Capítulo 35.- Es tu decisión.

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¿A veces es posible tanta felicidad,cómo para qué dure? Las cosas cambian cuando Mario confirma su amor a mí. Cuando yo me enfadaba el sabía exactamente que decir y que hacer para que yo cediera. Sus encantos, sus detalles, sus atenciones conmigo y mi hija, me hacían saber que estaba en el lugar correcto con él.

- ¿Cómo puedes estar seguro que le guste? - pregunté, cogiendo la blusita en mis manos,observándola.

- Porque su papá la escogió especialmente para ella -respondió muy orgulloso del trabajo que hizo.

- Ella no puede hablar. No podrá defenderse - bromeé y Mario estiro su boca a un lado haciendo una mueca.

- Al menos yo no la haré parecer un cerdito rosa. - dijo, fingiendo estar ofendido.

- ¿Por qué lo dices?

- Has comprado todo rosa. Vestido rosa, calcetines rosas, zapatitos rosas....

- Es una niña. -le interrumpí.

- ¿Y? Ella también tiene sentimientos -me eche a reír por esa ilógica respuesta. Lo único lógico, era el hecho que se había ofendido por "despreciar" la blusita que había escogido para la bebé.

- Eres un tonto -le dije acariciando su mejilla- Me encanto la blusita. -sonreí.

- ¿Segura? -preguntó y un destello de emoción se fijo en sus ojos.

- Segura. Que tú lo hayas escogido desde el día que te enteraste del embarazo significa mucho para mí.-conteste muy convencida. Me encantaba hacerlo enojar, solo bromeaba.

- Entonces ahora yo debo de admitir que se vera linda vestida de cerdita.

- Deja de llamarla así -pedí arrugando la nariz en desapruebo-Mejor ponte a pensar en un nombre para nuestra niña. -dije pensativa juntando las cejas y él asintió.

(...)

Luego de una hora, estaba agotada y no puede caminar más. Llegamos a casa, cansados y rendidos por las compras. No había señal de mi madre en casa, seguro tuvo que ir a comprar cosas para la cena de mañana ¿Y qué hacíamos nosotros? Discutíamos, de nuevo.Por cosas sin sentido.

- ¡Es que son jodidamente deliciosos! -se excuso, levantando ambas manos en signo de "no ser culpable" Después dejo las bolsas a los costados y camino hacia mí en la cocina. Abrí la puerta del refrigerador.

- ¿Has escuchado eso de 'lo tuyo es mío y lo mío es tuyo'? -pregunté mirando el interior de este y el asintió confundido- Bien, eso no aplica con mis chocolates.

- Lo siento, te comprare más chocolates -dijo con dulzura. Inocente.

- ¡No! ¡Esa caja era mía! -le grité- ¡te mataré por eso Alberto! -le advertí, dejando mis ojos en blanco.

- ¿Me mataras a besos? -preguntó riendo y yo solo entrecerré los ojos.No le veo lo divertido en comerse mis chocolates, solo hacia que me enfureciera más. Me tomo de la cintura pegándome a su cuerpo.

- Ni que tuvieras tanta suerte- desvié mi mirada para no chocarla con la suya.

- Oh vamos amor, perdóname ¿Si? -con su pulgar y dedo índice levanto mi mentón para verle.

- Te odio -susurré sin verlo a los ojos. El se hecho a reír.

- Yo te amo -mencionó y me apretó más a él.

- Yo no. -rosó apenas mis labios con los suyos. Dejando la sensación de querer más.

- ¿Segura? -murmuró a pocos centímetros de mis labios. Su aliento a menta chocaba con el mío. Asentí y choco sus labios contra los míos en un beso lento y tierno.

'Beautiful Mistake' - Mario Bautista & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora