ツ.*•ﾟ『Detrás De Cámaras』.*•ﾟ 彡[BonxBonnie]∇.*•ﾟ°◇

•°~°Capítulo 21°~°•

Pensamientos envenenaban la cabeza del cantante en compañía del jovial chico de cabellos pintados de morado. Trataba de poner los pies sobre la tierra, pero cada que lo hacía sus ojos se deslumbran de sobremanera al notar lo atento que era Bennett con él ¿por qué?

¿Por qué era tan amable con él, y tan arisco a veces con otros? Parte de su mente le indicaba una clara respuesta que se negaba a aceptar. Un sentimiento ambiguo que le obligaba a callar a su mente demandando atención, sabía que estaba pasando, pero no comprendía del todo el porqué de esto.

Bennett no era demasiado especial para ocupar un lugar que no le correspondía.

Y bueno, los amigos en este tipo de mundo lleno de lujos no eran en su totalidad aquellos que tomaban tu mano para levantarte. No existían los amigos a pesar de conocer a alguien por años. Sin embargo el de ojos dramáticamente rojizos estaba demostrandole que en realidad no ansiaba aprovecharse de él, de lo que tiene o pueda llegar a tener; tan solo era un molesto bicho que estaría ahí tan solo para hacer compañía, aun si llegaba a hartarle a veces.

― ¿Qué te pasa, Bon? ―Bennett le tomó del hombro cuando ya se encontraban sentados en una de las bellas bancas de la plaza, teniendo vista de un terreno amplio sin arbustos ni pastizales, donde ahora corrían los perros jugueteando entre ellos. Desviaba su vista, otra vez, a Ben que estaba viendo al frente, pero realmente no parecía que mirase―. Si no te sientes bien me lo hubieras dicho desde antes de venir... no importaba realmente que vinieras si no querías o no podías ―apretaba los labios, esperando alguna respuesta del mayor, pero solo oía suspiros y gruñidos, como si él le escuchase pero se negara a responder― ¿Tú estás... molesto o preocupado por algo? ¿conmigo...? ¿estás enojado conmigo?

Se preguntaba que era lo que le pasaba a Ben, él había estado molesto desde hace rato, aunque siempre cabía la posibilidad de que fuera por su culpa. Casi siempre era la razón de su malhumor o de su heladora indiferencia hacia todos después de una charla entre ellos.

Decidió quedarse con algo menos negativo, no le apetecía tomar la responsabilidad de un posible malestar en el moreno de piel, a fin de cuentas ya a lo largo de toda la semana estuvo haciéndolo, necesita al menos un día de descanso para evitar disputas o malos entendidos, los cuales la gran mayoría eran porque él se tomaba muy a pecho las palabras cortantes del oji-verdoso. Quitó sutilmente su mano del hombro ajeno para acariciar con delicadeza esta misma con la otra descubierta; había olvidado los guantes y el estar anteriormente agarrando con firmeza ambas correas le dejaron una ligera sensación de ardor, el frío y la fricción no eran muy buenos juntos, sobre todo con lo delicadas que debían de ser sus manos, y lo mucho que las cuidaba al tocar guitarra.

Escuchó un murmullo de parte del otro, pero pensó en que era mejor dejarle por esta vez solo en sus cosas; entendía que si era muy entrometido en sus problemas, y no le gustaba ser regañado por Ben siempre que le insistía para saber que pasaba; le preocupaba siempre que no estaba presente esa mirada antipática y la tan conocida y atractiva escencia de él. A veces si no se enojaba por cualquier cosa que hacía, era preocupante.

Tal vez estaría algo resentido por la prolongada charla con su prima con respecto a sus asuntos familiares. Ben llegaba a ser un terco orgulloso que era capaz de enfrentarse a sus propios seres queridos con tal de demostrar que tenía razón, y estaba más que claro que no se disculparia nunca si se repetía que nada de lo que sea que en verdad pasó era su culpa. Y realmente entendía muy bien esa situación, él haría lo mismo, por alguien que en verdad valga la pena, por supuesto.

― ¡Whhauh guhhau! ―llegaba uno de los perros corriendo a languetear a su dueño, quien tan solo acariciaba su cabeza y orejas calmado, aunque tratando de no ensuciarse mucho con las patas empapadas en polvo del suelo. A los segundos el otro can de pelaje negro también llegó a recibir atención de su dueño.