando en casa subí a mi habitación, me encerré y millones de pensamientos vagaron por mi mente, varios recuerdos se hacían presentes, entre ellos, el día en que me enteré de la muerte de mi padre, ese día Chatnoir estuvo a mi lado todo el tiempo, el día en que me enteré que no era hija de Sabine Cheng, si no de Sayuri Tsurugi, desde ese día no he visto a Chatnoir
Debe estar ocupado con cosas de superhéroes más importantes que tu patética existencia Marinette Tsurugi

Comencé a llorar de nuevo, como la tarde anterior.
Gracias subconsciente, lo hiciste otra vez.
O eso creía, un suave golpe sonó desde la puerta del balcón enorme, voltee de inmediato y me encontré con unos enormes ojos verdes de gato en su semblante "triste"
-Oye princesa ¿por qué me dejas afuera? -dijo con su mirada más tierna para después cambiarla por una más seria pero a la vez risueña, abrí la puerta y el se abalanzó sobre mí, depositando un suave y delicado beso en la comisura de mis labios -Estabas... ¿Llorando? -limpió suavemente mis lágrimas, el sabía que estaba llorando y aún así dije que no
-Es malo mentir princesa, ¿por qué llorabas? ¿Acaso era por qué no había venido a visitarte? -Apareció de la nada un nudo en mi garganta y rompí en llanto, el me sostuvo entre sus brazos durante un largo periodo de tiempo, voltee a verlo con lágrimas en los ojos y el sólo me sonrió, recordé aquella vez, me había declarado a Adrien en privado pero el me rechazó de una manera un tanto cruel, pero aún así, lo seguía amando, sobre todo el día de la bicicleta, pero desde que hablé con Chat de una forma más cómoda me hizo enamorarme de el...
El era el siguiente en mi lista de espera, el que siempre debió estar en primer lugar...

Aún sentía los fuertes brazos de Chat sosteniéndome para no caer al suelo, aún así, me sentía bastante mal, estos días no me había alimentado bien y me sentía bastante débil, me veía desfallecer ahí mismo, el rostro de Chat cambió de nuevo por uno más triste, sus ojos demostraban tristeza y preocupación, mientras yo solo quería que se quedara a mi lado, lo suficiente para que pudiera descanzar, así lo hizo, se sentó en la cama mientras me sostenía y me recostó en ésta, acarició mi cabello y me besó, fue un cálido besó que sentía que me devolvía a la vida, después de eso, mis párpados se sintieron pesados y caí en profundo sueño

Había tenido un mal día y me encontraba un tanto deprimido, sin embargó, recordé alguien que la estaba pasando peor que yo, me transforme de inmediato con una sonrisa en mi rostro y salí por la ventana en busca de mi princesa, dijo con ella, pero al intentar pasar noté que la puerta de su balcón de cristal estaba cerrada, bastante tarde, ya cuando me había golpeado la nariz contra el cristal, ella lloraba y toqué el cristal que se interponía entre mi princesa y yo.

Oye princesa ¿por qué me dejas afuera? -dije con mi mirada más tierna y persuasiva para después cambiarla por una más seria pero a la vez risueña, ella abrió la puerta y me abalancé sobre ella, depositando un suave y delicado beso en la comisura de sus labios -Estabas... ¿Llorando? -limpié suavemente sus lágrimas, sabía que estaba llorando y aún así dijo que no
-Es malo mentir princesa, ¿por qué llorabas? ¿Acaso era por qué no había venido a visitarte? -rompió en llanto, la sostuve entre mis brazos durante un largo periodo de tiempo, volteo a verme con lágrimas en los ojos y sólo le sonreí. Mi rostro cambió de nuevo por uno más triste, mis ojos demostraban tristeza y preocupación.
Me senté en la cama mientras la sostenía y la recosté en ésta, acaricien su hermoso cabello azabache y la besé, después de eso calló en un profundo sueño, la besé en la frente y me dirigí al balcón, voltee a verla, el hermoso resplandor de la Luna hacía que ella se viese aún más hermosa, su cabello azabache, sus ojos zafiro y su piel pálida.

«Princesa, se suponía que tú debías darme ánimos a mí, no yo a tí»