Capítulo III

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Olivia.

Y aquí estaba yo, preguntándome el porque no le había golpeado las bolas a ese cabrón.

—¡Joder, mujer que manera de iniciar las clases! —exclamó Charlotte, haciendo que volviera a la realidad.

Hasta el momento era la única de mi clase con quien había hecho buenas migas.

En poco tiempo logré descubrir que es de Los Ángeles, es una chica tan divertida, loca y algo obsesiva con la limpieza. Viene de una familia extremadamente cristiana y por eso usaba unas faldas hasta el piso, muy largas. Nuestro encuentro fue algo raro.

Yo había aparcado mi auto en la parte trasera de la universidad que contaba con aparcamiento.

Charlotte había reconocido el auto y había gritado.

"¡Tú eres la que le abolló el carro a Cruel!" 

—“¡Sí! Grita más fuerte, en Canadá aún no te escuchan—. ” de tal escena descubrí que era mi compañera de clase.

En este momento nos encontrabamos en el dormitorio que ella compartía con otra chica al parecer.

—¿Y qué pasó después de que huístes de el lugar? —preguntó entusiasmada.

—Pues logré escapar de esos estúpidos con mucha facilidad, créeme —dije orgullosa, aunque fuera mentira—. Fue pan comido, esos imbéciles nunca descubrirán quien soy —soplé sobre mis uñas para luego pasarlas por mi sudadera con una sonrisa de lado.

Charlotte me miró con los ojos abiertos como platos, estaba tan sorprendida.

—¡No te lo puedo creer! —dijo para luego soltar una pequeña
carcajada—. Es tan increíble que te hayas metido en problemas en tan poco tiempo. Sí yo hiciera algo así, mis padres me meterían a un convento de monjas —habló menos entusiasta que antes, sin embargo lo reemplazó para poner una expresión preocupada ahora.

—Pero tienes que estar atenta por si Cruel logra enterarse que eres tú quién abolló su coche... —explicó Charlotte con preocupación notoria en su voz—. Estás muerta —mi  sonrisa desapareció—. Hay muchos rumores acerca de Cruel, y créeme cuando te digo que ninguno es bueno. —su voz era una mezcla de sentimientos.

—Escúpelo —la insité, mientras jugueteaba con uno de los peluches que tomé de su cama.

—Se dice que Travis —mí mirada se tornó de confusión al instante en que mencionó ese desconocido nombre—. Travis es el nombre de Cruel —aclaró.

—Apuesto que conoces a la“Cosa nostra”.

Enarqué una de mis cejas —¿La mafia italiana? —cuestioné.

Charlotte asintió la cabeza en afirmación.

—¿Cómo no conocerla? Es la mafia más grande de ese país —era una de las más sanguinarias del mundo, se dedican principalmente al tráfico de drogas, armas, trata de personas y contrabando.

Cualquier persona en su sano juicio nunca se metería con algún miembro de esa mierda.

—Pero, ¿qué tiene eso que ver con Cruel? —Tomé una botella de agua que se encontraba en una de las cajas que estaban regadas en el piso.

Charlotte se relamió los labios.

—Agárrate, porque se viene fuerte —Sonrió.

—Uh-hum —asentí mientras bebía del pico de la botella.—Bien, pues Cruel es el hijo del “jefe” de aquella mafia —escupí el agua directo al rostro de Charlotte.

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⏰ Última actualización: May 29, 2020 ⏰

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