Sentado frente al abogado, firmaba presuroso todo lo que le alcanzaban. Su socio lo miró mientras Tom no sacaba la vista de la pila de papeles que tenía a su lado.
-Todavía no entiendo bien qué es lo que te hizo cambiar de opinón. Pero creo que tu decisión es la correcta, amigo -le dijo desde el otro lado de la mesa.
-Lo sé. Y no soy tu amigo -le contestó Tom en un gruñido, terminando de firmar y alejando la pila sobre la mesa. Se levantó, arrastrando la silla tras de sí, y miró a su socio a través del salón. -Ya tienes lo que querías. La empresa es toda tuya. Ahora sí puedes hacer lo que quieras con ella. Si no te molesta, tengo otra reunión -le dijo, indicándole con la mano la puerta de salida.
Se apretaron las manos y Tom lo maldijo en voz baja. No quería verlo más, y la venta de su parte de la empresa finalmente había sido la mejor opción para él y para sus planes. Necesitaba el dinero, necesitaba deshacerse de todo lo que lo anclaba a esta maldita ciudad, y necesitaba resolver los problemas que lo habían llevado a colapsar, y a hacer aquel viaje maravilloso. Y era lo que estaba haciendo.
La voz de su abogado lo trajo a la realidad nuevamente.
-Tom, estamos listos para el próximo paso -le dijo, abriendo la puerta de la sala. Su mujer entró, haciendo sonar los tacos en el frío piso de porcelanato. El dolor que sentía antes, cuando la veía y veía el desamor en sus ojos, había desaparecido. La veía lejana, plana, sin color, sin matices. Era una extraña. Se preguntó cómo alguien tan cercano, alguien a quien había amado, se había convertido en una desconocida.
No esperó la respuesta, no la necesitaba. Firmó los papeles del divorcio tan rápido como se los pusieron delante de él, y salió por la puerta.
ESTÁS LEYENDO
Escondidos
FanfictionElla vive sola en medio del campo, envuelta en la protección que le brinda su soledad. Él está huyendo de un presente caótico, que lo lleva a realizar un accidentado viaje y a encontrarse con ella. Una convivencia inesperada. Una amistad naciente. L...