Sentada en el piso, llenaba con tierra fértil una de las cientos de macetas de plástico que iban poblando el cobertizo. Plantaba uno a uno pequeños gajos en la tierra, repitiendo la acción una y otra vez. Con suerte en uno o dos meses podría comenzar a plantar los pequeños árboles nacientes nuevamente. Violet le hacía compañía echada en la tierra a su lado, durmiendo plácidamente, mientras que Titán estaba sentado detrás de ella, moviendo su nariz hacia uno y otro lado, mirando el horizonte. Lanzó un ladrido profundo, y Laura se sobresaltó.
-¿Que pasa, amigo? -le dijo, palmeándole el lomo sin mirarlo. Titán pareció ignorarla, erguido y atento. Ladró nuevamente y salió corriendo hacia la casa. Laura miró hacia donde corrió el perro y volvió a su tarea. El sol estaba cayendo, y se estiró hacia atrás, moviendo el cuello hacia un lado y hacia el otro. Ya era hora de ir terminando el día, hacía horas que estaba sentada allí. Se levantó, ordenando las herramientas y las macetas, mientras escuchaba los ladridos de Titán a lo lejos. Evidentemente algo le pasaba, podía reconocerlo en su forma de ladrar. Se apresuró a guardar las últimas herramientas y salió del cobertizo, sacándose los guantes de cuero llenos de barro.
Se congelaron al mirarse frente a frente otra vez. Tom con los brazos colgando al costado, la satisfacción inundándole la cara, la feliciad de verla corriéndole por el cuerpo como un río de adrenalina. Laura apretó casi dolorosamente los guantes en un puño y se quedó quieta en su lugar, no sabiendo si reír o llorar, si saltarle encima llena de alegría o golpearlo como había pensado hacerlo cientos de veces desde que se fuera de su campo por última vez.
Tom estaba parado delante de una reluciente camioneta negra. Detrás de ella, un gran trailer cargado de plantas. Desde donde estaba, Laura no podía distinguir bien que plantas eran. Miró la camioneta, negra y brillante, y lo miró a él. Esperaba que hablara.
-Hola... -comenzó a decir él, rebosante de alegría.
-¿Que haces aquí? La temporada de verano está terminando, y supongo que también tus vacaciones, así que no veo la necesidad de que hayas vuelto -le contestó Laura, frunciendo el ceño. -¿Qué es eso? -señaló la camioneta detrás de él con un movimiento de cabeza.
-Es nuestra nueva vida.
Laura no contestó.
-Esta es nuestra nueva camioneta, y estos son nuestros nuevos árboles. Son jóvenes, pero en unos meses comenzarán a dar frutos -Tom acarició la chapa de la camioneta y caminó hacia el remolque que estaba enganchado detrás -Todo está aquí. Laura, volví a la ciudad para resolver mis problemas pendientes, ya no quiero huir más de ellos -palmeó el remolque con su mano- Puedes seguir con todo esto desde donde estabas, plantar nuevamente tus árboles, tener lo que tanto amabas nuevamente. Puedes seguir sola, pero te ofrezco que sigamos juntos.
-¿Vendiste tu empresa? ¿Con eso compraste todo esto? -Laura miraba sin dar crédito a lo que veían sus ojos.
-Vendí mi parte a mi socio. Ya no era la empresa que había soñado, ya no tenía nada de lo que alguna vez fueron mis ideales. Era simplemente un engranaje más en un mecanismo que no me hacía feliz -Se acercó a ella lentamente -Ya nada de lo que tenía en la ciudad me hacía feliz. Tú me hiciste feliz, me abriste los ojos a una nueva forma de vida. No puedo imaginarme mis tardes sin tu compañía en ese porche, o mis días sin Titán persiguiéndome por el campo.
Laura rió y una lágrima se escapó, rodando por su mejilla. Titán se veía realmente feliz de tenerlo de vuelta, y apoyaba su cabeza en el muslo de Tom, mientras él lo acariciaba.
-Déjame ayudarte. Déjame comenzar una vida aquí, contigo. Te necesito -se acercó hasta quedar cara a cara con ella, y tomó una de sus manos entre las de él. Había extrañado tanto su cercanía, que cerró los ojos para sentirla junto a él, aspirando su perfume.
Otra lágrima corrió por la mejilla de Laura, pero esta vez Tom abrió los ojos en el momento justo para verla rodar por su piel. Levantó su mano y la limpió suavemente.
-Te amo -le dijo en un susurro. Laura levantó su cara hacia la de él, y sus labios se acercaron lentamente, hasta unirse en el beso más esperado que ninguno haya dado jamás. Y fue todo lo que Laura necesitó para saber que Tom nunca se había ido de su vida. Fue todo lo que necesitó para sentir cómo su corazón cerraba las viejas heridas. Fue todo lo que necesitó para comenzar un nuevo capítulo junto al hombre que el destino había traído hasta su puerta.
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Escondidos
FanfictionElla vive sola en medio del campo, envuelta en la protección que le brinda su soledad. Él está huyendo de un presente caótico, que lo lleva a realizar un accidentado viaje y a encontrarse con ella. Una convivencia inesperada. Una amistad naciente. L...