¿Alguna vez han sentido felicidad completa? Pues ahora es como me siento. Completamente feliz. Pero a experiencias pasadas, se que esta felicidad no durará mucho, pero ahora eso no me importa. Estoy con Dylan, nada más importa.
—Creo que ya es hora de volver—dijo Dylan un rato después.
—Tienes razón—dije al ver la hora de mi celular.
Salimos de la cabaña y nos dirigimos al carro de Dylan.
Justo como el camino de ida, el camino de regreso fue corto. Y al igual que de ida, de regreso yo puse la música.
Nadie dijo nada de regreso...porque yo no dejaba de cantar cada canción que ponía de mi banda favorita, simplemente no puedo evitarlo.
—¿Quieres que te deje en tu casa?— dijo Dylan.
—¿Por qué no pasó la noche contigo?
—No es una mala idea. Así podrás acompañarme mañana al aeropuerto.
—De acuerdo. Le tengo que avisar a Alex.
Llamé a Alex para avisarle dónde iba a pasar la noche. El no tuvo ningún problema pero al parecer mis padres si. Querían que pasara tiempo con ellos pero yo les dije que no, que Dylan se iba a ir pronto y no lo veré tan seguido como a ellos los estaré viendo.
—Ya está todo arreglado. Mis padres querían verme hoy—dije guardando el celular.
—Pues deberías ir con ellos, no quiero que tengas problemas, no cuando ellos quieren aparecer en tu vida de nuevo.
—No hay problema, en serio. Estaré contigo hasta que te vayas por la puerta del avión.
—Sabes que te extrañaré ¿no?—dijo llegando a su casa para estacionarse.
—Sabes que yo también ¿no?—dije imitándolo. El río y yo lo imité, otra vez.
Salimos del carro. Al entrar a su casa no había nadie así que fuimos directo a su cuarto.
Dylan se metió en el baño para cambiarse y yo me senté el la cama para esperarlo.
—¿No te vas a cambiar?—dijo Dylan saliendo del baño.
—No traje ropa.
—Puedo prestarte una playera—dijo mientras se metía en el closet a darme una. Yo la acepté y me metí en el baño. Me puse la playera que me había dado. Tal vez piensen que me quede casi sin ropa pero en realidad su camisa me quedaba como vestido. Me acosté en la cama esperando a que el se acostara también. Dylan apagó la luz y cuando se acostó en la cama, Dylan me abrazó por la espalda. Yo me tense por tu tacto. Se que no debería pero no puedo evitarlo. Me volteo para verlo a los ojos, a sus hermosos ojos cafés que tanto voy a extrañar ver. Me acerqué a él para darle un tierno beso, pero ese tierno beso se convirtió en uno salvaje. Dylan se puso encima de mi, paso una de sus manos por mi abdomen levantando la camisa un poco mostrando un poco de mi ropa interior. El beso salvaje seguía con su curso hasta que su boca bajó hasta mi cuello. Después con su otra mano me levanto más la camisa que tenía puesta. Me puse tensa y al parecer Dylan lo notó.
—No tienes que hacerlo si no quieres—dijo parando de inmediato.
—No es que no quiera es que...
—¿Qué es?
—No creo que este lista.
—De acuerdo—dijo y me dio un pequeño beso y se volvió a acostar en su lado de la cama.
—Dylan, no es que no quiera, es que no puedo—dije intentando explicarme.
—Emily, lo entiendo perfectamente. Solo querías dejarme con esta erección—dijo y se rió.
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¿Por qué yo?
Ficção AdolescenteEmily, conocida por no tener amigos y siempre estar acompañada de la soledad. Ella nunca creyó que todo podría cambiar en tan poco tiempo, tampoco creyó que un simple grupo de personas podrían cambiarte la vida. En especial una. Esa persona con la...