•°~°Capítulo 30°~°•

1.1K 160 306
                                    

🏵

En una madrugada reciente, un peli-turquesa se removía sobre su cama, siquiera estaba cubierto por las cobijas, tan sólo estaba vestido con ropa liviana y echado sobre su cama. Estaba cansado, desvelado y con unos nervios super ajenos a lo que normalmente sentía ¿por qué? Lo tenía más claro que el agua; no se podía quitar de la cabeza a cierto joven que le inundaba los sentidos. No iba a admitir nunca aquella parte de si mismo, y eso era lo mismo que lo torturaba todo el tiempo.

¿Qué tan difícil era admitir que empezaba a gustar de otro hombre? Oh si, era verdaderamente difícil siendo que la forma en que siempre ha vivido, en que siempre fue criado y decidió formarse no le permitía pensar con la mente más abierta. Le costaba superar esas etapas de su vida, esas ataduras que lo hacían ser prejuicioso y rencoroso, lo que terminaba obligándolo a batallar contra si mismo, deseando acabar con esto ya.

Podría simplemente admitir que se estaba interesando indudablemente en el de orbes bermellón, que lo miraba de más y que con sólo tenerlo cerca agradaba de aquellas sensaciones completamente distintas a las que experimentó.

O podía ignorarlo y seguir teniendo una vida compartiendo con sus contradicciones día y noche, alimentándose de una angustiosa frustración. Permitiendo que así mismo Bennett termine por aburrirse de él...

Estaba claro, la respuesta era obvia.

Y podía estar seguro que no haber dormido lo suficiente esa noche le había ayudado a recolectar la suficiente valentía para mirarse al espejo y decirse a si mismo que no le quitaba su hombría el no fijarse en una mujer, costaba, le costaba  mucho acerlo y más todavía el creérselo. Podía mantener su egocéntrico orgullo intacto y seguir viendo al más bajito como empezaba a verlo siempre y cuando la obviedad no se le notase. ¿Eso era suficiente por ahora? No estaba seguro, pero era la primera vez que no se hallaba con las cejas fruncidas y los labios torcidos yendo a la cocina en busca de una botella de licor para tomar en medio de tantos disturbios en su mente.

— Ahh bien. Creo que puedo con esto... —se echó al sofá tapándose la cara con el antebrazo, dándose ánimos, tomando muchas agallar y la suficiente conciencia para no perder la razón.

Se preguntaba porqué de pronto el pelivioláceo comenzaba a llamarle tanto... la atención. No, no comenzaba, ya lo había capturado de una forma u otra, sólo que recientemente se estaba dando cuenta de que lo tenía totalmente pillado a comparación de como creyó estarlo viendo.

🏵

Prontamente le tocaba a Bennett pasar por sus momentos de cambios raros, cuando se sentía animado, ansioso y egoísta terminaba por creer que todo el mundo empezaba a tratar de mirar a través de él; sintiéndose algo observado, como si trataran de leer lo que pensaba. Por supuesto esto sólo ocurría con aquellos conocidos como algunos compañeros de trabajo y aun peor, por Margaret y Ben, quienes... no dejaban de mirarlo de una forma terrorificamnete amistosa.

— Y entonces los vi muy juntos, no sé de que hablaban pero me sentí feo cuando llegué y los dos se quedaron raros viéndome. Sé que no volvieron, me doy cuenta de eso, pero... siento que algo pasó entre ellos. —Bennett se encontraba recostado a lo largo del sofá, como era grande y sobraba espacio, igualmente sus dos perros se hallaban sentados en el mismo sofá, uno encima de él y el otro en el hueco que dejaban sus pies y el reposabrazos del otro extremo.

Por un lado Jeremy también estaba allí, en un sillón de al lado, levantando las cejas luego de escuchar las siempre curiosas historias del más bajito pelimorado que parecía ver todo como una telenovela. Y ¿qué mejor? Así de paso se ahorraba ver televisión en Inglés y novelas que no entendía ya que, Bennett tenía una vida bastante inusual para alguien tan famoso y joven como él.

ツ.*•゚『Detrás De Cámaras』.*•゚ 彡[BonxBonnie]∇.*•゚°◇ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora