Lucky Strike

Prólogo

Le mostré mi boleto a la chica que me estaba atendiendo y me dejo subir al avión. Busqué mi asiento K23, puse mi maleta en la estancia de arriba y me senté. El avión estaba a punto de despegar y el asiento a mi lado estaba vació. Excelente, solo eran dos asientos contiguos y aún no llegaba nadie que fuera a ocuparlo así que me relaje. Podría estirarme mejor sin tener la sensación de que alguien me esta viendo o vigilando. Luego de un momento, un hombre muy agitado entraba al avión. Parecía que se le había hecho algo tarde. Habían muchos asientos sin ocupar y no me preocupe porque tal vez se tendría que sentar en otro lugar, pero en eso me equivoque. Venía justo a donde estaba yo, cuando llegó guardo sus cosas y se sentó. Me sonrió y en ese momento me percate en lo atractivo que era, no podía tener mas de 23 años. Era alto de ojos café y cabello castaño algo oscuro. Las facciones de su rostro eran hermosas, sin exagerar. Pasaría 7 horas al lado de él ya que viajábamos desde Londres a Nueva York.

Después de unas horas estaba muriendo de aburrimiento, había estado leyendo, pero ya me había cansado y no hallaba que hacer. Quería hablarle, pero no sabía si hacerlo. Como si hubiera leído mi mente el chico hablo.

-¿Qué estabas leyendo? -preguntó curioso.

-Love Story.

-Oh, el gran libro de amor, ¿no?

-Si -le sonreí.

-He visto la película.

-Es hermosa.

-Y, ¿cómo te llamas? -preguntó al instante

-Erin, ¿y tú?

-Josh -sonrió.

-Encantada -le devolví la sonrisa.

-Por tú acento debo asumir que no eres inglesa, ¿eres de Nueva York? -aventuró.

-Si, supongo que tu tampoco eres inglés.

-Igual soy de Nueva York.

-¿Qué hacías en Londres? -pregunté curiosa.

-Estaba visitando a mi abuela, ella es inglesa.

-Vaya, eso es genial.

-¿Por qué estabas tú en Londres?

-Estaba estudiando un semestre allí.

-Genial -articuló.

La charla duro demasiado, debo decir. Nos estábamos conociendo. Hablábamos de lo que mas nos gustaba y lo que nos disgustaba. A cada momento me hacía reír, no me aburría con él. Era muy abierto y divertido al igual yo, además de que era muy seductor. Todo lo que decía sonaba tan bien. Nunca había conocido a alguien con aquella personalidad. Podía notar que coqueteaba conmigo a cada momento y yo le seguía el juego. Sabía como ser seductor y era algo que me atraía en los hombres, especialmente en los atractivos como él.

En un momento de locura me levanté de mi asiento sin decir nada y lo miré seductoramente, sabía a que me estaba refiriendo. Fui al baño y unos minutos después apareció él tras la puerta.

-No deberíamos de estar haciendo esto -dijo él acercándose cada vez más a mi rostro.

-No soy una adolescente.

-¿Ah, no?

-No -lo jale de su camisa y lo atraje hacia mí.

Me besó al instante y la pasión estalló entre nosotros. Era indescriptible lo que estaba sintiendo en estos momentos, no nos podíamos controlar, era inevitable. Nos atraíamos demasiado y todo fluía tan rápido. Sus manos y labios estaban por todas partes. En ese pequeño espacio estábamos algo desesperados, pero reíamos demasiado al chocar contra las paredes. Espero que los demás pasajeros no hayan escuchado nada, pero a la vez me daba lo mismo.

Ni siquiera yo creía lo que acaba de hacer, me sentía como una cualquiera, pero tenia que admitir que había valido la pena. No podía parar de sonreír.

Él salió primero del baño y un rato después yo hice lo mismo. Me senté y actuamos como si nada hubiera pasado, al parecer ninguno de los pasajeros se había dado cuenta de nada.

Las horas que faltaban llegaron a su fin cuando el avión aterrizo y se estaciono. Josh me ayudo a bajar mi maleta y fuimos juntos todo el camino hasta que cuando fuimos por el resto del equipaje creí que estaba detrás de mí, pero me sorprendí al encontrarme sola. ¿Dónde estaba? No lo sabía. Busqué y busqué, pero nada. Nunca apareció. Se había ido y yo no me lo quería creer. Ni siquiera me había dicho en donde estudiaba o que hacía. Estaba completamente sola y me había dejado ahí con la duda.