Nuestra Pequeña Familia. ¨[kamitani x Ryuichi]¨

「9」Broken heart a rainy day :

El castaño ya se encontraba cansado, no faltaba mucho para el espectáculo nocturno que ofrecía el acuario, había mucha gente en el lugar por lo cual se dividieron para ver mejor. Ryuichi se puso a buscar un buen puesto, a lo lejos divisó una cabellera conocida, la de la persona que robaba latidos en su corazón; caminó rápidamente hacia él, su día podía mejorar, estaba seguro de ello; corrió tras él pero aquello que vio logró matar sus ilusiones.

Kamitani buscaba junto con la beta un lugar para observar bien el espectáculo y no perderse de nada, al encontrar un sitio, se agacho un poco puesto que Inomata le quería decir algo, lo que paso no se lo esperaba.

Ryuichi vio al alfa de sus sueños, el que le robaba suspiros, besando a la que consideraba su amiga, se sintió traicionado. ¿Y todas las cosas lindas que le dijo? Eran una vil mentira que se desmoronaba frente a sus ojos, lágrimas recorrían su rostro y no podía detener su curso, le dolia el corazon y no podia respirar. No, claro que no, sacudió su cabeza; el se invento todo, Kamitani no sentía nada por el solo se ilusionó, sin darse cuenta comenzó a correr a la salida, el cielo se nublo pero no le importaba. Pronto sus lágrimas se confundía con la fuerte lluvia que caía, no quería vivir sin Kamitani, su corazón solo era de aquel alfa pero el amaba a otra persona.

Mientras tanto el alfa apartó a la beta súbitamente, tal vez era una buena persona la chica pero él no la quería, quería a él lindo omega de cabellos cafés, le dejó en claro a la chica que él no la quería más que si acaso como amiga y nada más. Cuando se marchó del lugar ¿vio a su hermano? Corrió hacia su dirección encontrándose con la directora, su mayordomo, Kotaro y su hermano, la directora pronto le hablo.

— ¿Ryuichi está contigo?

— No —¿acaso Ryuichi estaba ahí? Quería verlo, quería quitarse ese sabor de los labio con los de el.

— Mph, ¿Que no viniste por Ryuichi? —el pelinegro quedo confundido,— el llamo a tu casa para invitarlos al acuario por su cumpleaños —acaso era su cumpleaños no se acordaba. — ¿Que no te dijo tu mamá?

— Señora, es más importante buscar al joven Ryuichi que ver porque el joven Kamitani está aquí —tenía razón, tenían que buscar al omega.

—Voy a buscarlo —comenzó a correr el alfa buscando a su omega por todo el lugar y sus alrededores.

Por otro lado el omega chocó con un beta pelirrojo, cayendo al suelo, levantó la mirada encontrándose con alguien conocido.

— Perdón, Inui —se disculpó de forma rápida para volver a escapar. 

— ¿Ryuichi? —el beta ayudó a levantar al omega,— ¿porque lloras? — cuestiono con preocupación, limpiando las lágrimas del menor.

— Por nada —sanjo, ocultando su rostro evitando a toda costa la mirada del joven.

— Nadie llora por nada Ryuichi, ¿que te paso? —levantó la cara del omega, intentando ver sus ojos.

— Es solo que, yo, él no...él no —abrazo con fuerza a su amigo, ocultando su rostro entre la ropa de este, derrumbándose poco a poco.

—Shh, desahógate —, Ryuichi gritaba de dolor, aferrándose a las prendas ajenas, quería morirse en esos precisos momentos. Lloraba a todo lo que podía, buscando soporte en los brazos del beta cuando en realidad lo único que deseaba era tener a Kamitani a su lado, acariciando su cabello mientras le susurraba que todo era un mal sueño. Lloró hasta quedarse dormido en los brazos de Inui.

Kamitani estaba completamente furioso al ver la escena, Ryuichi estaba plácidamente abrazado a otro. 
 
— Nos vamos —espetó con rabia, tomando en brazos a su pequeño hermano. 

— ¿Encontró al joven Ryuichi? —preguntó angustiado el mayordomo.

— Si, está feliz demostrando que es un cualquiera —sanjo altivo, con una voz cargada de desprecio.— déjelo seguro que esta noche no vuelve a su casa.

— Esa no es manera de expresarse del joven Ryuichi —exclamó con evidente molestia el mayordomo.

Obviamente Kamitani ignoró las palabras de este y se retiró del lugar. Ya nada le importaba, fue un tonto en enamorarse de él, fue un error.  Sus sentimientos se estaban desbordando por dentro, rasgando su corazón en una intensa agonía. El amor resulta /bastante/ complicado, pero no se rendiría ante un simple beta, el omega era suyo, únicamente suyo.