Escondidos

Capítulo 10

Tom lanzó un gruñido, que se unió a los gemidos de ella. Se movió adentro y afuera, firme y fuerte, desde la punta hasta la empuñadura. Quería sentirla con cada centímetro de su cuerpo, quería que ella lo sintiera por completo, quería ver cómo sentía placer gracias a él.

Ella se aferró a sus hombros con los dedos, bajando sus manos hasta su cintura, acompasando sus movimientos. Anudó sus piernas por detrás de Tom, y lo empujó con los talones para incitarlo a moverse más profundo. Las lenguas se encontraron, los labios se mezclaron, todo era calor y urgencias. Él hundió su boca en la curva del cuello de Laura, y ella hechó su cabeza hacia atrás, comenzando a sentir como todo se arremolinaba en su vientre. Gimió cada vez más fuerte, y Tom supo que estaba por llegar al orgasmo. Él ya no podía contenerse más, al menos no con esos sonidos que ella dejaba en sus oídos, no con la visión de sus pechos húmedos moviéndose debajo de él, no con la sensación de su cuerpo envuelto alrededor del suyo. La sintió temblar debajo de él, y se sintió libre para mirarla, sentir, y acabar junto con ella en un increíble orgasmo.

Tom dejó caer su cabeza en la almohada, apoyando su mejilla en la de Laura, mientras ella llevó sus manos a la cabeza de él, y acarició su pelo húmedo mientras todavía sentía las repercusiones de su orgasmo reciente, mientras él todavía estaba dentro de ella.

Las respiraciones se calmaron, suspiró profundamente, y lo sintió sonreír contra su pecho.

-Yo sólo quería un vaso de agua -le dijo. Esuchó la risa de Laura repercutir contra su oreja.

-Oh, por Dios... -dijo Laura suspirando, y se cubrió los ojos con el antebrazo. Tom se levantó sobre ella, y le descubrió la cara.

-Todo va a estar bien, ¿ok? Sólo detén esa cabeza tuya por un instante, y deja de tratar de controlarlo todo.

-Yo no... -Tom cubrió sus labios con un dedo, impidiéndole terminar la frase.

-No siempre tienes que hacerte cargo de todo, tenerlo todo perfectamente ordenado. Un poco de desorden a veces es necesario. Créeme. Déjame ayudarte a desordenar tu vida.