Pistolas, látigos, propulsores, guadaña y ojos.

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Finalmente luego de años, Esta listo, el capitulo esta listo ;w; quiero disculparme enserio por haber tardado tanto, gracias por haber esperado con tanta paciencia ;w; ya comencé el siguiente capitulo, pronto saldré de vacaciones así que sera mas fácil y mas rapido publicar ;w; aguántenme un poquitoo mas porfavor y enserio estoy muy muy agradecida, gracias por seguir la historia, me pone muy feliz que les guste<3 espero que este capitulo haya sido de su agrado. 

Les mando un fuerte abrazo chicos! 

Un agradecimiento especial a Hana ;w; quien tomo un poco de su sagrado tiempo para ayudarme a corregir la ortografía y la redacción ;w;<3 mil graciaaaas! 

Espero que el nuevo Intro les guste  ;w;<3 dibuje un poco de las diferentes escenas del capitulo para ustedes<3 hasta pronto chicoooos<3 

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Cap. 8. Pistolas, látigos, propulsores, guadaña y ojos.

Leonardo bloqueó su celular y lo guardó. Eso sólo significaba una cosa: un demonio estaba cerca. Incluso Moribunda estaba inquieta. Kubo alzó su ceja, confundido al ver la repentina reacción del mexicano.

---¿Todo bien?---

---¡Oh! Sí, sí, sólo mi abuela, me preguntaba si ya había llegado---dijo dando una risa nerviosa---oye, en verdad fue muy agradable platicar contigo, pero ahora tengo mucha prisa, aunque me gustaría mucho seguir en contacto contigo, ¿podrías pasarme tu número de celular?---dijo sonriendo sacando el aparato de su bolsillo, Kubo sonrió y asintió comenzando a dictarle su número de celular y Leo lo guardó, sonriendo.

---Bueno, hasta pronto, Kubo---dijo sonriéndole y se fue corriendo, corriendo como alma que llevaba el diablo, pero muy contento porque había conseguido el número de Kubo.

Mientras el japonés soltó una risa. Ese muchacho era realmente interesante y agradable. Cuando iba a caminar, sintió una punzada en su ojo izquierdo, hizo una mueca tallándoselo suavemente con su mano, ¿por qué de repente sentía tanto dolor en su ojo? Nunca le había pasado eso y no comprendía el motivo, tal vez debía ir a consultar al medico.

Miró su reloj y se alteró. Ya se le estaba haciendo tarde para ir con su abuelo que seguramente ya le estaba esperando en casa.

Leo corrió hasta la salida comenzando responder el mensaje de Miguel tan rápido como sus dedos lo permitían. Moribunda trataba de agarrarse tan fuerte como podía del joven panadero, parecía que iba a salir volando de lo rápido que iba corriendo el mexicano.

Al parecer el demonio que debían atrapar estaba en... ¿Alaska? ¿khe vergas? ¡Mierda! Y él sin un puto suéter.

Ambos jóvenes bajaron de Baymax con agilidad mientras se adentraban en una especie de bosque. La nieve esta por doquier y el viento frío estaba en aumento. Por suerte, el traje de Hiro y de Baymax estaba especializado para climas así de extremos. Miró a Miguel de reojo, ¿no tenia frío? Estaban a muchos grados bajo cero y el cantante sólo tenía una camisa de botones y unos pantalones de vestir, lo que lo hizo pensar que tal vez estaba en alguna entrevista o evento.

---¿No tienes frío?---alzó una ceja el peli azabache.

---Ahora que lo dices... No---dijo extrañado y eso que él era alguien que, en lo personal, no el gustaba el frio pero amaba la nieve. Estaba en su modo "Mr. Death".

---Yo creo que tiene que ver con los poderes---dijo mientras no apartaba la vista del mapa de su brazo.

El tiempo estaba sobre sus talones, el tatuaje de Miguel brillaba con mucha intensidad.

Entre la vida y la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora