Capítulo 22

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Cinco meses después

 

A mis padres siempre les había gustado Blake. Es un buen chico, uno respetable y, según mi madre, extremadamente atractivo. Así que decidí llevarlo a la fiesta que estaban dando en mi casa por un nuevo negocio que habían cerrado en Europa.

Un par de meses atrás, me había sentado con mis padres a hablar y fue la primera vez en años que de verdad me escucharon. Aceptaron mis decisiones y hasta nos abrazamos. Dejamos todo en el pasado empezando una nueva vida. Todo estaba dando frutos ahora. Solo que seguía sintiendo un vacío en mi corazón, pero no pensaría en eso ahora. Estaba en una fiesta (no muy divertida) con mi mejor amigo y el podía hacer que todo fuera fenomenal.

Con dos copas de champagne nos fuimos al oscuro jardín y nos sentamos en la banca más alejada para mirar las estrellas.

-Al parecer a Brooke y a Logan les va muy bien –comenzó.

-Ni que lo digas –le dije- La vez pasada los conseguí en una situación muy prometedora, fue perturbador.

Los dos nos echamos a reír.

-Me alegro de verla tan feliz –añadí.

-Yo igual.

-¿Sabes? De pequeña quería ser astrónoma –dije cambiando de tema mientras miraba al cielo- Las estrellas siempre han sido fascinantes para mi.

-Oh, lo sé. ¿Recuerdas cuando te lleve a un picnic nocturno a horas de Nueva York para que viéramos las estrellas?

-¡Si! –me emocioné- Fue el mejor picnic que he tenido en la vida. Estrellas y comida, la perfecta combinación.

-Era nuestro aniversario de un año.

-Lo recuerdo muy bien. Fue hermoso. Deberías de hacer otro picnic estrellado –le sonreí.

-Me gusta tu idea.

-¿En serio? –me emocione aun más- ¿Cuándo?

-¡Cuando quieras! –sonrió.

-¿Ahora mismo?

-Si así lo deseas.

-¡Si!

Nos reímos y fuimos hasta la cocina lo más rápido que pudimos, o lo más rápido que me permitía mi vestido azul de gala largo y los tacones que traía.

Tomamos una manta lo suficientemente grande como para un picnic. Una botella de champagne, unos sándwiches y unos cuantos snacks.

-Tú lleva la manta, yo puedo con todo lo demás.

-Esta bien, ahora te veo. Le avisaré a mi madre donde estaremos.

-Ok –y con eso se fue hacia el patio.

Antes de irla a buscar, fui al baño a revisar mi maquillaje. No quería parecer una recoge latas. Cuando confirme que todo estaba en su lugar, continué con mi camino, pero me tropecé con un hombre y tiré mi bolso.

-Perdón, perdón, no lo vi –dije.

Los dos nos agachamos para recoger mis cosas y cuando nos vimos a los ojos nos paralizamos.

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