Capítulo 29.- Your hand fits in mine like it's made just for me.

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Mario salió de mi habitación y después yo termine de cambiarme con un suéter y acomode mi cabello dejándolo caer por detrás de mi espalda para después volver a dar un gran suspiro observándome frente al espejo "Nadie dijo que el embarazo seria fácil" Tenia que comenzar a aceptar estos cambios que habrá y llevarlos de la mejor manera posible. Salí y baje las escaleras y camine hasta la cocina donde se encontraba Mario.

Mire rápido todo el lugar para no tener la necesidad de llamar a los bomberos o algo así, pero todo parecía estar bien.

- Listo -menciono mientras me daba la espalda y acomodaba el desayunador. Se giró y sonrió.

- Déjame ver -le pedí y lo moví a un lado. Para encontrarme con.... un sandwich. Me gire de frente con Mario y reí.

- Es lo mejor que pude hacer-levanto ambas manos en señal de "no ser culpable"

- Me encanta los sandwiches -lo tomé en mis manos- O comer pan con jamón -me burle y reí.

- Anda come -me ordenó- crecerás grande y fuerte.

- Ya soy grande y supongo... que también soy fuerte -me encogí de hombros y agudice mi voz

- Me refería a nuestra hija -sonrió-Pero tu también eres una debilucha -hizo una mueca.

- No me hagas hablar Alberto -enarque una ceja, porque entonces tendría que sacar a la luz todos esos momentos que le he salvado el trasero.

Ambos reímos divertidos y el se giro. Le di una mordida al "Sandwich" que era prácticamente:Pan, jamón y mayonesa. Cerré mis ojos al morder un pedazo, después los abrí y tenía el rostro de Mario justo enfrente de mí.

- Toma, esto es para ti. -extendió su mano y me entrego una hermosa rosa. Hice a un lado mi desayuno y me dedique unos segundos a ver su rostro, que cambiaba a un tono rosado justo en sus mejillas ¿Mario Bautista sonrojado? Es lo más tierno que he visto.

- Aww. Es hermosa -la tome entre mis manos y sonreí- ¿Pero por qué? -pregunte curiosa.

- Porque nunca nada será suficiente para recompensar todo lo malo que algún día dije o hice. -Sonrió- Desde ayer quería dártela, pero luego paso lo del hospital... la olvide y bueno...

- Mario -lo interrumpí.

- ¿Si? -pregunto llevando una mano a su nuca y rascándola.

- No quiero que todo esto acabe. Tu, yo... Es que, todo esto parece mágico.

- No acabara -tomo mis manos entre las suyas-Mientras tú lo quieras, seguiremos siendo tu, yo y nuestra hija, lo prometo -se acerco para mágicamente sellar otra promesa con un dulce beso. Me rodeo con sus brazos para abrazarme.

- No quiero que acabe -murmure luego de separar nuestros labios,Mario me apretó más contra su cuerpo.

- Tú... yo... la casa sola ¿Piensas lo mismo qué yo? -pregunto susurrando sobre mi oído.

- ¡La escuela! -dije al instante y el bufó- ¡Vamos! Se hace tarde.

(...)

Después de que Mario fuera y viniera de su casa y se cambiara en menos de literalmente un minuto llegamos a la escuela. Cada quien corrió hasta su casillero, apenas teníamos tiempo de coger nuestros libros del día de hoy y correr de nuevo hasta el aula. El timbre sonó y de pronto los pasillos comenzaron a quedar vacíos; es gracioso el timbre parece un acto de magia, suena y todos desaparecen.

Mientras tomaba mis últimos libros ya con un poco más de calma porque igual ya llegaría tarde, sentí posarse unas manos alrededor de mi cintura y como se acercaba a besar mi mejilla para después en un movimiento rápido me giraran y besara directo en los labios. Jamás me aburriré de besarlo, pero estábamos en la escuela y aquí las cosas cambian.

'Beautiful Mistake' - Mario Bautista & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora