⭐Cuello. 𝕱𝖊𝖓𝖉𝖎. Manos pequeñas

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Lo conoció rodeado de cámaras, reflectores y fans gritando como locos.

La primera vez que lo vio salir -en una pasarela- sus ojos se perdieron en él, en la hermosa camisa de seda que adornaba la bella anatomía del joven, y los pantalones negros que alargaban dicha figura.

Recuerda haberse perdió en esos ojos concentrados en lo que estaban haciendo, pero que brillaban de una forma inexplicable y profunda, y cuando pasó cerca de él, cuando hubo un segundo en el que sus ojos se encontraron y el joven -de ese entonces cabellos lilas- extrañamente le sonrió supo que eso había sido suficiente para que su alfa y él quedaran prensados del joven.

Y cuando finalmente -y después de insistir un poco- logró que salieran Yoongi supo que lo que ellos tenían no iba a ser cosa de un rato.

Su relación no había sido sencilla desde un inicio. El trabajo de Jimin lo acaparaba casi todo el tiempo, siempre había campañas o marcas de ropa que andaban tras su imagen.

Jimin tenía una belleza hermosa, no como una mujer, pero tampoco tan masculino, simplemente muy andrógino... Y etéreo. Y Yoongi entendía que su Omega siempre estuviera con contratos a pie de puerta.

Toleraba cuando lograban salir -aunque sea al parque- y algún "fan" del menor, en su mayoría alfas y betas se le acercaban para pedir una foto u autógrafo, él entendía que los fanáticos solo querían estar un poco cerca de Jimin y se emocionaban de verlo.

Pero eso no aplicaba ahora. Yoongi estaba que le hervían las venas de celos y molestia, los vellos de sus brazos no dejaban de erizarse. Su novio y él casi nunca se podían ver, el joven omega siempre tenía agendas que cumplir, sesiones fotográficas, y desfiles a los que lo invitaban.

Era un milagro cuando llegaba a casa y se encontraba al menor esperándolo en el mueble de su hogar a que cenaran, o cuando llegaba y este ya encontraba en la cama esperando a que se acostara a su lado y durmieran acurrucados.

La mayor parte del tiempo su trabajo y los horarios de su omega intervenían en que pudieran verse con continuidad.

Yoongi había estado feliz -y su alfa aún más- cuando Jimin llegó un día con una sonrisa a decirle que tendría un par de semanas de vacaciones antes de iniciar una gira de pasarelas con Fendi. Eso puso de emoción a los dos, y más cuando Jimin le dijo que comenzaría a llevarle el almuerzo a su trabajo todos los días, no podía pedir algo mejor que aliviara la tensión de su trabajo que ver a su pareja al medio día y conversar un rato con él en lo que degustaba de su almuerzo.

Pero las cosas no habían salido como él lo creyó.

Para nada había que decir.

Yoongi había notado como todos sus demás compañeros alfas se mostraban más felices y conversadores, se arreglaban más e inclusive algunos de ellos cantaban mientras trabajaban, y él sabía que eso se debía a Jimin, estos cambios se habían empezado a llevar a cabo desde que su novio se presentó en la puerta principal de la empresa en la que trabajaba para darle la sorpresa. Era obvio que así sería, un omega como Jimin no podía pasar desapercibido por los demás, y menos uno como él.

Y ahora todos los días, en lugar de llegar a donde él y mantener un almuerzo ameno de media hora conversando con su Omega y sintiendo los mimos de este al darle besos en las mejillas o sobar los nudos en sus hombros tenía que aguantar a la bola de alfas retrasados rodeando a su ángel, acaparando toda su atención mientras le preguntaban tonterías.

Bufó molesto al ver a varios de sus compañeros rodear a Jimin y abordarlo de preguntas mientras el pobre omega intentaba avanzar hacia su oficina, ya suficiente tenía con los tipos que veían a Jimin en las portadas de las revistas y se la pasaban fantaseando con su omega, y no de forma limpia, él lo sabía. Era suficiente tener que compartir la genuina belleza del castaño con todo el mundo y no poder disfrutarla él por culpa de ellos.

Caderas Estrechas 《ʏᴏᴏɴᴍɪɴ》TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora