Bandaged eyes.|| Khr/Bsd ||

Fin.

Todo tiene sentido. 

Las piezas caen. 

La estrategia fue muy buena, cayo en ella inevitablemente. Sus sentidos fueron bloqueados, sus pensamientos se llenaron de duda, las personas que él considera importante están pasaron una situación horrible y vida de niños inocentes se vio derramada. 

Se quedaron callados, no hay palabras para decir, tampoco acciones que ejecutar. Quieren escapar de la realidad que le golpeo en la cara, uno mira por la ventana sin ver nada en realidad, el otro esta sentado en la cama con la cabeza gacha. 

Las gotas de agua chocan contra la ventana, los rayos iluminaron el cuarto oscuro. El silencio siguió. 

Levanto la cabeza, sus ventas están húmedas, su cuerpo no tiene fuerzas y su mente sigue torturándolo.

— Es mi culpa... 

Dazai le miro, su expresión no se compara a lo que vio esta ahora. Si bien no hace una mueca, sus ojos dicen mucho. El cansancio, el enojo, la ira y, sobre todo, la tristeza. No tiene la venda que cubre su ojo derecho, tampoco su típico traje de mafioso. 

Él negó con la cabeza, no confía en su voz para negar lo que dijo. Ninguno de los dos puede salir de la culpa, pero, no quieren que el otro piense que llegaron a esa situación por su culpa. Como un circulo, Tsuna no quiere que Dazai piense que es su culpa, y Dazai no quiere que Tsuna se culpe.  

Todo paso demasiado rápido, solo bastaron unas horas para que todo se vaya al caiga en pesados. Fueron dos piezas valiosas en el juego de ajedrez de Mori.

Y...la muerte de Odasaku fue el resultado. 

Dazai se arrodillo frente al castaño, tomando sus manos y dándole un apretón suave. Sintió el nudo en la garganta, cerro los ojos y respiro hondo. 

  — No, Tsuna-kun.— Negó levantando la cara del castaño. — Mori preparo esto demasiado bien. 

  — L-La droga, la droga bloqueo mi intuición.—  Dijo, sus labios tiemblan y frunció el ceño dolorosamente. — La misma droga que encontré, la que encontré en el edifico abandonado.

Esa droga fue el detonante para que Tsuna se diera cuenta de lo que pasaba. Hace una horas, cuando los niños que Odasaku fueron asesinados en una explosión, su hermano le llamo con los resultados de la droga. Advirtiéndole que tenga cuidado, diciendo que su propia intuición le dijo que esta pasando algo malo. 

Las piezas cayeron en sus manos, la jugada hecha gano y el castaño sintió el inevitable sentimiento de perdida. Dazai llego poco después a la oficina de Mori, llegando al mismo resultado que él. Tsuna estaba detrás de la puerta, la cual no estaba cerrada del todo. 

" —Dazai-kun, aunque el jefe de una organización se encuentra en su sima, también es su esclavo. El jefe debe estar dispuesto a cometer atrocidades por el bien de la organización.  — Mori levanto en sus manos un sobre, sobre que tanto Dazai como Tsuna reconocieron. 

  — Ese sobre...— Hablo Dazai, en sus ojos se hallo la realización.— Ya veo, ahora lo comprendo. — El mafioso se dio media vuelta para marcharse, no tiene más que decir. 

— ¿Adónde vas? — Pregunto Mori sin mirarle, Dazai se paro. 

— Con Odasaku. — Respondió su esposo, solo para que los guardias alcen sus armas. 

  — Nuestra discusión no ha terminado, Dazai-kun. 

  — Yo creo que si, Mori-san.— Dijo Tsuna, su voz se escucho muy suave, pero incluso así sonó en la oficina. Los dos mafiosos se giraron a verlo, ninguno demasiado sorprendidos. Los guardias bajaron las armas cuando Tsuna hizo un movimiento de mano.  —  Dazai-san tiene un lugar al que llegar, y nosotros tenemos que hablar. Algo muy importante del tratado, ¿No es cierto?