Después de dejarle la carta al rubio, se dirigió a su habitación. No tenía prisa, caminaba a paso lento con la cabeza agachada tratando de pasar desapercibido para las personas, cosa en la que no tuvo mucho éxito.
Los murmullos y señalamientos hacia él no paraban. Trató de ignorarlos pero no podía, cada una de esas acciones le lastimaban más y más.
Al llegar a su recámara cerró con seguro y se dirigió a su cama, sentándose en el borde, con la mirada perdida, pensando y pensando.
Kacchan lo siento.
No encuentro otra salida.
Amigos, lo siento tanto.
No es algo que realmente quiera hacer pero...pero...me siento perdido.
Kacchan ¿Y si te desconectan? ¿ Y si te da otro ataque y no sobrevives? No quiero estar ahí para escucharlo, para verte en esa cama sin vida..no podría.
Estuvo absorto en sus pensamientos por quien sabe cuánto tiempo, derramando lágrimas, sintiendo cada vez más un gran vacío.
La habitación ahora estaba hundida en la oscuridad siendo solamente la luz de la luna y una que otra artificial proveniente de afuera las que iluminaban el lugar.
Se levantó, y se dirigió a la cocina a paso lento, sacando un gran cuchillo y admirándolo, viendo su triste reflejo en él, sintiendo sus manos temblar y su corazón latir desesperado como si tratara de decirle que a pesar de todo su sufrimiento, quería seguir con vida.
Tenía mucho miedo, sin embargo posó el afilado objeto sobre una de sus muñecas, apenas presionando, dudando.
¿Tan cobarde era para suicidarse? ¿Tan poca voluntad quedaba en él?
Cerró sus ojos y apretó con más fuerza el mango del cuchillo. Se dejó caer de rodillas.
Un corte rápido, uno limpio y con fuerza. Vamos, tu puedes.
Y lo hizo, sin embargo no tan profundo como hubiera querido, apenas se notaba una pequeña y delgada línea en ese lugar y casi no sangraba.
Sin embargo ese picor que le hizo estremecer y soltar un leve quejido había causado algo realmente curioso. Por esa milésima de segundo, sintió que la opresión de su pecho disminuía y nuevos pensamientos cubrieron su mente.
Puso el cuchillo un poco más arriba y volvió a realizar el mismo movimiento conteniendo la respiración. ¿Se estaba volviendo loco si comenzaba a sentir alivio al lastimar su cuerpo de esa manera? Quizá sí, pero a pesar de eso, quería seguir haciéndolo.
Kacchan pasó por más dolor que esto.
Varios cortes ahora yacían en ambos brazos, unos más profundos que otros, logrando derramar algo de sangre. Sintió pleno interés en el recorrer de esas gotitas escalatas por su piel hasta caer al suelo, libres, cálidas. Soltó el cuchillo mientras observaba su carne abierta, oh, qué bella vista. Se merecía eso y más, sin embargo antes de poder continuar, cayó profundamente dormido en el suelo de la cocina, ya que al sentirse completamente relajado al ver su cuerpo herido, el sueño que no había logrado conciliar en semanas, pudo con él.
Y así pasaron los días hasta que la voz de su querido Kacchan lo sacaron de su trance, haciéndole volver a ver la luz que había pensado había sido consumida desde hace mucho tiempo.
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Condiciones. [KatsuDeku]
Fiksi PenggemarLa vida da muchas vueltas, por lo que no todo es felicidad. Muchas veces sabemos el motivo de aquellos momentos y otras simplemente parecen ser que no nos las merecemos. "¿Kacchan, porqué me estás diciendo todo esto? ¿qué he hecho mal?" Pero siempre...