•°~°Capítulo 18°~°•

4.8K 271 882
                                    

— Muy bien, parece que ya no le duele tanto. —dice Bennett sonriendo glorioso, por la satisfacción de una hazaña bien hecha. El animal parece tranquilo, y movía su colita feliz, muy contento, antes de enrollarse sobre la cama improvisada hecha por el pelimorado— debieras de al menos mirarla un poco, esta vez solo fue una patita doblada. No quiero saber que es lo que podría pasarle luego si la descuidas.

— No exageres, tampoco es como si se hubiera roto la pata.

— ¿Por qué eres así con el pobre animal? Mírala, es tan pequeñita —el menor suspiró con ternura— y se nota que aunque seas un mal dueño, te quiere. Fuera yo, ya te hubiera abandonado haha.

— No lo creo, te tendría como una reina, no te irias sin pagar el costo del hotel  —se burló Ben, bastante divertido por la mueca que se formó en el rostro de su colega al decir eso— y de la comida. Después, puedes largarte.

— Ahá —rió— pero luego irías a buscarme. 

— Para quitarte el collar.

El joven guitarrista rió con diversión, enseñando sus blanquecinos dientes, luego levantándose -ya que estaba de cuclillas mirando al cachorro- para caminar a su habitación, seguido por Ben. Normalmente con el moreno tener una charla "tonta" no era cosa de todos los días. El menor estaba nervioso, ya que le había propuesto dormir con él otra vez, en broma, pero el peli-turquesa aceptó porque según él, el sofá era incomodo. Si Bennett no fuese tan negativo pensaría que son excusas, pero ni él se lo creía.

— Buenas noches—dijo el pelimorado tapándose con las sabanas.

— Si, si, si vas a dormirte hazlo rápido. Voy a ver tele.—estaba sentado al otro lado de la cama, sobre las cobijas y con media pierna fuera, mientras pasaba los canales.

Bennett no supo si en verdad estaba en esta situación, rodeando con sus brazos el torso de la persona más importante para él. Compartiendo un reducido espacio a temperaturas altas, por la calentura emanada de sus cuerpos, claro, una calentura corporal normal. Miró hacia un lado, donde se encontraba la razón de tener a Ben en su departamento más bien; la pequeña cachorra que dormía pacífica al igual que su dueño. Ni idea de cuando llegó, hace poco no estaba ahí.

No podía siquiera pensar en querer dormir aunque sea un poco, había despertado muy pegadito a Ben, y ya no podía dormir ¡por Dios que no lo conseguía! Y ya eran más de más dos de la madrugada. Le extrañaba que el de hebras claras pudiese conciliar tan rápido el sueño siendo que él acostumbraba a dormir tarde. No importaba nada, quería seguir abrazándose a Ben lo más que podía, aprovechando tenerle cerca, muy cerca, casi sintiendo su respiración el único sonido dominante en la habitación.

Se embriagaba en el aroma que emanaba de su bronceada piel, se volvía cada vez más adicto a su cercanía, y eso era malditamente delicioso. Pero no quería caer ante aquel sentimiento de propiedad, porque se estaba acostumbrando a tenerle a centímetros de su cuerpo, a verle todos los días, a escuchar su voz seca y mirada desinteresada dirigirse hacia él, y solo a él.

Casi se le olvidaba que mañana tendría que prepararse para dar un concierto en la capital.

— Uhm... ¿Bon? ¡Y-yo esto... e-es que..! —se sobresaltó cuando sintió un brusco movimiento por parte del otro. Así también un bufido de molestia antes de que le apartase a un lado para levantarse.

ツ.*•゚『Detrás De Cámaras』.*•゚ 彡[BonxBonnie]∇.*•゚°◇ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora