XIII. Nuevo presente.

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Narra Aaron. 

La puerta de mi despacho se cerro con seguro, apague las luces y deje que la luna alumbrara el pequeño espacio. Camine hacia el rincón vació del lugar y poco a poco me deslice por la pared hasta quedar sentado en el suelo, mi pecho dolía bastante pero trataba de aguantar. 

Deje que las lagrimas resbalaran por mis mejillas y supe que no pararía hasta haberlo sacado todo. La imagen de ellos dos seguía viva en mi mente, era un sufrimiento grande ver como mi alma gemela prefería a mi hermano, saber de igual forma que no se negó a besarlo y que lo hizo porque asi lo deseaba.

Tal vez mi madre se equivoco al hacerme una nueva alma gemela o estaba pagando esos errores ahora que ya la tenia conmigo. 

Flashback

- Disculpe señor! - Sentí como mi saco era jalado de la parte de abajo, me di la vuelta para ver a una pequeña niña que ya conocía. 

- ¿Se le ofrece algo hermosa? - Le di una de mis mas cálidas sonrisas.

No podía creer que se había escapado de nuevo como todas las tardes del orfanato, tenia que hablar seriamente con las cuidadoras para que evitaran que este tipo de incidentes ocurriera. No haría nada para delatar a Annel, pero me preocupaba que algo le pudiera pasar en la calle con tan solo 9 años.

- Para comprar unos dulces necesito dinero pero me los he gastado hace dos días cuando vine a comprar a la tienda - Hizo unos tiernos pucheros - ¿Usted no podría darme un poco para uno? 

- ¿Dulces? ¿No cree que es muy pequeña para consumir dulces?

- Si no me lo quiere dar solo dígalo.

Solté una carcajada por su cambio de humor tan repentino, Annel era muy directa aun siendo pequeña.

- ¿Que te parece si te compro unos dulces y helado? - Ella asintió enseguida.

- Vamos! Vamos! 

Con toda la seguridad del mundo tomo mi mano y me arrastro hasta la tienda, me encargue de que ella escogiera todos los dulces que quería, en el orfanato no se lo permitían pero no me importaba consentirla. 

Termine pagando por una gran cantidad de dulces y luego yo tome su mano para cruzar la calle, enfrente se encontraba la heladería asi que nos apresuramos. Al llegar lo primero que hice fue preguntarle de que sabor quería.

- Quiero de chocolate - La señora lo escucho y empezó a servirlo, ella me miro con curiosidad - ¿Usted no pedirá el suyo?

- No me gusta el helado hermosa - Ella me miro, sonreí ante su gesto.

- Por eso esta tan pálido, necesita dulce en su vida - Negué con diversión - Quiero otro helado de chocolate señorita.

Ese día termine comiendo con ella los helados, me contaba de como la trataban en el orfanato pero claro, nada malo porque yo mismo me encargaba de ver por sus cuidados. 

No podía creer el cariño y amor que le había tomado a esa niña, la vi crecer en todos sus años y pase con ella hasta los peores. Nunca se percato de mi presencia pero yo ahí estaba. Nunca sentí lo mismo por Valerie, la atracción estaba ahí pero nada que me atara a ella.

Me enoje mucho con mi madre cuando me demostró que las almas gemelas no volvían a reencarnar, Valerie no era nada en mi vida y eso me dolió a tal grado que decidí no volver a enamorarme. 

Cuando encontré a los padres de Annel en ese accidente yo quería salvarlos no por que ella estuviera dentro del vientre de su madre si no por que a lo largo de los años no había podido salvar a las personas que me importaban y día a día veía como se morían frente a mis ojos. Nunca pensé que el destino me pusiera de esa manera a mi alma gemela al frente, era tan solo una bebe y sentí latir mi corazón al momento de tenerla entre mis brazos.

Almas Gemelas - Eres solo mía Kim Hyun Joong #1 (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora