CAPITULO 8

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MARATÓN (3/3)


LA PUSH


-¿ya estas lista? -dijo Leah, entrando en la casa con todos los chicos detrás de ella. -¿Sam y Emily?¿dónde están? -pregunto de nuevo, asomando la cabeza por las escaleras para poder mirar hacia el segundo piso.

-salieron un momento, dijeron que debían comprar comida. -le dije luego de haber logrado tragar el pedazo de tarta que estaba disfrutando cuando ella me sobresalto con su pregunta hace unos segundos -¿lista para qué?. -le dije sirviéndome un vaso de agua.

-para la playa Lou -dijo Kim desde el lado de Jared acababa de notar su presencia. -vamos. -me dijo llegando a mi lado para jalarme hasta las escaleras. -tienes que cambiarte.

Estaba en mi habitación diciéndole a Kim que no me parecía apropiado el vestido que había elegido para mí.

-¿quieres que me congele? -le dije cruzándome de brazos frente a ella – ¡esto ni mangas tiene! – refunfuñe mientras pasaba mi dedo por uno de los delgados tirantes.

-pero como te quejas, niña -dijo Kim rodando los ojos, evidentemente cansada de escucharme -¿piensas ir a la playa en pantalón? ¡Pues bien! Haz lo que quieras. -dijo dejándose caer de espaldas en la cama fingiendo que sufría un colapso nervioso.

-Hey! ¡Ya trajimos la comida niñas, bajen! Que nos vamos -grito tía Emily desde el piso de abajo, en vista de que ya no tenía tiempo me resigne a usar el pequeño vestido color coral que Kim había sacado de mi armario, solo le agregue unos converse blancos y una chaqueta de mezclilla.

-¡No es justo! -le grite a Paul, luego de haber perdido mi ultimo trozo de carne en una apuesta, Sam y tía Emily habían comprado un montón de carne para celebrar un asado en La Push y gracias a este montón de tragones ya no quedaba ni la muestra.

-¿perdón? Solo a ti se te ocurre pensar que corrías más rápido que yo -dijo Paul defendiéndose, y para ser sincera tenía razón, no era si no mirar nuestra diferencia de altura, claramente había hecho la apuesta más estúpida de mi vida. Yo solo fingí indignación, y volví al mantel que estaba tendido en el piso con los demás que no dejaban de burlarse de mí.

Allí me esperaba Seth con los brazos abiertos haciéndome un campo a su lado, desde la escena de aquella noche Seth, había olvidado casi que por completo el significado de 'espacio personal', cada mañana cuando bajaba a desayunar me acomodaba a su lado y este apoyaba su mentón en mi hombro mientras rodeaba mi cintura con sus brazos, era así también cada que veíamos la T.V juntos, siempre acomodaba mis piernas sobre las suyas y yo ni corta ni perezosa terminaba arrunchada en su pecho. Todos en la casa hacían bromas y Leah cada que entraba en casa y nos veía así decía: '¿para cuando la boda? Par de tortolos'. ya estaba tan acostumbrada a su broma que había dejado de sonrojarme.

Estas dos semanas se habían pasado volando, era viernes dos días antes de entrar al instituto, estaba tan nerviosa que últimamente no había dejado de pensar en eso, venir a La Push representaba un respiro de los nervios que me estaban consumiendo, estaba sobre el mantel con Seth rodeándome con sus brazos al nivel de mis hombros mientras nos reíamos del resto de los chicos que no dejaban de pelear por hacerse trampa mientras jugaban fútbol, en cierto modo nada podía ser mejor que esto, hace dos semanas en cuanto subí a aquel avión en florida quería llorar pensando en lo sola que estaría al llegar, pero no fue así, todos estos chicos me aceptaron y me hicieron parte de su familia, inclusive Leah que era la mas gruñona de todos no dejaba de ser amable conmigo, incluso había reído como loca junto a mi y Kim hace dos días cuando yo había bajado de mi habitación con mi portátil diciéndole a las chicas que debía mostrarles el vídeo mas loco que había visto nunca, lo cierto es que en cuanto me acomode en la mesa en medio de ellas, la conexión a Internet fallo, cosa pasaba constantemente en la reserva, y el vídeo que planeaba mostrarles quedo en olvido cuando empezamos a jugar el juego predeterminado que el buscador pone en la ventana cuando la conexión falla, y ahí estábamos nosotras tratando de sabotearnos la unas a las otras intentando que el pequeño dinosaurio terminara sobre un cactus.

-Por favor deja de hacer eso. -dije sobresaltándome, al encontrar a Seth recostado en mi cama, mientras salía del baño lista para entrar en la cama. -¿sabes que esto en invasión a la privacidad? -le dije quejándome debido a que la noche anterior me había pegado el mismo susto.

-deja de quejarte, a ti te encanta que te abrace. -me dijo con una media sonrisa coqueta, no podía negarlo sentir su calor alrededor de mi causaba que cayera dormida casi que de inmediato.

-estamos dando de que hablar. -le dije recostadome a su lado sobre la cama. -por eso es por lo que los chicos nos molestan tanto. -me queje, recordando todos los comentarios que hacían.

-a mi no me molesta, por mi que digan lo que quieran. -dicho esto me estrecho más hacia su cuerpo. -¿estas nerviosa por entrar al insti? -me pregunto.

-si -le dije sincera, no dejaba de pensar en que diría cuando preguntaran porque me había mudado. -no me vas a dejar sola, cierto? -le pregunte. -te mato si llego a saludarte por algún pasillo y finges que no me conoces.

-nunca haría eso. -dijo Seth besando mi cabello. -seria como negarme a mi mismo. -sus palabras me gustaban. -además tengo que estar pendiente de que ningún idiota se te acerque. -me dijo comenzando a pasar sus dedos entre mi cabello, Seth en plan celoso era lo mas lindo que había visto, pero a estas alturas de la vida no dejaba de pensar si Seth me veía como a una hermana o como a algo más.

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Lectoras y lectores en caso de halla alguno, si saben que en el instituto siempre hay una zorra que quiere lo que no es de ella, prepárense para conocerla, Hasta luego.

I'M YOURS ~SETH CLEARWATER~ |Libro 1| De La Serie 'Improntas'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora